El PP de Paiporta afirma que «el Gobierno del municipio ha abandonado Villa Amparo, una de sus promesas electorales»
Cuatro años después de que Compromís accediese a la alcaldía de Paiporta con la rehabilitación de Villa Amparo como una de sus promesas electorales estrella, esta emblemática casa paiportina presenta «el peor de sus aspectos, en ruinas, y sin haber recibido una sola inversión en toda la legislatura».
Desde el Partido Popular recuerdan que «en 2008 Compromís nos exigió el cierre adecuado de la casa para prevenir posibles accidentes e incidentes y además pedía al consistorio la rehabilitación y uso social del inmueble. Después utilizó Villa Amparo como una de sus grandes promesas electorales, pero durante su mandato no han hecho nada».
La última actuación se produjo en 2014 con el PP en la alcaldía, entonces se reforzó la cúpula y la estructura para evitar su desplome, se tapiaron accesos y se valló el edificio. El entonces alcalde Vicente Ibor «garantizó que las actuaciones iban a proseguir pero con el cambio de gobierno y la llegada del tripartito se abandonó el emblemático edificio paiportino».
“Abandonado y peligroso” con estas palabras muchos vecinos de la zona definen el estado del edificio de Villa Amparo situado en un parque infantil muy frecuentado.
El PP de Paiporta ha exigido a la alcaldesa que «ya que ha incumplido la palabra dada sobre la rehabilitación y uso social de Villa Amparo al menos mantenga el vallado y la seguridad que heredó del anterior gobierno». “Es una tónica ya habitual del bipartito en Paiporta, cuando estaban en la oposición exigían y prometían, después abandonan los edificios y sin escrúpulos le cuentan a los vecinos que han cumplido con el 99 por ciento de programa electoral, tanta hipocresía harta a la gente y es normal que los padres de la zona estén indignados”, como apunta el candidato a la alcaldía por el PP Vicente Ibor.
Paredes semi derrumbadas, grietas, cables de acero cortando el paso, escombros, basura, carritos de supermercado y recovecos por los que se puede acceder al peligroso interior del edificio componen el estado ruinoso de un espacio otrora emblemático de Paiporta. “El pasotismo es absoluto y su justificación bordea lo surrealista, nos dicen que es demasiado caro, puede que sea costoso, pero es que para hacer cosas importantes para los vecinos no es malo endeudarse y tener prioridades», como asegura Ibor, quien ha añadido que «mantener la valla y el edificio en condiciones no es una cuestión de dinero sino de dejadez”.
En los últimos días el vallado ha estado de nuevo abierto y se ha percibido de nuevo movimiento en el interior, “si no se lo toman en serio, podría haber una desgracia y no podrán argumentar desconocimiento porque la propia alcaldesa lo denunció”, sostiene Vicente Ibor.