Un agricultor compra 3.000 tonaledas de compost producido por los contenedores marrones
La Entidad Metropolitana de Tratamiento de Residuos (EMTRE) ha vendido a un agricultor de l’Horta de València 3.000 toneladas del compost producido a partir de los contenedores marrones de basura orgánica instalados ya en una parte de los municipios que conforman la entidad, un abono que ya se utiliza para abonar la huerta de Campanar, Benimàmet y Paterna.
Es la primera vez que la entidad comercializa este producto, que procede de los contenedores marrones de basura orgánica y que ha sido tratado en la planta de gestión de residuos de los Hornillos, en Quart de Poblet.
La EMTRE inscribió este compost en el registro de fertilizantes hace ahora un año, y a partir de ese momento puede ser utilizado como abono para la agricultura y la jardinería.
El presidente de la EMTRE, Sergi Campillo, ha declarado que “·esta operación ha permitido que todo el compost acumulado en la planta de la EMTRE de Los Hornillos haya podido ser usado para campos de l’Horta, y esto es enormemente positivo porque cerramos el círculo en nuestro propio territorio con una operación Km. 0″.
El compost producido en la planta de los Hornillos procede de los restos orgánicos recogidos en los contenedores marrones y que son tratados en la planta de Quart de Poblet hasta convertirlos en un fertilizante que puede ser utilizado com abono en jardineria y agricultura.
El compost generado en Quart de Poblet ha sido catalogado como fertilizante tipo B, es decir fertilizante apropiado para su uso en la agricultura tradicional (cítricos, frutas, verduras, vid…). La entidad espera que, en los próximos años, una vez instalado el contenedor marrón en toda la comarca, el compost pueda ser considerado como tipo A, es decir, apto para la agricultura ecológica por su calidad.
Las 3.000 toneladas de compost orgánico vendidas se están utilizando ya para fertilizar la huerta de Campanar y Benimàmet (en la ciudad de València) y Paterna, entre otras zonas, y más concretamente para la producción de patatas, cebollas y perejil. La venta se ha producido a coste cero ya que el agricultor se ha encargado del transporte del compost hasta sus campos.
El compost es el resultado del proceso que sufre cada bolsa de basura orgánica que entra en la planta de tratamiento de residuos. La basura orgánica pasa un tratamiento biológico controlado con aire y calor, que oxida el producto. El compost final tiene un aspecto terroso, está libre de patógenos y es un substituto natural del fertilizante químico. A mayor calidad de los residuos depositados en el contenedor marrón, mayor calidad del compost producido.
La fabricación de compostaje a partir de los restos orgánicos del contenedor marrón completa lo que se conoce como economía circular, ya que los residuos de las frutas y hortalizas se convierten en compost para producir las frutas y hortalizas que comemos y que, posteriormente, vuelven de nuevo al contenedor marrón.
Al contenedor marrón de biorresiduos debemos tirar restos de alimentos, plantas, flores o poda, el poso del café o las infusiones, tapones de corcho y los restos de papel de cocina manchado. La bolsa que usemos debe ser también compostable para evitar la entrada de plásticos y otros elementos extraños.
Para el presidente de la EMTRE y vicealcalde de València Sergi Campillo, «los vecinos y vecinas del área metropolitana pueden contribuir a evitar el uso de fertilizantes químicos en l’Horta de València si reciclamos correctamente los residuos orgánicos en el contenedor marrón”. EFE