El turismo con sentido común
Miguel Chavarría, Alcalde de Alboraia
Estos días en los medios y las redes vemos crecer un movimiento en contra del turismo que se alimenta con destrozos, insultos y en definitiva, intolerancia. Y de pronto pasamos de la hospitalidad española tradicional, en ocasiones llevada a un cierto extremo, al rechazo indiscriminado del turista y de la industria que lo propicia.
Esto surge con el desarrollo de nuevos modelos de negocio que favorecen las redes sociales y la globalización. Una herramienta, tan útil para darnos a conocer y divulgar aquello que nos hace distintos y nos salva de la uniformidad que propicia esa misma globalización, abre camino por un lado a los que creen que todo vale para hacer negocio y a su vez da voz a quien estima que su pueblo es sólo suyo, su playa es sólo suya, sus calles… Incluso alguno, que no quiere admitir que también fue acogido no hace tanto, se niega a entender que su pueblo, su calle, su playa y hasta sus fiestas y tradiciones son de todos, aunque a menudo reniegue de ellas por resultarle ‘molestas’.
Las administraciones responsables nos unimos para tratar de encontrar un modelo armonioso de turismo diversificado y respetuoso con las gentes del lugar, su naturaleza o sus costumbres. Sabemos que regular en exceso es tan perjudicial como no regular, y que regular en solitario es estéril. Poder contar con el sentido común de vecinos, empresarios y turistas, posibilita tomar decisiones consensuadas y sensatas. No poder hacerlo nos lleva a la aparición de estos fenómenos violentos que pretenden solucionar los problemas de convivencia por la vía de la imposición. La solución no es fácil y tanto la intolerancia como la violencia, empeora las cosas.