La Creu de Pere Mora: testigo de la historia de Torrent desde el Renacimiento
Desde el renacimiento hasta nuestros tiempos, Torrent ha permanecido bajo la mirada de la Creu de Pere Mora. Se trata de una cruz de término de finales del siglo XVI que se encontraba en una de las salidas del municipio, junto al camino de Picanya, formando parte de las cruces instaladas en las entradas más relevantes de la localidad. Durante los primeros días de la Guerra Civil, todas las cruces fueron destruidas excepto la Creu de Pere Mora, que fue recogida por un vecino que la mantuvo oculta hasta que finalizó el conflicto bélico, siendo reconstruida e instalada a la Plaza de la Iglesia en 1939.
Con el objetivo de poner en valor esta pieza clave para la historia de la ciudad, el Ayuntamiento de Torrent ha presentado el proyecto de restauración de la cruz ante la Unidad de Inspección de Patrimonio Histórico-Artístico de la Consellería de Cultura, que esta semana ha dado luz verde a la subvención del mismo. Así, la delegación de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Torrent ha puesto en marcha los trámites para realizar las actuaciones previstas en el proyecto de restauración.
Estas actuaciones consistirán en un análisis previo de la situación del elemento protegido, una limpieza del mismo eliminando manchas, suciedades y acumulaciones indebidas. En el momento en que la limpieza de la roca esté finalizada, se procederá a la extracción y sustitución de elementos metálicos interiores, puesto que originan el deterioro de la piedra por oxidación. Para finalizar la restauración de la cruz, se realizará la consolidación de grietas y fisuras así como la adecuación cromática de la misma.
Las cruces de término en Torrent
Levantar cruces en conmemoración de fechas o acontecimientos, o como simples testimonios de piedad cristiana, generalmente junto a los caminos para fomentar la piedad de los viajantes, era una antigua costumbre en el Reino de Valencia. Según el historiador Silvino Beneyto Tasso en su publicación de 1912 Guía histórico descriptiva de la villa de Torrent señala que: “La primera noticia relativa a la misma la encontramos en los mandatos de la Visita Pastoral celebrada en la parroquia de esta población el 11 de setiembre de 1583”. Beneyto afirma en esta publicación que el motivo de llamarse Pere Mora se desconoce, indicando que: “[…] únicamente a título de conjetura aventuramos la opinión de que quizás se relacione este nombre con el de la calle así llamada que anotamos en nuestro «Catálogo» de esta población”.
Según el historiador Vicente Beguer Esteve en su publicación Las Cruces terminales de Torrente, Revista Fiestas Patronales, año 1968, afirma que el municipio “siempre ha poseído cruces terminales, en número de cuatro. La de entrada, en la subida del puente, viniendo por la carretera de Valencia y Alacuás. La del camino Picaña, la del camino de Albal, situada en las cercanías del cementerio y la de la carretera Real, situada en la desaparecida Ermita de san Gregorio”. La Creu de Pere Mora es la única que se conserva del siglo XVI, “De las antiguas cruces sólo conservamos la de Pere Mora, que recuperados los restos en plena guerra civil por D. Miguel Mora Muñoz, finalizada la misma, fue colocada en la Plaza de la Iglesia, donde podemos admirarla, ya que representa un valor escultórico muy notable”, destaca Beguer.