Las fallas de Torrent presentan en Conselleria su expediente para ser declaradas de Interés Turístico Autonómico
Las falles de Torrent dan un paso más para ser declaradas Fiesta de Interés Turístico Autonómico. Esta mañana se ha presentado en la Conselleria d’Economia, Indústria, Turisme i Ocupació el expediente para iniciar su tramitación: una artillería festiva de más de 1.000 páginas, junto a documentos audiovisuales digitalizados, libros, catálogos y resúmenes de prensa que demuestran la importancia histórica de la fiestas, así como las sinergias económicas que generan en la actualidad.
Durante un año una comisión de expertos ha estado redactando el expediente se recoge aspectos históricos de esta fiesta centenaria, pero además únicos y destacables, como el episodio de la Tombà de les falles de 1957, su importancia en el contexto festivo, así como actos propios dentro del calendario. Otro de los pilares que sustenta el expediente es el impacto de la actividad fallera durante los 365 días al año.
El expediente se ha completado con los certificados de adhesión de las principales entidades culturales y festivas del municipio, donde destacan -a parte de las 29 fallas de Torrent-, la Junta Central de Hermandades de Semana Santa, la banda de música y Orfeón del Circulo Católico, la cofradía de la Mare de Déu dels Desamparats, así como la propia institución del Círculo Católico. El proceso de adhesión a la causa no está cerrado, de manera que cualquier otra institución que lo desee puede sumar su apoyo a la candidatura a través del Ayuntamiento de Torrent.
La alcaldesa de Torrent, Amparo Folgado, ha animado a todas aquellas instituciones que se quieran sumar a la causa y ha destacado la labor de las 29 fallas de la ciudad, porque “gracias al trabajo realizado por los falleros a lo largo de la historia, podemos decir que Torrent tiene fallas los 365 días al año. Fiestas generadoras de riqueza y empelo en la ciudad, creadoras de sinergias beneficiosas para nuestros ciudadanos y también para curiosos y visitantes que disfrutan de nuestra actividad cultural durante todo el año”.
Más de 1.000 páginas de expediente
En el expediente se recoge más de un millar de páginas dedicadas a la historia de la fiesta en la ciudad (la primera falla plantada data de 1900), su evolución, así como el episodio singular de la Tombà de les falles de 1957, cuando las autoridades -influidas por la iglesia-, prohibieron los bailes. Los falleros, con carácter temperamental, decidieron tumbar sus propios monumentos. Así pues, en el apartado de certificados el expediente incluye: la antigüedad y periodicidad de las celebraciones, cargada de concursos culturales, deportivos y festivos durante los 365 días al año. También se recoge el censo fallero, que cuenta con más de 7.000 miembros. Otro punto a destacar es el certificado que se ocupa de la atracción de visitantes, infraestructuras de la ciudad y alojamientos turísticos que avalan el aumento de población de Torrent durante las fiestas falleras.
El expediente se cierra con investigaciones sobre la imagen de las fallas a través de sus carteles de falla; la importancia de la fiesta en la prensa valenciana y local, así como un apartado destacado con todas las publicaciones falleras locales: revista oficial (El Granerer) que se edita anualmente desde 1973; la Revista d’Informació Fallera (RIF) y una completa catalogación sobre los llibrets de falla de la capital de l’Horta Sud. Dicho catalogo fue editado este año, donde se incluía un profundo estudio de las etapas y los ejemplares más destacados de este género de la literatura fallera torrentina, en 85 años de historia. El primer llibret editado en Torrent data de 1928.
El expediente ha sido redactado por un grupo multidisciplinar, donde destacan trabaos de investigación sobre el origen y singularidad de las fallas de la capital de l’Horta Sud. Dicho grupo está formado por el bibliotecario archivero del consistorio, Ramón Sanchis, junto al cronista de Torrent, Pepe Royo, así como investigadores locales, como Salvador Ciscar, Aitor Sánchez, Emilio García, Adrià Besó y la corrección lingüística de Anna Gascó.