L’Horta es sinónimo de calidad de vida
Rebeca Berga
Teresa es una joven que nació hace 30 años en Valencia. Vivió hasta los 14 en la comarca de L’Horta, en Moncada, y después se trasladó con su familia a Foios. Pero su aventura personal no había hecho nada más que empezar.Estudió la carrera de Turismo en Barcelona y la titulación de profesora de inglés en Londres.
Seguramente por esas fechas no imaginaría donde iba a terminar desarrollando su vida personal y profesional. Casi 9.000 kilómetros separan España de Sri Lanka, última parada de esta vecina de l’Horta, por ahora.
“Siempre he sido una enamorada de Asia, mi padre era marinero y desde pequeñita he estado rodeada de objetos exóticos. Cuando llegué a Londres conocí a mi marido y él es nacido en Sri Lanka. En una de nuestras vacaciones a él le ofrecieron un puesto como director en el hotel The Steuart en Colombo y a mí en Citrus Vacations como agente de viajes”, nos relata la joven.
Preguntada por qué es lo que más echa de menos de l’Horta, Teresa nos cuenta que “lo que más echo de menos de mi tierra es el olor a azahar, eso es algo que cuando pasas mucho tiempo lejos de l’Horta y vuelves te llenas los pulmones del aire más puro y perfumado que hay, te sientes feliz de volver a estar en casa”. “L’Horta es calidad de vida”, confiesa.
Un paraíso por descubrir
La joven nos describe Sri Lanka como un paraíso, con frutas exóticas sabrosísimas y donde las mujeres visten ‘sarees’ de llamativos colores. “Visitar el Orfanato de Elefantes en Pinnawala y descubrir los templos budistas e hinduistas de una decoracion fascinante son una visita obligada. Y por su puesto, hay que subirse en los 3 ruedas para descubrir ‘El mundo tuc-tuc’, un viaje a través de los olores, las sonrisas y el bullicio de la ciudad”, aconseja Teresa a todos los que decidan visitar Sri Lanka.
Preguntamos a la joven de l’Horta cómo vendería su comarca y lo tiene claro “les diría que en l’Horta Nord iban a probar las mejores naranjas de su vida, que de una de nuestras naranjas sale el vaso de zumo más rico y natural que jamás hayan probado. Y que seguro se iban a encontrar muy a gusto en nuestros pueblos y ciudades donde los vecinos de los barrios son como una gran familia, pasan noches ‘a la fresca’, cocinamos paellas en las fiestas… Seguro que después de esta experiencia iban a querer quedarse”.
Ahora que se acercan las tan esperadas y merecidas vacaciones son muchos los destinos que pueden abrirnos los ojos y contemplar las maravillas que rodean nuestro planeta. Como bien dice Teresa, “viajar es aprender y descubrir. Con cada experiencia descubres nuevos lugares, conoces nuevas personas y después de cada viaje te sientes más sabio y más feliz”.
Es el momento de elegir destino, y quién sabe si deciden visitar Sri Lanka igual se encuentran con una paisana a 9.000 kilómetros de distancia.