El Ayuntamiento de Burjassot y la Fundación C.E. Vicente Blasco Ibáñez acuerdan la creación del “Centro de Estudios Blasco Ibáñez” en el municipio
El Ayuntamiento de Burjassot y la Fundación Centro de Estudios Vicente Blasco Ibáñez han llegado a un acuerdo para poner en marcha en el municipio un Centro de Estudios dedicado a divulgar la figura y la obra del escritor, periodista y político valenciano, así como para destacar la estrecha vinculación que éste mantuvo con el municipio y sus vecinos.
Tras la reunión mantenida la pasada semana, se están estudiando las posibles ubicaciones del Centro de Estudios donde está previsto que se desarrollen, en una primera fase, talleres para la difusión de la figura de Blasco Ibáñez entre los vecinos de Burjassot, especialmente los más jóvenes, a la que seguirá una segunda fase en la que se potenciará el turismo cultural vinculado al autor de obras tan conocidas a nivel mundial como Sangre y Arena o Los cuatro jinetes del Apocalipsis, reanudando la ruta «Blasco Ibáñez y Burjassot», inaugurada en 2017, con motivo del 150 aniversario de su nacimiento.
La implicación del Ayuntamiento de Burjassot por poner en valor la figura de uno de los autores más relevantes del panorama literario valenciano no es nueva en el municipio. Entre 1994 y 1998, Burjassot ya contó con un Centro de Estudios Blasco Ibáñez, que desarrolló numerosas actividades, entre las que destacó el acercamiento al Círculo Blasco Ibáñez de Mentón, localidad francesa en la que el escritor fijó su última residencia (Fontana Rosa) y donde falleció en 1928, lo que desembocó en el hermanamiento de ambas ciudades.
Los términos del acuerdo son similares a los que la Fundación C.E. Vicente Blasco Ibáñez mantiene con el Ayuntamiento de Valencia y que permitieron la puesta en marcha, en 1997, de la Casa-Museo Blasco Ibáñez, en el chalet que éste construyó en la playa de la Malvarrosa.
Las circunstancias actuales, derivadas de la pandemia por la Covid19, han obligado a aplazar el inicio del proyecto, que incluye la futura creación de un Museo Blasco Ibáñez, completando así la oferta de turismo cultural que ofrece el municipio, que ya cuenta con destacados edificios, como el Castillo-Palacio de San Juan de Ribera, la Iglesia de San Miguel Arcángel, o el conjunto monumental de Los Silos, único en su género y catalogado como Monumento Histórico Artístico de Carácter Nacional.
Hombre con marcada personalidad, profunda trayectoria política y literaria, Blasco Ibáñez tenía un estrecho arraigo con Burjassot donde, como es sabido, residió largas temporadas, e incluso sitúa algunos pasajes de Arroz y tartana, una de sus más célebres novelas.
En la casa de la familia, que aún se conserva en la Plaza Emilio Castelar, Vicente Blasco Ibáñez escribió algunas de sus primeras novelas. Entre 1901 y 1918 fue sede del casino republicano de Burjassot, y sede del PURA, el partido «blasquista». Además, se tiene constancia de que en esa casa estuvo, invitado por el propio Blasco, su amigo y maestro Constantí Llombart, padre de la Renaixença Valenciana.
La vinculación de Blasco Ibáñez con Burjassot era tal que durante las campañas electorales que le llevaron a ser Diputado en Cortes (entre 1898 y 1906) siempre acudía a Burjassot para abrir o cerrar las campañas, y llegó a decirles a sus vecinos: «En las pasadas elecciones -repito- el batallón republicano de Burjassot decidió nuestra victoria».
En 1917, con motivo de su 50 aniversario, el Ayuntamiento de Burjassot acordó darle su nombre a la calle Mayor ya en 1931, tras proclamarse la II República, se inició en Burjassot una suscripción pública para levantar una estatua en honor de Blasco Ibáñez, que se encargó al escultor Francisco Marco Díaz-Pintado.
Finalmente, el acto de colocación de la primera piedra se celebró el 10 de febrero de 1935, presidido por el Ministro de Instrucción Pública, si bien no se pudo inaugurar hasta el 17 de abril de 1938, en plena Guerra Civil. Al finalizar ésta, la estatua fue destruida, siendo repuesta nuevamente en su localización actual, en el Paseo de Concepción Arenal, el 17 de abril de 1982, en un acto que contó con la presencia de su hijo, Sigfrido, y su biógrafo, José L. León Roca. Desde ese momento, su estatua preside el paseo junto a los Silos, uno de los puntos más populares entre los vecinos de Burjassot.