Construyamos el futuro juntos
Decía Bauman que “lo que antes era para toda la vida, hoy se ha convertido en atributo del momento; el futuro ya no es para siempre, necesita ser construido continuamente”.
Esta reflexión la hacía de forma muy acertada, apoyada en la inmediatez con la que vivimos, con la velocidad a la que cambian las cosas: la tecnología, la ciencia, las relaciones humanas, la política, la comunicación… todo en definitiva, y por eso advertía del riesgo de no estar vigilante y pendiente de ese futuro cambiante. Tenemos la obligación de estar constantemente imaginando el futuro que hay construir.
Y si hablamos de futuro, de imaginar, de construir… permitidme la licencia de comparar. No hay mejor aval que los hechos, y en nuestro partido de eso sabemos mucho… más de 140 años de historia y muchas etapas en todos los ámbitos de gobierno dejan bien a las claras quien es el partido que ha acuñado los mayores logros de de nuestra democracia: Educación Universal, Sanidad Universal, Ley de Dependencia, Ley de Matrimonio Igualitario, Ley de Salud Sexual y Reproductiva, etc.
Pero no quiero ir a gobiernos anteriores. Quiero que hagamos un simple ejercicio: pensar cómo estábamos hace cuatro años en la Comunitat Valenciana… portadas a diario de corrupción, imputaciones, avergonzados de las instituciones… políticos tan acorralados que hacía mucho tiempo que sus esfuerzos no estaban en la acción política, si acaso en la judicial.
Y Ximo Puig, con el pacto del Botànic, ha cambiado todo eso. Ha recuperado la dignidad de las instituciones con un gobierno honesto y con mucha acción política: derogación del copago, programa Edificant, Xarxa llibres, reversión del ‘modelo Alzira’… o la renta valenciana de inclusión.
Nuestra comarca, después de un pequeño parón, ha vuelto a recuperar impulso y tener un liderazgo con el plan estratégico que acaba de impulsar la Mancomunitat para hablar de industria, de especialización o de movilidad, donde tenemos mucho trabajo que hacer aún, pero donde ya hay proyectos que avanzan en el buen camino como las nuevas conexiones de bus, lanzaderas y transporte público nocturno.
Y permitidme que compare también estos cuatro años en Torrent, algo que es similar al resto de municipios. Cómo ha cambiado el cuento: de 60 millones de deuda a algo más de 30; de no tener inversiones propias a poder invertir más de 12M de superávit en dos años, más 11M de
Europa o más 30 millones con proyectos del Consell que, más alá de los números fríos, harán realidad un nuevo pabellón, un centro de salud, el Palacio de Justicia, la rehabilitación de todos los centros educativos…
Casi nada en cuatro años, ¿verdad? Pues aún es casi más milagroso el cambio de España en nueve meses. Antes teníamos un Parlamento bloqueado, incapaz de dialogar y con un gobierno condenado por corrupción; ahora estamos recuperando el tiempo perdido, siendo referentes en
Europa, y recuperando derechos: subiendo el Salario Mínimo Interprofesional, las Pensiones, el Subsidio para mayores de 52 años, el bono social energético… y, lo más importante, con proyecto de futuro donde cabemos todos y todas.
Pues sí, el tiempo pasa rápido. Y en breve afrontaremos dos elecciones, dos convocatorias que decidirán quién queremos que imagine nuestro futuro, que decidirán si caminamos ‘entre Neandertales y pistolas’ o miramos al futuro. Dos momentos que decidirán si dialogamos o imponemos el pensamiento único. Unas elecciones que nos dirán si funciona la política en positivo o la del odio, la confrontación, donde cabe una única España o una España diversa.
Tenemos un gran reto por delante, incierto pero apasionante, y no podemos permitir, y sé que no lo vamos a hacer, que la mayor revolución de nuestro siglo, porque no ha habido mayor revolución que la de la mujer y la de la igualdad efectiva -que está cambiando ya la verdad institucionalizada con la que nos han engañado desde siempre-, tenga que oír cómo algunos aún creen que pueden decidir por ella o su vientre, o que se puede ser libre y comercializar su cuerpo. No lo podemos consentir.
Muchos son los retos, los cambios inciertos y tendremos que imaginar el futuro constantemente. Pero sólo habremos acertado si no retrocedemos en derechos, si no dejamos a nadie atrás, si lo hacemos con diálogo, con ambición, con el objetivo romántico pero posible de buscar la felicidad y la mejora de la vida de las personas. Y lo hacemos pensando en Europa, pensando en nuestro país, pensando en nuestra Comunitat y pensando en Torrent. Pensando en grande y juntos. Ahora es el momento, después ya no habrá marcha atrás.