Las mandarinas con hoja cada vez más demandadas en Europa
La demanda de las mandarinas con hoja, más valoradas por su frescura y punto óptimo de maduración, está en crecimiento en los últimos años en países europeos y ahora, en pleno arranque de la campaña citrícola española, posiciona el producto con un valor diferenciador respecto a otras procedencias con un factor a favor este año: el ahorro energético para el productor.
La comercialización de mandarina con hoja valenciana -que se encuentra en muchos comercios valencianos por la proximidad al productor- se diferencia de las importaciones procedentes del hemisferio sur por su frescura, frente a trayectos marítimos de veinte días desde Sudáfrica, un distintivo al que se añade este año el factor energético.
Según explica a EFE el secretario general de La Unió, Carles Peris, la demanda de fruta con hoja les «viene muy bien» porque les permite tener «un poco de ahorro en el coste energético al no introducirlas en cámara».
Se ha detectado un aumento de envíos de esta fruta, y Peris considera que seguirá creciendo la demanda pero a ritmos bajos ya que, según explica, no es fácil la recolección de fruta madura en campo para un productor: al tener que esperar para recogerlas, corre el riesgo de lluvias o sobremaduración.
La fruta en su punto de maduración no puede tener una salida escalonada como la fruta cogida a ras y además resulta más cara para el agricultor por tener un coste de recolección más elevado, y para el consumidor. Por ejemplo, por una Oronul a ras se pueden pagar 50 céntimos por kilo y con hoja podría sumar 15 céntimos más.
Además de España, el mercado francés e italiano demandan mandarina con hoja, Alemania en menor medida, pero es sobre todo Italia el mayor mercado por su conocimiento del producto.
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) destaca, además de los beneficios para la salud, el valor añadido de la frescura y la garantía de que un cítrico producido en Europa cumple «las máximas exigencias del mundo en seguridad alimentaria» por los requisitos en el uso de fitosanitarios que rigen en la Unión Europea y que no siempre se exigen a producciones foráneas.
Asimismo se refiere a la concienciación medioambiental por una menor huella de carbono de los productos europeos frente a los procedentes de países terceros, que utilizan la vía marítima, pues «en unas horas» por carretera llega la fruta al corazón de Europa; y al mantenimiento de «un bosque que no se quema» por los beneficios de la agricultura para el medio ambiente.
No obstante, AVA advierte de que la inflación afecta al consumo de frutas y hortalizas en general pero, a la vez, resalta que son productos principales de una dieta saludable.
La mandarina con hoja tiene su nicho de mercado como lo tienen los productos ecológicos, y por eso para AVA es una buena noticia que se reconozca su valor añadido en cuanto a sabor y frescura y el hecho del consumo de un producto europeo y de proximidad. EFE