Carlos Taberner, abanicos Guzmán: «La riada nos ha dejado huella, pero no ha podido con nuestra esencia»
Casi cuatro meses después de la catástrofe en los pueblos arrasados por la barrancada continúan trabajando sin descanso para volver a alzar la persiana y poner en marcha los negocios, que aquel 29 de octubre vieron interrumpida su actividad. Negocios con solera y tradición, como es el caso de Abanicos Guzmán en Aldaia. Aquella trágica tarde el barranco de La Saleta se desbocó y Carlos Taberner, gerente de la empresa, vió como su taller quedaba arrasado y repleto de agua y lodo. «A las 20 horas del día 29 empezó a entrar el agua y fue como un tsunami. El agua rugía como si se tratara de una caballería, entró por todos lados y en algunas zonas del taller llegó a los dos metros de altura. A mí no me pilló allí de milagro».
Las pérdidas de los materiales que tenía el artesano en aquel momento en el taller ascienden a unos 200.000 euros, sin contar con la maquinaria, la pintura de las paredes, tabiques o estanterías, que la DANA se llevó por delante.
Taberner afirma que aunque en un primer momento no quería reabrir el negocio, decidió hacerlo y se encuentra trabajando en ello. «La riada nos ha dejado huella, pero no ha podido con nuestra esencia. Queremos reabrir para que un elemento de la historia de Aldaia, que es la cuna del abanico, no se pierda por esta inundación».
No obstante, el proceso de reapertura está siendo duro. Las ayudas del Estado, de la Generalitat Valenciana, de Juan Roig van llegando «pero los daños y las pérdidas han sido tan grandes, que el camino va a ser largo», resalta el artesano. En este momento se encuentra esperando la maquinaria necesaria para poder empezar a funcionar lo antes posible. «Espero poder poner en marcha el taller en 15 días», resalta Taberner.
Historia
Abanicos Guzman es una empresa con mucha antigüedad, el abuelo de la mujer de Taberner ya fabricaba palmitos antes de la Guerra Civil Española. Los orígenes de Abanicos Guzmán se remontan a los años treinta. En esa época Manuel Guzmán Folgado se dedicaba a la artesanía de talla con madera para muebles, que compartía con la elaboración de palmitos. Posteriormente con sus hijos se dedicó totalmente al palmito, creando la empresa Abanicos Guzmán hasta los años noventa, momento en que Manuel Guzmán Carpintero es designado gerente de la empresa pasando a ser Abanicos Artesanos Guzmán. Hoy en día al frente del negocio se encuentra Carlos Taberner, yerno del anterior.
La principal característica del abanico artesano de Guzmán es que toda la materia prima que utiliza en la elaboración del producto es nacional.