LA UNIÓ de Llauradors remarca el papel y la importancia fundamental de los agricultores y ganaderos ante la crisis por el coronavirus
LA UNIÓ de Llauradors remarca el papel y la importancia fundamental de los agricultores y ganaderos de la Comunitat Valenciana en el abastecimiento de productos frescos y de proximidad en el marco de la crisis por el coronavirus.
Carles Peris, secretaría general de LA UNIÓ, es rotundo al respecto: “Sin agricultores y ganaderos no hay alimentos; somos el primer eslabón que mueve la cadena agroalimentario y más necesarios que nunca ante este tipo de crisis”.
Cabe recordar que en estos momentos los productores trabajan aún más si cabe para seguir cumpliendo el objetivo de suministrar estos alimentos a los ciudadanos y que no exista desabastecimiento en los lineales.
También anima a los consumidores a que cubran la demanda actual con buenos productos de proximidad y no con importaciones, que serán ahora mucho menos necesarias.
LA UNIÓ considera que los productores contribuyen con el abastecimiento de alimentos básicos a la población y que hay que garantizar que estos sean suministrados en condiciones de normalidad y que se mantengan las redes de distribución habituales. Hay que recordar que los alimentos producidos con la normativa europea garantizan los estándares de calidad alimentaria, más necesaria que nunca en la actual situación.
Para LA UNIÓ es muy importante también que las Administraciones no dificulten la comercialización de frutas y hortalizas de los agricultores en mercados no sedentarios, respetando las debidas preocupaciones. Por este motivo, pide el compromiso de las administraciones para que tengan en cuenta el abastecimiento de producto fresco y de proximidad y no crear situaciones de agravio comparativo a los productores agroalimentarios del país respecto a otros tipos de alimentos.
“Es un contrasentido que no se ponga impedimento alguno a las compras en las grandes superficies o supermercados que concentran diariamente miles de consumidores en instalaciones cerradas y que, sin embargo, se pueda sentir la tentación de prohibir que se celebre un mercadillo local en un pueblo en un espacio abierto. “A ver si le vamos a poner pegas a que el agricultor local venda sus calabacines o cítricos en la plaza del pueblo y no a las naranjas de Egipto o las judías verdes de Marruecos del super”, avisan desde LA UNIÓ.