Catarroja será la sede del primer torneo del juego satírico ¿Quién quiere un Ministerio?
Catarroja será la sede del primer torneo del juego satírico ¿Quién quiere un Ministerio? (¿Quí vol un Ministeri?), una sátira sobre la capacidad de aguante de la sociedad española ante la creciente presencia de políticos profesionales que carecen de experiencia y formación, o que, cuando la tienen, es de dudosa calidad, según ha explicado uno de los creadores del juego, Lluïs Gómez. El torneo está abierto al público en general interesado en los juegos de mesa, que puede inscribirse para participar gratuitamente en https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSe-jfZcmEBaYk3isLGDieYiptOEDmzlICT9GJ1A4yC5zbjcnA/viewform.
Se espera que medio centenar de participantes compitan desde las 10:30 horas de la mañana del domingo, 16 de diciembre, por conseguir convertirse en el Ministro plenipotenciario del país, con el mayor número de títulos de la Universidad Rey Campechano pero, sobre todo, con el mayor número de carteras ministeriales bajo su control por los medios lícitos o ilícitos que estén a su disposición.
Este juego, cuya idea surgió en un colectivo de jóvenes ciudadanos hartos de las mentiras y numerosas falsificaciones de currículos y titulaciones académicas en la política autonómica y nacional, se ha convertido en una realidad, gracias a una campaña popular de micro-mecenazgo (http://poble.org/ajudans/joc-qui-vol-un-ministeri/) que ha permitido que se recauden los fondos suficientes para el lanzamiento y la puesta en marcha de acciones sociales apoyadas por la iniciativa ciudadana Poble Democràtic.
Dos Ministros cesados, un Presidente de Gobierno con una Tesis Doctoral puesta en tela de juicio, portavoces de la oposición con currículos muy creativos y un sinfín de parlamentarios que han tenido que matizar su formación son hechos muy graves que deben llevarnos a una reflexión profunda sobre a quién elegimos para gobernar, según Lluïs Gómez.
“Queríamos denunciar la falta de pudor y ética de muchos de los que hoy nos gobiernan utilizando las armas que mejor se nos dan a los valencianos, la sátira y el humor”, según ha señalado el portavoz de los creadores del juego, que ha comentado que éste fue el origen del juego, que casi sin promoción ha alcanzado su objetivo en menos de un mes, obteniendo los respaldos necesarios para comercializarlo.
En este sentido, Gómez ha explicado que todos los participantes en esta iniciativa somos ciudadanos “concienciados y comprometidos” con una nueva forma de hacer política, por eso, participamos de una iniciativa ciudadana autonómica, transparente y de estructura horizontal –Poble Democràtic-, que pretende trasladar las reivindicaciones de los ciudadanos y los colectivos que carecen de presencia pública a los centros de decisión política municipal y autonómica.
Subasta de Ministerios
El objetivo de ¿Quién quiere un Ministerio? es convertirse en Ministro o pluriMinistro para aquellos que alcancen un mayor dominio de la mecánica del juego, mediante la consecución de títulos y másters universitarios. Unos títulos que no hace falta cursar, basta con ganarlos en una subasta en la que se puja con la moneda oficial -los ‘CaraDuros’, obtenidos mediante el simple hecho de participar-. Una situación que seguramente conocen la mayoría de jugadores y que es la que tristemente hemos sufrido en los últimos años en la política española.
De hecho, el juego tiene una operativa muy sencilla que está basada en todos los “tics” inadecuados que definirían lo contrario de lo que debe ser un político del siglo XXI. Por ello, cada uno de los jugadores arranca la partida con una dotación económica no declarada de 8.000 caraDuros y dos cartas con cursos de formación ofertados por institutos de prestigio no reconocido o centros universitarios ficticios como la Universidad Rey Campechano.
No obstante, lo más destacable de este proyecto es que es un proyecto 100% transparente, por lo que detallamos en qué nos gastaremos los euros de las aportaciones de la campaña de micro-mecenazgo: Fabricación del juego, Fabricación de recompensas estimadas, Comisiones de las plataformas de pago, Gastos de envío previstos y Donaciones a la iniciativa ciudadana para llevar adelante acciones sociales que se presentarán en breve, según ha explicado Lluïs Gómez.