Un árbitro de Picanya, galardonado por salvar la vida de un jugador
Alejandro García Cebrián, es un joven de Picanya que compatibiliza sus estudios con una brillante carrera como árbitro de fútbol. Una actividad en la que lleva ya seis temporadas y a la que llegó después de un tiempo como jugador, de manos de un amigo que le invitó a afrontar el papel más exigente de todos cuantos se pueden desarrollar en un campo de fútbol, el de árbitro.
Una decisión que salvó una vida
A los árbitros de fútbol se les pide tomar decisiones rápidas y mantener la calma en todo momento. Dos características que, junto a su preparación, hicieron que Alejandro pudiera resolver la más difícil situación a la que nos podemos enfrentar las personas, la de atender a una persona en un momento de auténtico riesgo vital.
Alejandro estaba pitando un partido sin mayor trascendencia, todo marchaba correctamente cuando, en un salto para disputar el balón, dos jugadores chocaron en el aire. Uno de ellos quedó tendido en el césped, no respiraba, se había tragado la lengua y se estaba ahogando. El resto de jugadores quedaron petrificados. Por suerte, Alejandro no se lo pensó, realizó los movimientos y técnicas aprendidas durante su formación y consiguió devolver la lengua a su lugar y que el jugador pudiera volver a respirar con normalidad. Una acción rápida y decidida que marcó la diferencia entre una anécdota y una terrible tragedia.
Premio ‘Emilio Estrelles’
Esta magnífica acción de Alejandro le ha hecho merecedor del premio ‘Emilio Estrelles’, otorgado por el Comité de Árbitros de la Comunitat Valenciana. Un reconocimiento con el que este comité quiere destacar los valores humanos y la concordia en el trabajo de los colegiados.