‘Les Plantes del nostre entorn’, el libro convertido en ruta natural de Paiporta
La concejalía de Participación Ciudadana ha organizado este fin de semana un recorrido por algunos de los rincones naturales de Paiporta para conocer las diversas plantas y especies vegetales de su entorno.
El paseo, de cuatro kilómetros de distancia, ha seguido la huella hasta l’Horta marcadas por el estudio de Àngles Codoñer y Simón Fos sobre ‘Les plantes del nostre entorn. Flora silvestre de Paiporta’, ganador de la primera edición del Premi d’Estudis Locals de Paiporta. Los autores han ido explicando a lo largo del recorrido al grupo de asistentes las diferentes flores y especies que se han ido encontrando.
“Con este paseo hemos descubierto la flora y las plantas que podemos encontrar en Paiporta, una diversidad y riqueza natural que de no ser por un estudio como este y una iniciativa participativa como el Premi d’Estudis Locals pasaría desapercibida para la ciudadanía”, ha explicado la regidora de Transparencia, Comunicación y Participación Ciudadana, Esther Torrijos.
El inicio de la ruta, que salía desde la explanada del Ayuntamiento, tenía como primera parada el barranco de Chiva, donde destaca la adelfa. El desbroce regular de este lecho favorece el crecimiento de algunas plantas espitosas. A consecuencia de la concentración urbanística, las plantas han tenido que buscar estrategias para vivir en el entorno, y lo han conseguido floreciendo y reproduciéndose con las mínimas condiciones posibles tan pronto como se dan. Aprovechan especialmente las lluvias de otoño.
“Àngels y Simó nos han mostrado que el entorno natural que encontramos alrededor de nuestro pueblo no solo es broza o especies silvestres, sino que muchas de ellas tienen propiedades curativas o incluso gastronómicas y se pueden utilizar para especiar nuestras comidas”, ha afirmado la regidora. De hecho, los asistentes han podido llevarse algunas recetas que se pueden preparar con plantas que se encuentran en la zona.
En cuanto a la vegetación de la zona de la huerta, el grupo participante ha podido comprobar la diferencia entre parcelas cultivadas, con plantas y árboles de crecimiento rápido y de corta duración, y las áreas sin cultivos, con plantas de crecimiento más lento. “La expansión urbana, el desarrollo de infraestructuras y la transformación industrial ha reducido nuestra superficie agrícola, caracterizada por los cultivos de hortalizas, melones o habas. La progresiva urbanización de nuestros entornos nos ha alejado de la naturaleza, por eso tenemos que tratar de recuperar la cultura etnobotànica y que no se pierdan los usos culturales y populares de nuestra flora y plantas. Gracias al trabajo de estos dos investigadores y a su difusión hacemos camino para que esto no ocurra”, ha concluido Torrijos.