El centro de día de Albal acogerá a 30 discapacitados intelectuales de L’Horta Sud
El centro de día de Albal, destinado inicialmente a las personas mayores del municipio, pero que permanecía sin uso desde que fue construido hace más de ocho años y que, tal como adelantó este periódico el pasado 4 de octubre, abrirá por fin sus puertas a finales del próximo mes de diciembre, aunque con usuarios distintos a los previstos en un principio, atenderá a treinta discapacitados intelectuales de la comarca de L’Horta Sud, dando siempre prioridad a los demandantes de la población y una vez finalicen las obras de adaptación a su nueva finalidad, las cuales se realizarán durante el mes de noviembre, como finalmente se ha confirmado desde el ayuntamiento.
El pasado 17 de octubre, el Ayuntamiento de Albal aprobó precisamente, en un pleno extraordinario y por unanimidad, el inicio del expediente y las bases para la concesión del uso privativo del centro de día durante diez años, mediante adjudicación directa, y tal como avanzó ya también este periódico en febrero de 2018, a la Asociación Valenciana de Ayuda a la Parálisis Cerebral (Avapace), una aprobación de cesión que será sometida ahora a exposición pública durante 30 días.
El ayuntamiento y Avapace ya firmaron, en enero de este año, un convenio que llevó consigo la puesta en marcha, de forma provisional, de un servicio de atención temprana comarcal, subvencionado por la Generalitat Valenciana, en unos locales municipales, t en el cual ya se contemplaba la cesión gratuita del centro de día a la asociación para atender a discapacitados intelectuales de la comarca, así como la contratación del personal necesario para la gestión del centro a través de la Agencia de Empleo y Desarrollo Local de Albal.
Posteriormente, el pasado mes de julio, el ayuntamiento solicitó, a la Dirección General de Personas con Discapacidad y Promoción de la Autonomía Personal, la autorización del centro de día de Albal para atender a discapacitados intelectuales y, además, aprobó el proyecto de reforma para la adecuación del edificio destinado a este nuevo uso.
Para el alcalde, Ramón Marí, “es una satisfacción dotar de vida, de medios y de protección a las personas y familias que se beneficiarán de este recurso de carácter social y que funcionará a pleno rendimiento”.
La Asociación Valenciana de Ayuda a la Parálisis Cerebral (Avapace) es una entidad sin ánimo de lucro y declarada de utilidad pública, formada por personas con parálisis cerebral junto a sus padres y madres, hermanos y demás familiares, así como profesionales y voluntarios. Se fundó en 1972 “para mejorar la calidad de vida de las personas con parálisis cerebral y a luchar por sus derechos fundamentales”. Esta asociación cuenta con un colegio de educación especial en Bétera y tres centros de día para adultos, uno también en Bétera, otro en Meliana y otro en València, y una residencia también en València.
Una obra pagada por la Generalitat
El centro de día de Albal, destinado en un principio a atender a las personas mayores en situación de dependencia residentes en la población, costó 1,6 millones de euros, pagados por la Generalitat Valenciana a través del llamado entonces Plan Confianza, y fue construido por la empresa Jofiba, SA, en una parcela de propiedad municipal de 1.549 m2, en la zona residencial cercana al paraje de la ermita de Santa Ana, junto al parque del Bosque Mediterráneo, de 32.000 m2, otra obra pagada también a través del citado plan de la Generalitat.
Posteriormente, dicho centro contó con una subvención de 100.000 euros de la Diputación de Valencia para su equipamiento interior y, una vez a punto, durante los años en que ha estado cerrado, desde el ayuntamiento se ha intentado su puesta en marcha sin conseguirlo, aunque siempre bajo el planteamiento de la privatización de su gestión. Finalmente, el centro abrirá sus puertas mediante la cesión a una asociación sin ánimo de lucro y su destino y adaptación a un uso diferente.
El edificio, totalmente equipado y amueblado, tiene una capacidad para 90 plazas y cuenta con un comedor, cocina y sala de estar con terraza exterior, espacios para gimnasia y rehabilitación, así como una sala de curas, despachos para consultas médicas y de psicólogo y aseos adaptados, si bien esta configuración cambiará ahora con la reforma y adecuación para el nuevo uso que se le va a dar.