La depuradora de Torrent recoge 85 toneladas de toallitas al año
Pinturas, aceites, detergentes, jabones, bastoncillos, toallitas, medicamentos, plaguicidas, entre otros, aparecen cada día en el alcantarillado, generando graves problemas en la red y en las tareas de depuración.
Así, la depuradora de Torrent gestionada por Aigües de l’Horta recoge anualmente alrededor de 150 toneladas de residuos sólidos y gran parte de esta cantidad, aproximadamente 85 toneladas, corresponde a toallitas. Las instalaciones más dañadas por este hecho son las estaciones de bombeo de aguas residuales de la depuradora, que requieren aproximadamente dos limpiezas semanales, lo que genera un descenso de la vida útil de las infraestructuras hidráulicas, ya que ésta está asociada al buen uso que se realice de las instalaciones. Así, algo que debía ser una excepción, se ha convertido una rutina diaria para el personal operario de Aigües de l’Horta.
“Se ha admitido históricamente que el principal problema en cuanto a contaminación aportada en la red de alcantarillado son los causados por los vertidos industriales. Aunque esto es cierto, también lo es que cada vez se encuentran más contaminantes cuya procedencia está ligada al consumo y prácticas esencialmente domiciliarias. Estos contaminantes van en aumento y son difícilmente tratables en las depuradoras” según ha indicado Salvador Santamaría, gerente de Aigües de l’Horta.
Así, cada vez se detecta en las depuradoras una mayor presencia de aguas poco biodegradables asociadas principalmente a que los productos de limpieza e higiene se usan en mayor cantidad.
El vertido de medicamentos a la red de alcantarillado es otro de los causantes de los problemas de depuración. Hecho que se solventa simplemente depositando los medicamentos en los puntos específicos para su retirada, los denominados puntos SIGRE.
Los equipos particulares de tratamiento del agua instalados en las viviendas, tales como descalcificadores, generan problemas por el aumento de la concentración de sales en el alcantarillado ya que estos equipos vierten elevados volúmenes de salmueras. Dichas salmueras no deberían verterse al alcantarillado, si no ser recogidas y gestionadas correctamente.
Por último, productos como aceites y pinturas contaminan el agua y de nuevo generan problemas en la depuración; al igual que en el caso de los fertilizantes, normalmente asociados a las malas prácticas por la limpieza en casa de los utensilios utilizados en la fumigación.
Todos estos productos afectan además a las instalaciones interiores de saneamiento de los edificios de viviendas, donde los ciudadanos sufren de primera mano sus consecuencias. Las fibras de estos productos higiénicos provocan la obstrucción de dichas redes, en especial de las arquetas de saneamiento de forma que también se deben aumentar la periodicidad de las limpiezas y mantenimiento, lo que supone un mayor coste para la comunidad de vecinos.
“Por lo tanto, no se debe entender que el alcantarillado es el sistema para deshacernos de cualquier desecho que generemos en nuestras viviendas. Las buenas prácticas por parte de todos los vecinos son necesarias para lograr un ciclo del agua sostenible, con los mínimos impactos sobre el entorno” ha añadido Santamaría.
Estos motivos han llevado a Aigües de l’Horta a adherirse recientemente a la Declaración internacional del sector del agua urbana contra el “monstruo de las cloacas”, una iniciativa que parte de la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS) que pretende evitar los problemas medioambientales y económicos provocados por obstrucciones y daños en los equipos de las redes de alcantarillado y estaciones depuradoras.