El soterramiento de vías en Alfafar estuvo a punto de hacerse en 2001

T. L.

Iniciado el siglo XXI, en el mítico año 2000, cuando hacia ya más de veinte años que se venían produciendo protestas y manifestaciones vecinales por los problemas y accidentes en el paso a nivel de Alfafar-Sedaví, en alguna de las cuales llegó a haber manifestantes detenidos, juzgados y condenados por cortar el paso a los trenes, la Generalitat Valenciana (gobernada por el PP) presentó como solución un proyecto para el soterramiento de las vías en un tramo de 1.220 metros, una alternativa realista a lo que reivindicaban los vecinos, que era realizarlo desde Valencia hasta Silla.

Poco tiempo después, en el año 2001, cuando ya se había anunciado que comenzarían las obras, cuya finalización estaba prevista para 2003, el Ministerio, llamado entonces de Fomento (también gobernado por el PP), se encargó de dejar el proyecto en vía muerta. En respuesta a una pregunta realizada por el entonces diputado socialista Francesc Romeu, desde Fomento se indicó que “no era aconsejable” en aquel momento comenzar las obras y que tendrían que esperar a que estuviera construida la nueva vía de entrada del AVE a Valencia, con el fin de que se pudieran desviar los trenes por este nuevo acceso para poder llevarlas a cabo.

En vista de la situación, Vicente Dómine, el entonces director general de Transportes de la Generalitat Valenciana, que había presentado a bombo y platillo el proyecto a los alcaldes de las poblaciones afectadas, intentó evitar el fiasco asegurando que las vías se soterrarían antes de que se construyera el AVE. La propia Generalitat, ante el argumento esgrimido por el Ministerio, señaló que no había problema para el desvío de trenes, necesario para poder realizar las obras, puesto que en el propio proyecto estaban contempladas una vía y una estación provisional para mantener la circulación de los convoyes. Claro que, a la vez, tuvo que reconocer que, para ello, se necesitaba la autorización del Ministerio, la cual se estaba esperando para poder continuar adelante. Y así se quedó, esperando.

De Sedaví a Massanassa

En el proyecto de la Generalitat se contemplaba el soterramiento de las vías mediante un túnel de 1.220 metros de longitud, cuya rampa de entrada comenzaría en el límite del término municipal de Sedaví y la de salida lo haría en término de Massanassa, mientras que las obras afectaban a los términos municipales de Alfafar, Benetússer y Sedaví. El tramo realmente soterrado de vías contemplado en el proyecto empezaba justo en el paso a nivel y terminaba en el túnel existente en la avenida Reyes Católicos de Alfafar. El total de la longitud de la construcción, contando las rampas, que estarían protegidas por los correspondientes muros, era de 3.160 metros. Asimismo, también contemplaba la construcción de una nueva estación subterránea.

El proyecto, que fue sometido previamente a la correspondiente exposición pública para recibir alegaciones de los ayuntamientos afectados, tenía entonces un presupuesto de 7.972 millones de las antiguas pesetas y un plazo de ejecución de las obras estimado en dos años.

Estudios previos

Para realizar este proyecto, se utilizó como base el denominado ‘Estudio de alternativas y anteproyecto de soterramiento de la línea de Renfe Valencia-La Encina en los términos municipales de Alfafar, Benetússer y Sedaví’, elaborado por la empresa AEPO, SA. A su vez, había un precedente, realizado en abril de 1999 por la empresa ETT, SA, denominado ‘Estudio de viabilidad del soterramiento de las vías entre los términos municipales de Alfafar y Benetússer’.

En relación con estos estudios, desde Sedaví se adujo que no parecía acertada su inclusión en ellos, puesto que el soterramiento sólo se producía en Alfafar y Benetússer, mientras que el término de Sedaví, aunque resultaba afectado por la obra, no acogía ninguna parte del tramo realmente soterrado, sino sólo la rampa de entrada de los trenes. No obstante, se reconoció que era una solución adecuada.

“Una utopía”

Así y todo, este proyecto, aunque venía a solucionar el problema del paso a nivel, se veía como algo parcial, porque la reivindicación histórica predominante en esa época era la del soterramiento de las vías desde Valencia hasta Silla. Sin embargo, en aquel entonces, el propio director general de Transportes de la Generalitat Valenciana, Vicente Dómine, se encargó de desvanecer lo que parecía un sueño diciendo que era “una utopía, porque costaría 30.000 ó 50.000 millones (de las antiguas pesetas) y, en el mejor de los casos, podría tardar veinticinco años más en realizarse. Es una cuestión de prioridades”.

El caso es que, veintitrés años después de este proyecto y tras más de cuarenta de protestas y reivindicaciones, y pese a las muchas víctimas mortales que se ha cobrado, el paso a nivel sigue ahí, viendo pasar el tiempo. Cuestión de prioridades.

Pie de foto: Vista aérea de la zona de vías de Alfafar-Sedaví incluida en el proyecto de soterramiento del año 2000.