Ca La Mare de Catarroja distribuye 8 toneladas de alimentos

TOMÁS LAGUARDA

Desde junio del pasado año venían distribuyendo comidas a las personas necesitadas, cocinadas en un antiguo restaurante de Catarroja que les sirve de sede. Son los voluntarios de la Asociación Ca La Mare, una entidad benéfica que preside Giovanna Rodríguez. Pero no se han conformado con eso y, desde hace pocos días, se han convertido en la cuarta Organización Acreditada de Reparto (OAR) de alimentos a personas necesitadas de la Comunitat Valenciana, en cuanto a cantidad de personas atendidas, de entre las, aproximadamente, 160 que existen. Y lo han hecho superando un reto: la distribución de 8 toneladas de alimentos diversos entre 258 personas que los necesitan.

Ca La Mare ostenta ahora en la fachada de su local un cartel del Ministerio de Agricultura y Alimentación que, tras las correspondientes inspecciones, le acredita como entidad integrada en el Programa de Ayuda a las Personas más Desfavorecidas, mediante el que se distribuyen alimentos subvencionados por el Fondo Europeo de Ayuda a los Desfavorecidos (FEAD) y gestionados en España por el Fondo Europeo de Garantía Agraria (FEGA). Pero, para su presidenta, es más importante la satisfacción de haber llegado a una nueva meta, la de ayudar más y mejor a las personas que lo necesitan. El próximo hito de esta carrera es en febrero, que es cuando está prevista una nueva distribución de alimentos y a un mayor número de personas, y así cada tres meses.

Aparte de la comida diaria cocinada, que incluye pan, Ca La Mare entrega todas las semanas productos lácteos, verduras y otros alimentos, y también facilita ropa y zapatos, todo ello destinado a ayudar a las 346 personas que atiende la asociación en la actualidad, procedentes no sólo de Catarroja y los pueblos de alrdedor, sino también de barrios de Valencia capital, como El Cabanyal, Patraix y La Fonteta de Sant Lluís. Los alimentos, la ropa, e incluso muebles y electrodomésticos, provienen de donaciones de empresas colaboradoras y de particulares, que también ayudan a sostener los gastos de la asociación, como el alquiler y la energía eléctrica. El Ayuntamiento de Catarroja, de momento, sólo concede una subvención similar a la de otras asociaciones de la población, aunque, según la presidenta de Ca La Mare, se espera que el próximo año se colabore con una cantidad mayor, en función del proyecto de acción de la entidad.

Ayuda a los más pequeños

La entidad benéfica, que cuenta con el asesoramiento y dedicación de una trabajadora social, Sandra Marrades, extiende sus actividades también a los más pequeños, ofreciendo clases de repaso gratuitas, y facilitándoles juguetes. Precisamente, se ha iniciado ya la campaña de recogida de juguetes para Navidad y Reyes Magos, si bien la presidenta ha expresado su deseo de que las donaciones sean esta vez de juguetes nuevos. Por otro lado, la asociación está luchando por lograr un nuevo local en alquiler más grande, que viene solicitando desde hace cinco meses a un banco.

En Ca La Mare también se detecta la pobreza energética. “Hay muchos casos y en todos los pueblos”, según advierte su presidenta, Giovanna Rodríguez, quien considera que “hay mucho cinismo” sobre este grave problema social en las instituciones y las grandes empresas energéticas, “echándose las culpas unos a otros sin dar solución”.

Foto: Giovanna Rodríguez y Sandra Marrades en Ca La Mare (T. L.).

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