La ‘mona de Pascua’ prevalece como favorita a través de las décadas
La mona de Pascua va a estar durante todos estos días como una amiga fiel a nuestro lado para compartir los mejores momentos de esta Semana Santa y es que la ‘mona de Pascua’ es uno de los alimentos dulces preferidos dentro de la repostería española y sobre todo en la valenciana durante estas fechas.
Es un dulce que simboliza que la Cuaresma ha acabado. El nombre proviene de la munna o mouna, término árabe que quiere decir «provisión de la boca», regalo que los moriscos hacían a sus señores. La mona es un postre de gran tradición en todo el Mediterráneo. En Valencia y sobre todo en l´Horta se le conoce como mona o “panquemao” aunque en algunos sitios como en l´Horta Nord y Sud hacen diferenciaciones entre este dulce.
Por ejemplo, la ’mona de Pascua’ en Museros, Foios, Moncada o Meliana o lo que es lo mismo en la zona Nord es el dulce pequeño que se suelen comer los más jóvenes que simulan figuras. El panquemado o “panquemao”, este término se utiliza más en l’Horta Sud para hacer referencia a la mona mientras que en l´Horta Nord el panquemao es en sí la coca tal cual para compartir.
Hay de diversas clases según el gusto del consumidor: la coca de anous (nueces) o sense res (coca sola) o rellena de crema.
Sea como fuere, la mona de Pascua es en estos días la reina de estas dos semanas en las que entramos. Se come oficialmente hasta la festividad de San Vicente.
Los hornos alargan la elaboración de este dulce que llena los capazos de mimbre a la hora de merendar junto con las tradicionales también longanizas de Pascua para ir a ‘votar a la corda’ o ‘envolar el catxirulo’ aunque antiguamente sobre los años 60 y 70 se comía solo los tres días de Pascua; ni más ni menos, y actualmente podemos encontrar monas ya desde que pasan las fallas.
La mona es desde hace siglos la protagonista, pero ¿cómo era de protagonista hace 40 años? ¿Cómo se elaboraba? ¿Llevaba los mismos ingredientes? ¿Qué ha cambiado desde entonces si tan intacta sigue la tradición siglos después?Marisa Pomares gerente del Horno y Pasteleria dels Quatre Cantons de Moncada nos lo aclara y es que ella, desde bien joven, ya ayudaba en la elaboración de este dulce tan de Pascua. “La mona de Pascua lleva siglos con nosotros, pero bien es cierto que ha ido evolucionando en algunos aspectos, aunque nunca en su elaboración ni en su proceso. Los ingredientes siguen siendo desde siempre los mismos: agua, harina, huevos, una pizca de sal, azúcar, aceite y levadura prensada. La elaboración artesanal es la de siempre: trabajar la masa y hacer que fermente para meterla en el horno”.
Pomares destaca que “el cambio más significativo para mi es pasar del huevo duro hervido que es el ingrediente añadido que adorna la mona que ahora es de chocolate para los más pequeños. Siempre piden ahora el de la famosa marca que lleva un regalo dentro al tradicional de huevo duro. Para la gente mayor obviamente prevalece y permanece el huevo hervido o duro de toda la vida que aparte de comérselo antiguamente se rompía en la cabeza de la persona que te gustaba o que era tu “pasquero” o “pasquera” para vivir esos días, además el huevo era el ingrediente que nos daba proteínas porque no se podía comer carne y era como su sustituto. Ahora eso también ha cambiado”.
“Tampoco se lleva ahora eso de romper el huevo en la cabeza”, continúa “Antiguamente se hervía el huevo blanco y se coloreaba con las pieles que sobraban de las cebollas de piel roja; se hervía todo junto y el huevo cogía un color rosado; más hacia los años 80 se hervían los huevos junto con pintura titan que se mezclaba con el agua y cogían los colores que se querían, azul, verdes, rojos… años después ya vinieron los colorantes artificiales y ahora te los venden directamente coloreados y hervidos”.
“Es cierto que la mona se relaciona con días de amigos, de paellas, de meriendas, de saltar a la comba, de estar disfrutando del aire libre, de meriendas, “de torrà”. Para la merienda siempre hay mona de Pascua o “panquemaos”, con anisetes, sin anisetes, con nueces o sin nueces con forma de lagarto, cestitas, soles o animales… eso sigue siendo igual”, explica.
Las palabras ‘mona de pascua’ también tiene referencias hasta en el vocabulario valenciano, así, hoy por hoy, se puede escuchar “està pensant en la mona de Pascua” como sinónimo de estás despistado, o estás distraído, o enamorado/a. Actualmente muchos consistorios organizan iniciativas que conllevan talleres o escuelas de Pascua donde explican y muestran entre otras cosas como fabricar un catxirulo, o cuales son los dulces de las pascuas valencianos entre otras cosas.
Toda una tradición que a pesar de los años sigue casi casi intacta.
*Imagen superior: Propietarias del Horno Quatre Cantons de Moncada, años 80.