¡Como iniciar el colegio con buen pie!
Dra. Mar Sánchez Marchori
Directora de Área Educación y Psicologia
Universidad Europea de Valencia
Llega septiembre y con él la vuelta al cole, deseada y temida, en ocasiones, por igual. Especialmente, este momento puede preocupar a las madres y padres primerizos que tienen hijos o hijas de tres a doce años. Si te encuentras en esta situación o conoces a alguien que si lo está, este artículo puede interesarte. A continuación aportamos algunos consejos que facilitarán la vuelta al colegio independientemente de si los niños y niñas van al colegio en autobús o no, para los que haremos unos breves apuntes en otra ocasión.
En primer lugar, es conveniente que durante el verano los niños y niñas jueguen o realicen actividades con su familia es las que se involucren de manera sencilla algunos de los contenidos que vayan a ver en la escuela. Por ejemplo, hay una gran variedad de juegos de mesa que activan el conocimiento de diferentes campos, como el área verbal o las matemáticas. Al mismo tiempo, siempre se puede dedicar un momento tranquilo para leer un cuento antes de ir a dormir. A esto comentado, podemos llamarlo preparación remota.
En una segunda fase, se puede ir modificando las rutinas, como levantarse, vestirse, hacerse el desayuno etc. de manera progresiva para que vayan acostumbrándose poco a poco a los cambios. Por ejemplo, dos semanas antes del fin de las vacaciones, podemos ir adelantando la hora de levantarse cinco o diez minutos cada día hasta un máximo de treinta.
Seguidamente, es vital transmitirles una actitud positiva frente a la escuela. Esto quiere decir que es importante pensar muy bien los mensajes que estamos enviando a lo niños y niñas acerca de la misma. Para ello, es acertado prestar atención a lo que las madres y padres piensan, ya que de acuerdo a estos pensamientos van a mandar a sus hijos o hijas un mensaje más positivo o
más negativo sobre el colegio.
Es mejor evitar mensajes como “¡qué pena, se acaban las vacaciones!” o “tienes que ir al cole, es lo que hay” y sustituirlos por “entiendo que te guste jugar en la playa, pero en el colegio vas a aprender muchos más juegos y además vas a hacer nuevos amigos y amigas o te vas a reencontrar con los que ya tienes”.
También los niños y niñas pueden decir claramente “¡no quiero ir al colegio!”, a lo que se les puede responder: “yo voy al trabajo y tú vas a la escuela. Nos pueden pasar cosas emocionantes ¿Te parece que al final del día pasemos un rato y nos lo contamos?”. Si analizamos este último ejemplo, se observa que se han escuchado las emociones del niño o la niña y se les ha ofrecido un momento en el que compartir y acompañarles.
Posteriormente, cuando se acerque el momento de incorporarse a la escuela, facilita que los niños y niñas conozcan su horario e incluso colaboren a la hora de diseñarlo. Para niños y niñas de tres a seis años, unos Pictogramas pueden ayudar a visualizarlo, mientras que para educandos de a partir de seis años, es más conveniente una línea temporal o una tabla donde se incluyan todas las actividades. Además, es mejor preguntar qué actividades quieren hacer después del colegio en vez de sobrecargarles con aquellas que les
producen cansancio.
Si a pesar de seguir todo lo anterior se observa que los niños y niñas tienen pesadillas, llantos y además notamos que están tristes, a continuación se amplian algunas indicaciones:
– Para niños y niñas de menos de tres años: palabras de consuelo y
seguridad educativa. Paciencia ánimo y buen amor.
– Para niños y niñas de tres a seis años: se pueden añadir historias de
desahogo y actividades por la tarde en las que puedan reflejar como
se siente.
– Para niños y niñas de más de seis años: es poco frecuente el llanto,
así que si los hubiese, cuidado con los pensamientos trampa en los
educadores (“pobrecito”, “que faena ir al cole” etc.). En estos casos
es mejor favorecer el tiempo de adaptación sin forzar una respuesta
afectiva positiva, la cual aparecerá al cabo de unos días cuando se
hayan aceptado las ventajas, que las tiene, de ir al colegio.
Por último, es destacable que toda adaptación a cualquier cambio de manera
natural requiere cierto tiempo, de manera que todos los niños y niñas aprenden
a adaptarse, ¡y un ambiente positivo ayuda a ello