Con el Método ‘All Mozart’ los bebés dicen antes ‘tambor’ que ‘papá’

Fernando Alabadí
Pronuncian antes, mejoran la comprensión lectora, tienen más rapidez en el lenguaje, desarrollan habilidades como la coordinación, bailan, cantan… Y se lo pasan muy bien aprendiendo con mucha música.
Son sólo algunos de los beneficios del método ‘All Mozart’, al que puede apuntarse cualquier niño a partir de los 12 meses y cualquier persona sin límite de edad, ya que las clases están totalmente adaptadas.
Se trata de un método desarrollado en Mislata, comprobado por un Gabinete psicopedagógico, y que por su éxito está aplicándose ya en miles de jóvenes.
Una de las profesoras que lo imparte en Piccolo, Marta Polo, señala que en niños de 1 y 2 años realizan una estimulación temprana junto a los padres en clases reducidas de 5 alumnos como máximo. «En uno de los ejercicios tocamos un instrumento sin que lo tengan a la vista y, después de haberlo trabajado antes, valvucean ya su nombre sólo con oirlo. A veces aprenden antes a decir tambor que papá», explica.
Un hecho que corrobora Eva María Zaragoza, presidenta de la Unión Musical y, además, madre de dos hijos que han estudiado con este método. Uno de ellos, el pequeño, le daba la vuelta al plato de la papilla para convertirlo en un tambor improvisado. Ella empezó a llevarle con dos años y medio. «Cuando veíamos un músico en la calle, él cantaba, bailaba… Era percusionista ya desde pequeño», señala.
En estas edades, de 12 a 24 meses, se trabaja con pictogramas, se les ayuda a desarrollar el oído, la memoria, la imaginación… «Cantan con los padres, bailan, asocian imágenes a determinadas canciones de Vivaldi… Y con dos años, a partir del segundo trimestre, momento en el que dejan de ir con los padres, experimentan un salto cualitativo muy importante», asegura la profesora Marta Polo.

Clases muy estructuradas
La estructura de la clase es en estos primeros años de vida muy clara para que el pequeño la perciba por bloques nítidos. Por eso, en el momento de la relajación, -la última parte de la clase-, «en cuanto se apaga la luz ellos ya saben que toca estar unos minutos en silencio escuchando y disfrutando de la Música junto a sus padres».

Mejores notas
Este método, a diferencia de otros, está adaptado al actual sistema educativo español. Los niños mejoran en matemáticas, porque la estructura de la Música tiene casi la misma base que la de los números; en Lenguaje, -por su capacidad de interpretar signos-; en Ciencias Sociales, porque la Música define también cómo es un pueblo; en Educación Física, Ciencias Naturales, Plástica… Por no hablar de que la Música comunica energía a la persona, despierta y potencia los sentimientos.

Diversión
No hay que olvidar que los niños, niños son. Por eso se programan espectáculos, actividades al aire libre, conciertos y audiciones, teatros musicales, marionetas… para que el aprendizaje se produzca de forma amena. Casi sin esfuerzo. Eva María lo cuenta así: «ellos se creen que están jugando, aunque en realidad están aprendiendo muchísimo, casi sin enterarse». De hecho la lengua que se utiliza es el inglés, por lo que después les resulta más sencillo incorporarla.
Otro de los ejercicios habituales se realiza sobre un Tatami, con los niños descalzos, donde realizan todo tipo de ejercicios y audiciones musicales para mejorar su sistema motor.

Oído y ritmo
Una de las bases del ‘All Mozart’ es que «si tenemos oído y ritmo, lo tenemos todo». Es el tándem sobre el que gira el método.

El piano

Desde la estimulación junto a los padres, cuando son más pequeños, se potencia el piano porque desarrolla el oído, la psicomotricidad, la coordinación y la comprensión de la música.

El niño decide qué tocar
En muchas ocasiones, aún sin quererlo, son los padres los que inculcan a sus hijos qué instrumento tocar. Aquí se realizan chequeos constantes para valorar, -mediante un sistema con muy bajo porcentaje de error-, cuál es el instrumento de música para el que está más predispuesto, que no siempre suele coincidir con el que le gusta más.
Al mayor de los hijos de Eva, por ejemplo, le gustaba mucho la flauta travesera, y al final acabó tocando la guitarra eléctrica. «Nos sorprendió a todos, pero no falla, es su instrumento».
Normalmente, a partir de los 5 ó 6 años, y asistiendo junto a los padres a las clases, podrán ya especializarse en un instrumento en concreto. Pero han de ser ellos quiénes decidan cuál.

Los padres también aprenden
El ‘All Mozart’ incluye también a los progenitores, porque si no saben nada de Música, no podrán participar de la Educación de sus hijos. Así que hay un curso en el que los padres se reúnen para asimilar unas pautas mínimas. «No se trata de que tengan el nivel de los hijos, sino de que puedan involucrarse en su Educación», aclara Eva.

A los 8 años, hay que decidir
A partir de los 8 años es cuando empieza la Educación Oficial. Los pequeños que hayan estado estudiando pueden decidir si continúan con la carrera oficial, para obtener un título de igual rango que el de Derecho o Periodismo, o si lo hacen de manera no oficial.

Más autonomía y socialización
Los viajes e intercambios que se programan les hacen más autónomos, y al mismo tiempo generan entre los alumnos nexos de amistad duraderos. Un ejemplo es el del grupo Kolier. Se conocen desde los 4 años y han ganado numerosos premios y reconocimientos. Son un claro ejemplo del exitoso sistema de enseñanza del Liceu de Música.

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