El Club de Historia Puçol disfruta dos visiones distintas de Bocairent
El sábado 28 de octubre, 60 amigos del Club de Historia Puçol visitamos Bocairent: un autobús lleno y una programación «para todos los públicos» que combinaba los lugares más conocidos (Covetes dels Moros, Cava Sant Blai, Plaza de Toros) con otra visita inédita, que incluía parte de la Ruta Mágica, la Ruta del Agua y zonas poco conocidas del casco urbano.Todo ello en colaboración con la Oficina de Turismo de Bocairent y Arquea.
La mañana sirvió para recorrer los sitios turísticos, los que todos esperábamos ver: Cava Sant Blai, Covetes del Moros, Centro de Interpretación de las Cuevas (Cueva Colomer) y Plaza de Toros excavada en la piedra.
Un amplio recorrido exterior e interior diseñado en colaboración con la Oficina de Turismo de Bocairent, cuyo trato fue exquisito, en especial Ana, con la que es muy fácil organizar visitas, aunque haya que encajar distintos horarios y grupos, dado que en las Covetes delsMoros las visitas son para pequeños grupos y con gente dispuesta a pasar por espacios muy «apretados».
También alguna mesa tuvo que estar «apretada» para la comida en Casa Chimo, un lugar céntrico con una cocina muy recomendable. No es fácil encontrar locales para 60 comensales en cada pueblo que visitamos… pero la buena predisposición siempre encuentra soluciones.
Y, tras el descanso, por la tarde llegó el turno de Carmina Revert (de Arquea, una empresa de arquitectos amantes del patrimonio), con una propuesta espectacular, alejada de las visitas «turísticas»: hubo que andar, trepar y lo que hiciera falta… pero pocas veces un pueblo nos lo han mostrado con tanta pasión.
Desde la plaza del Ayuntamiento, pasando por la iglesia y el casco antiguo, hasta el que fuera considerado puente más importante del Reino de Valencia en el siglo XV y, con un recorrido inédito junto a las acequias que rodean el casco urbano, un acercamiento a las viviendas históricas, muchas de ellas con sus cuevas excavadas en la montaña, ermitas, calles de trazado medieval y, finalmente, una degustación de licores y productos típicos de la Sierra Mariola… algo que hacía falta para reponer fuerzas antes de subir al autobús de regreso.
Probablemente una de las rutas más sorprendentes de todas cuantas hemos disfrutado a lo largo de las 35 visitas guiadas que acumula el Club de Historia Puçol en sus más de 7 años de historia.