Climent plantea que los municipios midan su aportación al bien común
El conseller de Economía Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo, Rafa Climent ha planteado que «las empresas, los municipios y las organizaciones, se comprometan de forma voluntaria a medir su aportación al bien común, al bienestar de las personas, a través de una serie de indicadores que miden aspectos ligados a valores como la dignidad humana, la solidaridad, la sostenibilidad ecológica, la justicia social, la participación y la democracia social».
«Esta medición permite conocer a una empresa u organización desde otra vertiente distinta a la financiera, un tipo de conocimiento que es muy importante para los que se relacionan con ella, ya sean clientes, consumidores o preveedores, y también para la Administración a la hora determinar incentivos desde la regulación, la fiscalidad o la licitación pública», ha señalado.
Rafa Climent ha inaugurado la jornada ‘Nuevos modelos de gestión empresarial: la Economía del Bien Común’, organizada por Gesmed (Gestión Mediterránea de Necesidades Sociales).
El conseller ha explicado que «el éxito de una empresa no se puede medir por sus beneficios económicos o el bienestar de un país no se puede medir únicamente por su Producto Interior Bruto, sino por el grado de cumplimiento de las necesidades de los ciudadanos, ya que no tiene sentido asegurar que un país es rico y al mismo tiempo que haya personas que padecen de hambre o frío».
En este sentido, Rafa Climent ha manifestado que «uno de los pilares fundamentales que poco a poco estamos intentando instaurar en la forma de gestión pública del Consell es que la economía esté al servicio de las personas. Es decir, es necesario aumentar la productividad, generar empleo y riqueza, pero no a cualquier precio, ya que la ética, los valores respecto al medio ambiente son ingredientes básicos para construir un mundo mejor y más duradero».
El conseller ha defendido «un nuevo sistema económico que supere el actual, diseñado para premiar los comportamientos egoístas, la competencia y la maximización de beneficios, y que ha provocado desigualdad, contaminación ambiental, exclusión, pobreza, paro y falta de equidad entre hombres y mujeres, y fomentar una nueva forma de entender la economía que sirva al bien común de toda la ciudadanía».