Cientos de agricultores protestan en un hipermercado en Aldaia para exigir cambios legales que frenen los abusos en los precios
Centenares de agricultores, convocados por la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA), se concentraron hoy a las puertas del hipermercado Alcampo-Bonaire en Aldaia para denunciar las políticas comerciales de la gran distribución que arruinan a los productores agrarios, así como para exigir la puesta en marcha de una serie de cambios legislativos –principalmente la aprobación por parte de Bruselas de una ley que regule la cadena alimentaria a nivel comunitario– con el objetivo de que se ponga coto a los abusos en materia de precios en los que incurren de manera constante este tipo de empresas.
Durante su discurso ante los agricultores concentrados el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, manifestó que “nos han obligado a venir hoy aquí porque no queremos renunciar a nuestra vida y nuestra vida es el campo cuyo futuro amenazan estas cadenas de supermercados cuando venden, como es el caso, el arroz para perros más caro que el que se destina al consumo humano o cuando usan las naranjas como producto reclamo vendiéndolas a 0,39 céntimos el kilo. Hacer eso es chupar la sangre de los agricultores y no estamos dispuestos a consentirlo”.
Precisamente, la concentración estuvo amenizada por un agricultor ataviado de vampiro y otro caracterizado como un enterrador que portaba una corona mortuoria en la que podía leerse “a los caídos por la inmoralidad de la gran distribución”. Los manifestantes portaban además pancartas de mano con eslóganes tales como “basta de terrorismo comercial alimentario” o “consumidor: esta empresa atenta contra los agricultores”. También se esparcieron varios cajones de cítricos a las puertas de la tienda de Alcampo del centro comercial Bonaire y un grupo de agricultores dejó frente a las cajas del supermercado varios carros de compra llenos para expresar su malestar ante determinadas prácticas.
El máximo responsable de esta organización agraria apeló “al sentido común de la gran distribución para que aprenda a convivir con los agricultores y convivir implica respetar a los más débiles”. Para ilustrar los flagrantes desequilibrios que imperan en la actual estructura del mercado agroalimentario, Aguado mencionó situaciones tan paradójicas, llamativas y sangrantes como que el precio que percibe un agricultor por 6 kilos de naranjas equivalga al precio de un café (1,20 euros), o que el valor de 16 kilos de arroz en el campo sea el mismo que el de una cajetilla de tabaco rubio (4,5 euros).
“Las consecuencias de semejantes prácticas comerciales –lamentó el líder de AVA-ASAJA– no nos salen gratis a los agricultores, que somos quienes pagamos un precio verdaderamente insostenible. Como muestra basta recordar que en la Comunitat Valenciana ostentamos el triste récord de ser líderes tanto en tierras de cultivos abandonadas como en nivel de envejecimiento de la población agraria y es evidente que si no cambian las cosas y si la UE no legisla en esta materia los agricultores tenemos los días contados. Pretender que trabajemos en régimen de esclavitud en la Europa del siglo XXI es intolerable”.
Ante los agricultores concentrados también intervino Néstor Pascual, presidente de la organización agraria de Castellón FEPAC-ASAJA, quien aseguró que “venimos aquí para defender el legado que nos dejaron nuestros padres y que nosotros queremos dejar a nuestros hijos. Por eso, y porque con estos precios no se puede vivir, tenemos que estar más unidos que nunca”.