Las heridas de los voluntarios concentran el trabajo sanitario a pie de calle en Valencia
María Jesús Ezquerro
Casi tres semanas después del paso de la dana que devastó una parte de la provincia de Valencia, los sanitarios desplazados a pie de calle en la zona cero han constatado un cambio de escenario: la ayuda se centra ahora en voluntarios y personal de emergencia que se lesionan en las tareas de limpieza.
«La primera semana la gente reclamaba nuestra ayuda en la calle. El 112 estaba desbordado y no se podía llegar a muchos sitios. Ahora que las calles ya están abiertas, aunque aún con mucho barro, la asistencia que realizamos es muy diferente. Nos dedicamos mucho a los voluntarios», ha explicado a EFE Carlos Sánchez Rodríguez, responsable del contingente del Samur desplazado a Valencia.
El Servicio de Asistencia Municipal de Urgencia y Rescate (Samur), de Madrid, envió a Valencia el pasado 1 de noviembre una expedición de 35 personas para apoyar a los bomberos de la capital española, que fue relevada por otro equipo el pasado día 9, con Carlos Sánchez al frente.
Con el paso de las semanas, estos efectivos, al igual que otros movilizados por otras ciudades españolas y comunidades autónomas, han visto cómo su labor ha ido cambiando: de asistir en emergencias vitales a atender cortes y rozaduras.
Las heridas ocasionadas por las labores de limpieza están al orden del día y las sufren tanto la legión de voluntarios que ha llegado a la Comunitat Valenciana para echar una mano como los mismos cuerpos de emergencias.
Heridas por cortes, rozaduras y pinchazos
«Aparecen pequeñas lesiones y heridas por la actividad que realizan estas personas: cortes en las manos, rozaduras y pinchazos porque hay muchos tornillos y clavos por el suelo de muebles y otros enseres», ha detallado este portavoz del Samur durante un descanso en Catarroja.
Otro tipo de heridas muy común estos días son las quemaduras por el manejo de generadores o de otros aparatos que pueden quemar.
Estas heridas requieren de atención diaria en muchos casos para evitar que se infecten, algo que ahora es más fácil debido al lodo que se encuentra aún por doquier.
El polvo acumulado empeora las patologías respiratorias
Otra patología que emerge es la gastroenteritis, al tiempo que se agravan dolencias respiratorias debido al polvo que durante días ha flotado en el ambiente, en especial antes de las últimas lluvias.
«Cuando se seca el barro, el polvo empeora las dolencias respiratorias, como el asma», ha indicado Sánchez, que recomienda el uso de mascarillas FPP2 y extremar las medidas de higiene.
La atención a los enfermos crónicos o personas con movilidad reducida, muchas de ellas con edades avanzadas, también va ganando peso estos últimos días.
El profesional sanitario destaca que toda esta atención ‘in situ’ evita que esas personas se desplacen a los hospitales o centros de salud, lo que podría saturar esos servicios.
Junto a las ambulancias del Samur, es habitual también ver circular por las poblaciones más afectadas por la dana a los vehículos de la policía municipal de Madrid, así como de otras poblaciones.
«Estamos aquí desde el 2 de noviembre. Llegamos 200 personas con tres vehículos pala para despejar vías», ha explicado a EFE Fernando Argote, portavoz del contingente de la policía local de Madrid que está ahora en Valencia.
«Lo que más me ha impactado es ver que personas que lo han perdido todo te dedican su mejor sonrisa cuando te ven aparecer. Lo más gratificante es poder echarles una mano. Ayudamos en lo que sea», ha subrayado.
Según los últimos datos facilitados este domingo por la Generalitat, sobre el terreno están desplegados 2.190 bomberos, 8.500 efectivos de las Fuerzas Armadas y más de 800 voluntarios de Protección Civil en toda España, además de algunos bomberos de Portugal y Francia.
Asimismo, trabajan 9.728 agentes de las Fuerzas y Cuerpos de seguridad del Estado, más de 500 miembros de las distintas policías locales y más de 130 de la policía de la Generalitat, así como agentes forestales de diferentes comunidades. EFE