Hacia un enfoque territorial en la política de cohesión europea
Artículo escrito por Bartolomé Nofuentes, presidente de Partenalia
La cohesión en Europa es fundamental para mejorar la calidad de vida de la ciudadanía e impulsar proyectos adecuados para perseguir este objetivo. Por este motivo, los poderes locales intermedios son fundamentales para no dejar a nadie atrás, ya que los vínculos de proximidad que unen a las autoridades locales intermedias y a los ciudadanos permiten una mejor comprensión de las necesidades y desafíos específicos de la población local, garantizando así intervenciones más efectivas y específicas. La cohesión está en el centro del proyecto europeo y es una herramienta decisiva para fortalecer el vínculo de confianza entre Europa y las regiones que la constituyen.
Desde Partenalia apoyaremos que las autoridades intermedias gestionen al menos el 15% de los fondos europeos dada su proximidad a la ciudadanía y a sus inquietudes del día a día.
La Europa del mañana apoya a los más vulnerables, pero también a los más innovadores. Por ello, debe ser capaz de apoyar a las autoridades locales intermedias para hacer frente a todo tipo de crisis apoyándose en iniciativas hacia una mayor resiliencia territorial. La cohesión es el motor para una transformación adecuada de nuestras comunidades y territorios y el desarrollo equilibrado y resiliente debe ser una prioridad absoluta. Y para hacerlo posible es vital la gestión adecuada de los fondos europeos y sus posibilidades como motor de desarrollo.
Las autoridades locales intermedias son esenciales porque son el vínculo crucial entre las zonas rurales, periurbanas y urbanas y los interlocutores esenciales para las ciudades pequeñas y las zonas remotas. Con todo, los entes locales apuestan por la financiación de la gestión compartida, la gobernanza multinivel y el principio de asociación como principios rectores de la política de cohesión, incluso después de 2027. La experiencia ha demostrado que una mayor centralización de la financiación conduce directamente a una reducción de la eficiencia de las intervenciones y a una exclusión de las posibilidades de participación provincial, por lo que la descentralización es la clave para reducir las disparidades territoriales, principio consagrado en el Tratado, que constituye la razón de ser de la política de cohesión.