Albal cede a la asociación de familiares y personas con enfermedad mental un espacio más amplio para atender a más usuarios

La asociación de familiares y personas con enfermedad mental de l’Horta Sud (AFPEM) se traslada a Albal. Esta entidad sin ánimo de lucro se encontraba en Catarroja pero, ante la necesidad de ampliar sus instalaciones, Albal les ha cedido un espacio más amplio dentro de la antigua Tabacalera, propiedad de GVA, pero utilizada por el Ayuntamiento de la población.

El objetivo de la asociación, que lleva 10 años trabajando en l’Horta Sud, es “aumentar la calidad de vida de los usuarios y sus familias”. Actualmente atienden presencialmente a 15 personas, aunque ahora, con las nuevas instalaciones, podrán dar servicio presencial hasta 25 usuarios.

Sin embargo, la asociación atiende a muchas más personas de forma telefónica y domiciliaria. Según ha explicado Raquel Serrano – Coordinadora AFPEM Horta Sud, “el objetivo de la asociación es la rehabilitación psicosocial y laboral. Hacemos talleres de autoestima, de rehabilitación cognitiva y muchas actividades como por ejemplo teatro terapéutico”. Además, está previsto que los usuarios de AFPEM realicen próximamente un programa de radio, un ofrecimiento que les ha hecho el Ayuntamiento de Albal y que ellos han aceptado.

El alcalde de Albal, Ramón Marí, ha explicado durante la inauguración de la nueva oficina que “en ocasiones, las enfermedades mentales son olvidadas por las administraciones, y es importante que reclamemos más recursos, más profesionales y más medidas de atención a los enfermos”. Marí ha recordado que “la pandemia ha aumentado los casos de enfermedades mentales y en Albal estamos muy sensibilizados” y ha agradecido la labor que realizan desde la asociación.

Por su parte, Rafael Tabarés, Comisionado de la presidencia de la Generalitat en salud mental , ha afirmado que “quedan por resolver muchos aspectos relacionados con la salud mental, y no sólo en lo relativo a las consultas médicas sino que, también quedan por resolver problemas relacionados con la integración y aceptación más allá de la enfermedad”.

Tabarés  ha adelantado que en los próximos meses se pondrá en marcha la elaboración de un Plan de Acción de Salud Mental donde la ciudadanía tendrá un papel también fundamental. “Haremos un sorteo cívico y preguntaremos a esos ciudadanos como abordarían ellos la salud mental. Después elaboraremos un plan que espero que cuente con el apoyo de todos los grupos políticos”.

 

La asociación

AFPEM trabaja en la reinserción y rehabilitación psicosocial de personas con algún tipo de trastorno social. Tres psicólogas y un fisioterapeuta, desarrollan diferentes terapias personales y familiares, les dan herramientas para trabajar en la prevención del suicidio y de la enfermedad mental, la rehabilitación cognitiva, realizan talleres psicoeducativos, promueven actividades deportivas, teatro terapéutico, así como prestan atención individualizada y domiciliaria.

 

Los psiquiatras del Centro de Salud de Catarroja son los que derivan a AFPEM a los usuarios. El contacto con la asociación puede hacerse por varias vías. A través de la web afpemhortasud.es, el teléfono de contacto es 678 200 432 o acudiendo desde hoy al centro en su horario, de 9.00 a 14.00 horas.

 

Para poder beneficiarse de los programas, los usuarios deben tener un trastorno mental grave (esquizofrenia o bipolaridad), ser adulto (edades comprendidas entre los 18 y 65 años) y que dicho trastorno implique un deterioro importante de su actividad social, funcional y laboral, afectando a la unidad familiar. Además, se exige que no se encuentren en un periodo de crisis, que reciban medicación estable y no presenten patología dual.

 

AFPEM Horta Sud, cumple una década desde su creación, como una asociación no lucrativa de acción social que nace como recurso de rehabilitación, dirigido a personas con enfermedad mental grave que residen en la comarca y que, en la actualidad, atiende a usuarias y usuarios de Benetússer, Silla, Alcàsser, Massanassa y de Beniparrell, Catarroja y Albal, tres municipios estos últimos que aportan su granito de arena económicamente o dotándolo de la infraestructura necesaria –caso de la localidad gobernada por Ramón Marí- para su funcionamiento. Hasta su creación en 2011, no existía ningún recurso comunitario en la zona que cubriera esta necesidad y es cuando el colectivo puso de manifiesto subsanar esta carencia. “En l’Horta Sud, los aspectos médicos y psicológicos de las personas con enfermedad mental grave están cubiertos por los profesionales de salud mental y atención primaria, sin embargo, no existen dispositivos para la rehabilitación e inserción socio-laboral de este colectivo.”, informa la asociación.