Las importaciones de cítricos de Sudáfrica a la UE aumentaron un 9% el pasado año
Las importaciones de cítricos de la Unión Europea procedentes de Sudáfrica batieron todos los récords durante el pasado año (enero a octubre), tras aumentar un 9% sobre el año anterior, según informa LA UNIÓ de Llauradors. De 672.337 Tm en 2016 se pasó a la cantidad de 732.971 Tm en 2017.
De esa cifra, 441.911 Tm fueron naranjas y 116.069 mandarinas, satsumas y clementinas. En el primer caso el incremento de las importaciones ha sido del 10% y en el segundo del 2%, por lo que como se observa el aumento de la oferta sudafricana no se ha dado en los pequeños cítricos y se ha roto la inercia de los últimos años impulsada por las ventas de mandarinas tardías. Holanda a través del puerto de Rotterdam canalizó en 2017 un total de 365.624 Tm procedentes de Sudáfrica en la UE -el 50% del total de entradas a la UE-, seguido del Reino Unido con 161.564 Tm -el 22%-; Portugal con 83.021 Tm -el 11%- e Italia con 53.733 Tm -el 7%-. Los datos revelan que a través de España únicamente entraron 362 Tm -el 0,05%-, lo que demuestra el acuerdo tácito que los exportadores sudafricanos mantienen desde 2015 para introducir sus cítricos por los puertos con menor actividad inspectora de vigilancia y control. Sirva como ejemplo que en 2012 entraron por España 23.863 Tm sudafricanas y que con las continuas denuncias por la posible entrada de plagas se ha reducido progresivamente la cifra hasta esa ridícula cantidad.
El aumento se concentra sobre todo en los meses de septiembre y octubre (meses por excelencia de envío sudafricano de naranjas a la UE) con 252.572 Tm, mientras que en los mismos meses de 2016 fueron 179.281 Tm; con una subida del 41%. Los meses anteriores no hacían presagiar esa subida de las importaciones, pues de mayo a julio la Citrus Growers Association of Southern Africa venía señalando los graves problemas de rendimiento por rajado de las naranjas Navel que reducirían su cosecha entre un 30 y un 50%.
La previsión prematura dada en julio de la cosecha de cítricos en la CV lanzada de forma oficiosa y sin base científica por parte de una organización agraria fue tal vez la que alertó a los exportadores sudafricanos y provocó el “efecto llamada”. Se habló entonces de una caída de la producción de naranjas del 28% que no se confirmó pues la Conselleria de Agricultura la redujo en septiembre en su aforo oficial al 17,7% y Andalucía al 4,3%. Esta rumorología de escasez debió hacer reaccionar a las grandes centrales de compra, importadores holandeses y exportadores sudafricanos. Almacenadas en cámaras frigoríficas, las decenas de miles de toneladas de Navelate y Valencia Late sudafricanas que se importaron bajo el influjo de esa falsa psicosis fueron las que posiblemente provocaron el retraso en las ventas de nuestras Navelinas y la innecesaria caída en los precios pese al descenso de la producción española.
Según la información de la que dispone LA UNIÓ, en octubre se aceleró el ritmo de entradas de fruta sudafricana a través del puerto de Rotterdam y sólo cuando se sucedieron los problemas fitosanitarios, se vendió de cara a la opinión pública una suspensión “cautelar” de los envíos cuando ya había concluido el grueso de las exportaciones citrícolas procedentes de Sudáfrica y justo cuando el daño ya estaba hecho.
Mientras tanto Sudáfrica sigue negociando con la Comisión Europea, a espaldas del sector, el plan de control de la Thaumatotibia leucotreta, que ha pasado a ser una enfermedad de cuarentena de obligado control en toda la UE a partir del 1 de enero de 2018 (en 2017 se confirmaron hasta 10 intercepciones por tal plaga, por las ocho de 2016). Pese a reclamarlo de forma unánime LA UNIÓ y el conjunto del sector, el tratamiento en frío durante la travesía no se ha establecido pese a ser la única medida plenamente eficaz.