La importancia de celebrar San Jorge en la ermita de El Puig de Santa María
Un recorrido por el Puig es un recorrido por la historia del pueblo valenciano. Uno de sus elementos patrimoniales destacados y que a día de hoy todavía no se le ha dado el protagonismo que merece es a la ermita de San Jorge.
Julio Samuel Badenes, historiador y cronista de El Puig, nos explica qué sentido tiene celebrar la festividad de San Jorge el 23 de abril en la ermita ubicada en la población.
“Creo que cualquier acción que nos haga recordar y reflexionar sobre nuestra identidad desde una conciencia histórica que tiene en cuenta todo nuestro cuerpo histórico, en sus tres dinámicas dimensiones (pasado histórico-presente-futuro) nos convierte en mejores valencianos. Por el contrario, cualquier conmemoración que parte de una concepción que santifica, congela y anula el devenir histórico y la multiculturalidad histórica valenciana falsea nuestra identidad y no nos permite avanzar hacia una sociedad valenciana más comprensiva, libre y democrática”.
“El Llibre dels Fets” continúa Badenes, “nos muestra que tanto Jaume I, sus antepasados, como los guerreros que le siguieron en la conquista de Valencia, ya tenían presente a san Jorge como guerrero sobrenatural que ayudaba a las huestes cristianas. Así, sobre la conquista de Mallorca, dice: “els sarraïns, primer veieren entrar a cavall un cavaller blanc amb armes blanques; i la nostra creença és que fos sant Jordi, perquè en històries trobem escrit que en altres batalles de cristians i de sarraïns se l’ha vist moltes vegades” (Llibre dels Fets, cap. 84)”.
Referencias históricas
Por tal motivo, “tras la asombrosa victoria en la Batalla de Enesa, en donde el ejército comandado por Bernat Guillem de Entença (2000 infantes y unos 200 caballeros), venció al gran ejército musulmán (11000 guerreros de infantería y 600 jinetes), los reyes de la Corona de Aragón y sus súbditos, al profesar una gran veneración a San Jorge, encuentran en él la explicación de tan milagroso hecho bélico en territorio podiense. Y, toda esa creencia que fue forjándose a lo largo de un siglo aparecerá registrada, por primera vez, en la Cronica de san Juan de la Peña, escrita entre 1369 y 1372, al afirmar que, en la contienda de El Puig, “apareció Sant Jorge con muytos caballeros de paradiso qui los ayudo a vencer la batalla”(cap. 35, 230-239)”.
Una festividad arraigada
“En Valencia, la festividad de San Jorge era observada desde 1343, por orden de Pedro el Ceremonioso, lo que confirma el culto al milagroso guerrero y el agradecimiento a su intervención durante la Batalla de El Puig, acontecimiento clave para la conquista del cap i casal. Por la misma razón, el 21 de mayo de 1574, la Junta de Fábrica de “Murs y Valls” de Valencia acordó que “hahon aparegue lo gloriós senct Jordi al invictissim rey don Jaume … en lo loch del Puig” “sia feta una capella cuberta ab son altar dins” (Sitiada 5 de marzo 1575) en donde poder celebrar los actos religiosos en honor al santo matador del dragón. Esta capilla se comenzó, pero no se terminó. Por ello, en el siglo XVIII, “la comunidad y Villa del Puig construyeron una pequeña ermita a donde anualmente el dia de S. Jorge bajaba desde el santuario una solemne procesión presidida por el P. Vicario de la Parroquia con capa pluvial; y se componía de la comunidad, los vecinos y el Ayuntamiento de la villa cuyo síndico llevaba el estandarte privilegiado del Rat Penat y en dicha ermita, se rezaba la oración propia del Santo, y la antífona correspondiente. Desde la invasión francesa no hay memoria de haberse celebrado, y la pequeña ermita amenazaba ruina” (Fuentes y Ponte, Memoria histórica Nuestra Señora del Puig, 1879, pp. 316-317)”, explica Badenes.
Ubicada en el Puig propiedad del Ayuntamiento de Valencia
En el siglo XX, y debido a la importancia histórica y cultural de la ermita, el Ayuntamiento de Valencia consigue convertirse en propietario del terreno en donde se encontraba la ermita de San Jorge; realizando la restauración del templete en 1927, para que en él se celebren actos entre los que descuella “por su importancia, el 23 de abril, día de San Jorge, con una misa en honor del Santo” (La ermita de san Jorge en El Puig, 1927, p. 10).
“Hoy día, en pleno siglo XXI, la celebración de San Jorge nos recuerda quiénes somos y de dónde venimos: del enfrentamiento medieval de dos culturas y su posterior evolución histórica. El ser conocedores de ello nos dota de conciencia histórica, y nos permite reflexionar sobre tal realidad, dándonos cuenta de que somos, los valencianos, seres multiculturales. Ello nos aleja de la actitud etnocentrista del hombre medieval, siendo capaces de construir una Comunidad valenciana que engrandece su horizonte comprensivo y se aleja de falsas concepciones que petrifican la identidad”.