Ángeles, embarazada: más que miedo tengo «incertidumbre» por cómo será el parto
València, 10 abr (EFE) .- Ángeles, que está en la semana 34 de gestación y sale de cuentas el próximo 22 de mayo, asegura en una entrevista con la Agencia EFE que más que miedo por la situación de pandemia del coronavirus en la que vivimos tiene «incertidumbre» sobre cómo se desarrollará el parto.
A sus 35 años esta valenciana afronta el nacimiento de su segundo hijo, una niña que se llamará Lucía, en un momento en el que la COVID-19 obliga a tomar muchas más precauciones de seguridad de las que tuvo que adoptar cuando nació su primer hijo, Mateo, que en agosto cumplirá cuatro años.
«LLevo el embarazo bien, soy una embarazada rellenita que hace vida sana y está en casa llevando la cuarentena», explica Ángeles, que todavía no ha cogido la baja y se encuentra haciendo teletrabajo desde su casa durante las mañanas, aunque confía en que antes de dar a luz pueda «pasear su barriga al sol».
Al parto irá acompañada «en todo momento» de su marido que, según el nuevo protocolo de la Conselleria de Sanidad, podrá estar en la sala de dilatación y el paritorio, con mascarilla quirúrgica y todas las medidas de protección necesarias y manteniendo la distancia de metro y medio con los profesionales.
El protocolo también establece que se hará un cribado antes del acceso para saber si tanto acompañante como la familia han podido estar en contacto con algún momento con un COVID postivo».
Mientras llega ese momento, Ángela también dedica parte de su tiempo a hacer ejercicios de preparación al parto a través de vídeos, aunque señala que hacer tanto esto como el teletrabajo es «complejo» con un niño de tres años en casa.
Confiesa a EFE que más que miedo por la situación actual de pandemia afronta el parto con la «incertidumbre porque no sabemos con qué nos vamos a encontrar, si va a ir bien o mal. Estando o no la COVID-19 tienes esa incertidumbre», afirma
No obstante, explica que ha seguido el rastro de otras mujeres que han dado a luz «y te dicen que está todo controlado y que estamos aisladas. Y eso tranquiliza mucho» y añade: «la vida sigue, siguen naciendo niños».
«El día que me toque veré lo que me encuentro y si es como me lo han contado se agradecerá mucho. No habrá nadie, estarán los justos y necesarios».
Ángeles, que dará a luz en un hospital privado, explica que para el control del feto tiene que seguir yendo de forma presencial al centro hospitalario para hacerse las pruebas y aunque la primera vez que se lo dijeron «me negué», al ver como estaba todo organizado le «tranquilizó».
«A la gente que va a revisiones ginecológicas normales no les hacen ir, les aclaran las dudas por teléfono, pero a las que van a dar la luz sí que tienen que trasladarse para confirmar y asegurarse de que no hay ningún problema» durante la gestación.
Explica que le advirtieron de que fuera al hospital con una «protección adecuada, guantes y mascarillas» y, una vez allí, le dijeron que no subiera por el ascensor, sino por las escaleras.
«Maternidad está aislado y no había nadie por la escalera ni por el pasillo», señala para añadir que también le dijeron que solo habían citado ese día a dos embarazadas y que no iban a ni a cruzarse.
En la cuarta planta, explica, todo el personal sanitario iba con mascarillas, guantes y batas y para atenderla no tuvieron que quitarle la ropa, solo levantarle la camisa para poder ver la barriga.
En un mes tiene que volver a hacerse las mismas pruebas, pero si hasta entonces tiene algún problema o emergencia puede llamar a un teléfono de contacto para que se lo solucionen.
Si cuando nazca Lucia aún sigue en vigor el confinamieno, Ángeles sospecha que sus familiares tendrán que verla a través de fotos y de vídeos y estarán en casa sin salir y sin recibir visitas».
Aunque reconoce que «nos exponemos todos» al coronavirus, le tranquiliza que no haya constancia de que la madres sean transmisoras del virus a sus hijos.
«Si yo me contagio no podría acercarme a ella ni darle lactancia materna, que tengo intención de hacerlo. Si vemos que no se puede, se cambian las formas y no hay problema».EFE