La importancia de tener el enemigo definido
Enrique Ortí. Presidente del PP de Xirivella
Me llama poderosamente la atención como algunos colectivos actúan en función de quien gobierna (no en función de los agravios que reciben) y sobre todo como se comportan si hay un enemigo definido.
Recuerdo en el año 2014 las algaradas por la Educación (todas lícitas, faltaría más), en concreto, por aquellos asuntos como el papel higiénico, el calor en las aulas o la sempiterna cuestión de los barracones en los centros escolares.
Cuestiones como aquellas (y otras, claro que sí), tenían por aquel entonces en pie de guerra al sector. Así, se terminaba de socavar la poca credibilidad que se le otorgaba entonces al gobierno autonómico del Partido Popular en vísperas de su caída y de nada le servía haber sido el gobierno que construyó más de 400 centros educativos en su etapa de gobierno y haber creado el mayor número de lineas en valenciano (respetando siempre la libertad de elección de las familias por el programa plurilingüe). Entonces, el PP era un enemigo definido.
Han pasado cinco años del Plan Edificant, pirueta propagandística creada por el Govern del Botànic para agilizar la construcción de Centros. Este proyecto se muestra como un gran fracaso en la mejora de esa agilidad, y no se aprecia su eficacia en absoluto que, además, está ahogando a las administraciones locales. Sin embargo, a pesar del malogrado proyecto, no observo ninguna protesta firme por parte del sector. Vivimos una era de silencio, aquiescencia y docilidad del colectivo, de tal forma que, el conseller Marzà aparece (no teniendo protestas en contra) como un gran gestor, salvo porque los juzgados le frenan algunas de sus iniciativas, paradójicamente.
A pesar de esta aparente “calma chicha”, me llegan expresiones de algunos docentes mostrando desacuerdo, descontento y desconfianza respecto a las medidas propuestas por la Conselleria para el inicio de curso, tanto por la forma como por el contenido. Principalmente porque se considera que entre las nuevas propuestas, con el Covid-19 de fondo, se necesita un aumento de los recursos humanos, esto es, más maestros. En los centros va a faltar personal tanto por parte de la Consellería para reforzar la docencia, como desde los Ayuntamientos encargados del mantenimiento y limpieza de los centros de primaria que en ningún caso van a poder incrementar como aparece en las instrucciones de Conselleria.
Entre los profesionales del sector, se duda también que se puedan impartir asignaturas como inglés, música, religión, educación física…, porque no se ha puesto más profesorado, que es lo que la conselleria dijo que iba a hacer al aumentar los grupos por razones obvias de separación y distanciamiento.
El sector está enfadado, según me cuentan, la educación de nuestros hijos está descuidada. Y, entre las familias reina la preocupación ante esta incertidumbre por el inicio del curso escolar. Sí, vivimos una situación excepcional, pero excepcional es siempre la vida y excepcional será el futuro de nuestros pequeños sin una adecuada formación.
Y, a pesar de este caldo de cultivo, el sector calla y asume porque no hay un enemigo definido, no se atreve todavía a responsabilizar a Compromís y al PSOE. Qué bueno sería que gobernara ahora el PP, ahí sí que iban a haber protestas contundentes. De ahí la importancia de tener un enemigo definido.