Usar la bicicleta
Patrimonio transformado
JAIME ALCAYDE. Arquitecto.
La ciudad de Valencia se ha declarado este mes de mayo ‘capital mediterránea de la bicicleta’, inaugurando el Bicifest. Está en boca de mucha gente el debate sobre el uso de la bicicleta, y no se puede negar que existe una especie de boom alrededor de este medio de transporte. Desde la instalación de la red Valenbisi en 2010, se han multiplicado las empresas de alquiler y reparación de bicicletas y se ha producido un aumento significativo de los carriles bici en la capital, con el recién inaugurado anillo ciclista en la primera ronda interior.
Pero el uso de la bicicleta en el área metropolitana de L’Horta es otro cantar. En primer lugar habría que distinguir entre el hecho de coger la bicicleta para pasear o para hacer deporte, y su uso como medio de transporte alternativo al coche. En nuestros pueblos, todavía se puede ver la figura del llaurador que utiliza la bicicleta para ir a trabajar al campo; hombres de más de 80 años que están acostumbrados a hacerlo en su vida diaria. La movilidad sostenible ha existido siempre, pero se ha visto amenazada con la brutal interrupción del tráfico rodado en nuestro territorio.
La cuestión es como organizar ahora el uso de la bicicleta a nivel municipal y territorial, y ver la respuesta que puede tener la mejora de estas infraestructuras. Es difícil ver algún carril bici dentro de los núcleos urbanos de las poblaciones de L’Horta; en algunas existen, pero habría que plantearse si sería una buena alternativa potenciar la convivencia del coche y la bicicleta en las calles de nuestros pueblos, reduciendo por ejemplo el límite de velocidad o a través de programas de educación vial. Por otro lado, se plantea la conexión entre poblaciones con vías ciclistas a nivel comarcal, y la unión de los municipios con la ciudad de Valencia.
En las agendas políticas de Ayuntamientos y Diputación, el tema está sobre la mesa. Ya existen carriles de conexión territorial como la Via Churra, que comunica prácticamente toda l’Horta Nord en el eje norte – sur; y municipios que han unido sus núcleos urbanos con el mar como Puçol o El Puig. Están en proyecto otras propuestas como la de la carretera de la Gombalda, con un carril bici paralelo que también llegará hasta la playa. En L’Horta Sud existen tres vías principales de comunicación con Valencia: el parque del Turia, la carretera de Torrent y el camino hacia el Saler. Además, la Diputación ha publicado recientemente la ‘Xarxa d’itineraris ciclistes i per a vianants. L’Horta Sud. Vol (I) i (II)’. La otra gran apuesta es la del servicio municipal de alquiler de bicicletas, la empresa valenciana Movus ha instaurado estaciones en los municipios de Mislata, Paterna, Torrent, Catarroja, Xirivella, Quart de Poblet, Alaquàs y Aldaia (Godella, Burjasot y Moncada han retirado su mantenimiento) creando una red de conexión intermunicipal y también con la ciudad de Valencia, con un punto de alquiler en Nuevo Centro.
Veremos como evolucionan los proyectos de implantación del uso de la bicicleta en nuestra comarca, y cómo responde la población. Estamos dentro de un proceso de cambio de iniciativas políticas, y en medio de un debate; lo importante será ver si esto repercute en los hábitos del ciudadano, y si recuperamos algo que ya existió antes, la movilidad sostenible.