Casino Monte Picayo: 45 años de esplendor y decadencia
Silencio, totalmente rodeado de naturaleza, exactamente ubicado en plena falda de la sierra calderona. se alza, como si el tiempo no pasase, el Casino Monte Picayo de Puçol.
Emblema de los años 80 para la clase acaudalada española y la clase social alta valenciana, el Casino Monte Picayo de Puçol fue testigo del esplendor de una época: reuniones, fiestas de días consecutivos, convenciones, bodas, banquetes de celebraciones y jugadas de azar en su casino. El complejo fue famoso por todo el territorio.
Desfilaron artistas de la talla de Lola Flores, Carmen Sevilla, Lina Morgan o famosos como Bertín Obsorne, Alvano y Romina, y como políticos, banqueros, futbolistas y reconocidos médicos, entre otros.
Ahora, las noches del Casino Picayo, después de sus 45 años, son silenciosas. Mucho. Solo el maullido de unos gatos rompe el silencio, y pasean por la zona con la misma soltura, que imagino subía las escaleras del hotel Lola Flores. Las noches de Monte Picayo eran famosas en los 80, solo 200 personas podían acceder a esas fiestas de puerta cerrada. La gente no se iba a Marbella, pasaba las noches en el Casino Monte Picayo. Fue en 1979 el año de su apertura; sus dueños Jesús Gómez y su mujer Alicia Cerezo.
Durante más de quince años el complejo, que aún conserva su magia con sus cortinas blancas y sus jardines asilvestrados, fue foco de riqueza. En el 79 fue el segundo casino en abrir de España, corrían tiempos de la transición política donde la ley del juego acababa de aprobarse. Muchas coincidencias para que se diera su éxito. Pero fue a partir de los ya entrados 90 cuando el Casino y su hotel empezaron su decadencia.
Hoy vemos sus muros y estructuras (cuidadas dentro de un cierto abandono) que tiene 45 años ya. Aun así, un paseo por sus inmediaciones te adentra y te hace vivir una nostalgia de aquellos años 80; ahora una valla larga, señales y cámaras de vigilancia no permiten el paso… quizá para mantener cierta imagen y que no esté demasiado degradado.
Sin vida, sin bailes, sin ruido, sin arte, sin cenas de negocios, sin dinero de por medio, sin trajes de cola, sin botellas de cava, sin langostas y sin aquel ruido de la Valencia de los 80, el monte Picayo o su Casino se muestran aun esplendorosos; es inevitable no ver su edificio al pasar por el by pass metido entre la montaña como si llevara allí toda la vida.
Actualmente lánguido, el Casino se muestra triste, con los vecinos de la urbanización de al lado, quienes seguramente habrán sido testigos de entradas de coches de lujo y flashes de fotógrafos en sus puertas. Poco a poco y entrados los 90, también el casino sirvió para que los festeros, clavarios y gente de a pie se dedicara a generar fiestas en los municipios colindantes y fuera utilizado como salón de celebraciones de fin de fiesta.
Ahora, 45 años desde su apertura y más de veinte de decadencia es propietaria la familia catalana Lao (Cirsa) desde el año 2000 aproximadamente. Poco se sabe ahora de sus movimientos o nuevos predecesores. Cirsa construyó sus nuevas instalaciones en 2010 en Valencia, y fue en 2014 cuando cerró Monte Picayo definitivamente.
Hoy por hoy no se sabe con exactitud su futuro, pero sí que El Casino Hotel y complejo Monte Picayo fue un referente en Valencia y ahora te muestra tímidamente la nostalgia de aquellos años 80.