¿Le gustaría vivir eternamente por 120.000 euros? Una empresa de Catarroja lo cree posible

Constituyen en Catarroja una empresa que pretende criogenizar seres humanos . Aunque la tecnología actual no permite ‘resucitar’ a personas una vez fallecidas, se cree que en 150 años años sí será posible

Fernando Alabadí
El fundador de Walt Disney, Walter Elias Disney, murió de cáncer de pulmón y fue incinerado. Pero gran parte de la ciudadanía piensa que fue criogenizado para ser, si la tecnología lo permite, curado en el futuro. Lo cierto es que su cuerpo se convirtió en cenizas un 17 de diciembre de 1966. Pero el ejemplo de esta leyenda urbana nos sirve para explicar qué es la criogenización.
En la notaría de Catarroja, según explica uno de los socios de IECRION, Francisco Roldán, se ha constituido una empresa para criogenizar seres humanos, después de su muerte clínica. Han registrado la sociedad en la Comunitat Valenciana ante la existencia de ciertos vacíos legales, -según explica Roldán-, que albergan las leyes de nuestra autonomía.
Su intención es adquirir los terrenos para construir un Centro de Investigación antes de que concluya este año 2014 y “empezar a trabajar cuanto antes en la Comunitat Valenciana”. También en Andalucía tienen previsto expandirse, una vez instalados aquí.
La criogenización consiste en congelar cuerpos humanos a una temperatura de -196 grados centígrados y está pensada para pacientes ya fallecidos. Si la muerte se ha producido por una enfermedad sin curación hoy en día, el objetivo es poder resucitarlos en el futuro cuando la ciencia y la tecnología lo permitan. Pero hay que dejar claro que, de momento, se trata sólo de una hipótesis. No está demostrado que un cuerpo, después de muerto, pueda volver a la vida.

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Todavía no es posible
“La tecnología actual no lo permite, de momento. Pero eso no quiere decir que dentro de 100 años no se pueda hacer. Creemos que antes de que pasen 150 años será posible devolver a la vida a personas fallecidas que hayan sido criopreservadas”, explica Roldán.
‘Kryos’ significa frío en griego, de ahí la palabra criogenización. El descenso de la temperatura corporal se consigue gracias al nitrógeno líquido. IECRION tiene previsto instalar unas pulseras especiales a sus clientes, con un GPS instalado y conectado a un servidor, que emitirá una señal constante en el momento en el que la persona esté con vida. Cuando esa señal cese, con el paciente ya fallecido, la empresa irá en su búsqueda para iniciar lo más rápidamente posible el protocolo de criogenización.
“Cuando una persona entra en coma o fallece, hay que sacar la sangre, bajar la temperatura, introducir criopreservadores dentro de las arterias y las venas para salvaguardar la muerte celular, y proceder a la congelación a una temperatura de entre -196 y -130 grados, ya que a esta última temperatura se rompen menos vasos sanguíneos y hay un menor deterioro celular”, asegura Roldán.

¿Cuánto costará?
Las primeras personas que opten por la criogenización tendrán que pagar entre 120.000 y 150.000 euros. Si bien, cuando la tecnología esté ya implantada y vayan pasando los años el coste previsiblemente se reducirá. Según responsables de la empresa constituida en Catarroja, el objetivo es que compañías aseguradoras ofrezcan este servicio a sus clientes a un precio razonablemente más bajo. “Hay que tener en cuenta que sólo la cápsula cuesta entre 5.000 y 6.000 euros”.
En Estados Unidos hay, al menos, 3 lugares donde están congeladas más de 100 personas esperando a que la ciencia avance en el futuro en Arizona, Michigan y California. Cada cápsula puede albergar hasta 4 seres humanos y su mantenimiento no precisa de electricidad, sino de nitrógeno líquido, un elemento que no se evapora ni se cristaliza si está en un lugar adecuado, si bien es conveniente rellenarlo cada cierto tiempo ante posibles pérdidas mínimas.

Criogenizar sólo el cerebro
Lo que sí se ha demostrado es que la actividad cerebral puede detenerse y luego reactivarse, por lo que una de las tendencias que está cogiendo auge en los últimos años es congelar sólo el cerebro, donde están las emociones, la memoria. Resulta más económico, aunque el principal problema es saber dónde, en qué cuerpo se ubicará el cerebro, si la tecnología y la legislación lo permiten en el futuro. Actualmente, sólo puede producirse la criogenización en pacientes clínica y legalmente muertos que lo hayan autorizado por escrito estando vivos. Son muchas las personas que critican que este tipo de empresas venden humo, puesto que no está demostrado que algún día pueda resucitarse a una persona criogenizada. Pero lo cierto es que si tras la muerte la esperanza de vida es 0, la criogenización aumenta ese tanto por ciento a 1. Quién sabe…

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