El campo valenciano, moneda de cambio una vez más
Las movilizaciones de los citricultores valencianos y el malestar social generado han puesto de manifiesto el maltrato tan evidente que la Unión Europea les dispensa, favoreciendo la naranja o la clementina que llegan de Sudáfrica sobre las de nuestros campos.
Desde Contigo Somos Democracia ya lo hemos advertido en más de una ocasión, y en nuestro viaje de trabajo al Parlamento Europeo en Estrasburgo del mes de octubre ya pusimos sobre la mesa que había que doblar los esfuerzos para revertir el acuerdo de 2016 y frenar la importación de cítricos, especialmente mandarinas, desde Sudáfrica que está perjudicando al sector agrícola valenciano.
Nuevamente nuestros gobernantes han llegado tarde y mal, y no es la primera vez que ocurre, ni la segunda, ni será la última. Desde PP, PSOE, Ciudadanos y Compromís ahora todos se envuelven en la bandera de la defensa de los agricultores, dos años y medio tarde, y lo hacen sin rubor, como si no supieran de la situación desde hace años en los que no han hecho absolutamente nada.
Ahora pugnan por ver quien ha defendido más a los agricultores valencianos, y ponen cara de buenos chicos y chicas, y de preocuparse. Falacia tras falacia.
2016 era el año en el que el Botànic tenía que haber defendido los intereses de los agricultores valencianos, y no lo hicieron. 2016 era el año en el que gobernaba España el PP, y desde la Comunitat, su partido calló y transigió. 2016 era el año en que Ciudadanos tenía la lleve de la gobernabilidad en España, pero nuestros agricultores no estaban ni en su agenda ni en sus prioridades.
Como lo negarán unos y otros, pongamos negro sobre blanco las fechas. El 14 de septiembre de 2016 el pleno de la Eurocámara dio el visto bueno al pacto entre la UE y Sudáfrica, Botsuana, Lesoto, Mozambique, Namibia y Suazilandia, por el que sus exportaciones tendrían un trato preferente en el mercado comunitario.
Rajoy fue investido Presidente del Gobierno el 29 de octubre de ese 2016, tras meses de negociaciones con Ciudadanos y con el PSOE. Y el Botànic de Compromís, PSOE y Podemos gobierna nuestra autonomía desde 2015. Si hubieran querido podían haber hecho algo más, pero no quisieron, por dejadez o ignorancia, no sé qué es más grave.
Ni una voz se alzó lo suficientemente alta entonces como para parar un mal acuerdo para nuestros agricultores. Cuando en octubre la delegación de Contigo estuvo en el Parlamente Europeo nuestra petición no encontró eco entre los partidos mayoritarios.
La agricultura valenciana fue otra vez moneda de cambio, otra vez salimos perdiendo, y nadie asume la responsabilidad.
Y ahora hacen como que se lamentan. Lágrimas de cocodrilo, robadas al sudor de nuestros agricultores.