Más de 304 millones de pérdidas en el campo por siniestros climatológicos y sequía, según el informe anual de La Unió
La sequía y los diversos siniestros climatológicos ocurridos a lo largo de 2017 han causado unas pérdidas en el campo valenciano superiores a los 304 millones de euros, según el informe elaborado por LA UNIÓ de Llauradors.
Mes a mes los siniestros han sido continuos y los daños climatológicos o la incidencia de la sequía en las cosechas y ganado se cifran en unos 204 millones de euros, a los que debemos añadir otros 100 millones por los problemas ya endémicos de sequía estructural que padecen algunas zonas, fundamentalmente las situadas en el sur de Alicante.
El mes de enero del pasado año fue el peor por los daños climatológicos con una cifra de 84,5 millones de euros en concepto de indemnizaciones por siniestros de pedrisco, frío, lluvias y viento que afectaron de forma generalizada a todos los cultivos. Otro mes con grandes daños fue junio con cerca de 26 millones en indemnizaciones por pedrisco en cítricos, fruta y viña. Las lluvias de octubre causaron también unas pérdidas de 17,7 millones de euros por lluvias, fundamentalmente en la uva de mesa y en noviembre la cifra fue de 10 millones de euros por las heladas en el caqui.
LA UNIÓ ha elaborado un informe con datos de pluviometría, situación de las diferentes cuencas hidrográficas y análisis de la afección en los distintos cultivos. De momento no existen ayudas efectivas de las Administraciones Públicas para paliar estas pérdidas, salvo las bonificaciones de intereses y pagos prorrogados de la Seguridad Social que en muchos casos suponen un endeudamiento más para los maltrechos bolsillos de agricultores y ganaderos.
PLUVIOMETRÍA
ENERO: La precipitación media del mes, 130.2 l/m2, fue tres veces la del promedio climático del periodo 1981-2010 (42.5 l/m2) y califican a enero de 2017 como EXTREMADAMENTE HÚMEDO, el más húmedo en el promedio del territorio desde al menos 1950. El fenómeno más importante del mes fue el temporal del 17 al 23 de enero de 2017, con precipitaciones por encima de los 150 l/m2 en diversos observatorios como Tárbena, 338 l/m2; Callosa d’en Sarrià, 213 l/m2, Benimantell, 182 l/m2 o Altea, 175 l/m2.
En una cuarta parte del territorio, enero de 2017 fue extremadamente húmedo, más húmedo que cualquiera de los meses de enero de la serie de referencia del periodo 1981-2010. El mes ha sido muy húmedo en dos terceras partes del territorio, y húmedo o normal en el resto.
FEBRERO: La precipitación media del mes, 16.0 l/m2, es menos de la mitad que la del promedio climático del periodo 1981-2010 (38.2 l/m2) y califican al pasado mes de febrero como seco.
En el 83% del territorio el mes ha sido seco, e incluso muy seco en el 11%, situado en zonas del norte y sur de la provincia de Alicante, mientras que en el 6% restante, el carácter fue normal, aunque también en estas zonas de carácter normal las precipitaciones han estado por debajo del promedio climático 1981-2010.
MARZO: La precipitación media del mes, 75.8 l/m2, es algo más del doble que la del promedio climático del periodo 1981-2010 (34.8 l/m2), y califica al pasado mes de marzo como muy húmedo.
En el 62% del territorio el mes ha sido muy húmedo, e incluso extremadamente húmedo, el más húmedo de la serie de referencia, en el 5% del territorio, situado en zonas del litoral y prelitoral central de la provincia de Alicante, mientras que en el 31%, el carácter fue húmedo, y normal en el 2% (zonas del litoral de Castellón).
ABRIL: La precipitación media del mes, 24.0 l/m2, es la mitad que la del promedio climático del periodo 1981-2010 (48.7 l/m2), y califica al pasado mes de abril como seco.
En el 15% del territorio el mes ha sido muy seco (norte de Castellón y litoral sur de Alicante), en el 55% el mes fue seco, en el 4% fue húmedo (litoral sur de Valencia y norte de Alicante y zonas de la Plana de Utiel-Requena) y en el resto, normal.
MAYO: La precipitación media del mes, 11.1 l/m2, es un 75% inferior que la del promedio climático del periodo 1981-2010 (47.3 l/m2), y califica al pasado mes de mayo como muy seco, siendo el más seco desde 2009.
En el 10% del territorio el mes ha sido extremadamente seco, más seco que cualquiera de los de la serie de referencia 1981-2010; en el 60% el mes fue muy seco, en el 28% fue seco y en el 2% restante, normal.
JUNIO: La precipitación media del mes fue de 22.8 l/m2, que es un 9% inferior a la del promedio climático del periodo 1981-2010 (25.1 l/m2), y califica al pasado mes de junio como húmedo.
JULIO: La precipitación acumulada en el mes ha sido 7.7 l/m2, que es un tercio más baja que la del promedio climático del periodo 1981-2010 (11.3 l/m2), y califica al pasado mes de julio como pluviométricamente normal.
En una cuarta parte del territorio, situado en zonas de los dos tercios sur de la provincia de Castellón y del interior de Valencia, el mes ha sido seco o muy seco, mientras que en el 40% del territorio el mes fue húmedo o muy húmedo, situado en el tercio norte de Castellón y en gran parte de la provincia de Alicante; en el 35% restante, julio fue pluviométricamente normal.
AGOSTO: La precipitación acumulada en el mes ha sido 41.5 l/m2, que es el doble que la del promedio climático del periodo 1981-2010 (20.1 l/m2), y califica al pasado mes de agosto como muy húmedo.
En más de la mitad del territorio, situado en zonas de Alicante y de forma más dispersa, del sur de Castellón y de Valencia, el mes ha sido muy húmedo e incluso extremadamente húmedo en áreas del litoral de Alicante. En un tercio del territorio agosto fue húmedo y sólo en el extremo norte de Castellón el mes seco.
SEPTIEMBRE: La precipitación acumulada en el mes ha sido 14.1 l/m2, que es un 77% inferior a la del promedio climático del periodo 1981-2010 (61.3 l/m2), y califica al pasado mes de septiembre como muy seco. Septiembre de 2017 es el noveno más seco desde 1950, y el segundo más seco de los últimos 30 años, tras septiembre de 2013.
En zonas del interior de Valencia (el 2% del territorio), el mes ha sido extremadamente seco, más seco que cualquiera del periodo 1981-2010 que sirve de referencia. En casi el 60% el mes fue muy seco; en una cuarta parte seco; en el 2% del territorio que fue afectado por las tormentas más intensas fue húmedo, y en el resto pluviométricamente normal.
OCTUBRE: La precipitación acumulada en el mes ha sido 10.8 l/m2, que es un 85% inferior que la del promedio climático del periodo 1981-2010 (71.0 l/m2), y califica al pasado mes de octubre como muy seco. Octubre de 2017 es el sexto más seco desde 1950,
En el 68% del territorio, el mes ha sido muy seco (casi toda la provincia de Castellón y de Valencia), en el 31% seco (gran parte de Alicante) y sólo en el 1% ha tenido un carácter normal, que se corresponde con zonas del litoral norte de la provincia de Alicante.
NOVIEMBRE: La precipitación acumulada en el mes ha sido 7.8 l/m2, que es un 86% inferior que la del promedio climático del periodo 1981-2010 (58.4 l/m2), y califica al pasado mes de noviembre como muy seco.
En el 51% del territorio, el mes ha sido muy seco y en el 49% restante, seco.
RESUMEN BALANCE PLUVIOMÉTRICO 2017
Enero
Extremadamente húmedo
Febrero
Seco
Marzo
Muy Húmedo
Abril
Seco
Mayo
Muy seco
Junio
Húmedo
Julio
Normal
Agosto
Muy húmedo
Septiembre
Muy seco
Octubre
Muy seco
Noviembre
Muy seco
Diciembre
Aunque a simple vista parezca que el balance pluviométrico anula sea positivo, hay que tener en cuenta que en los meses de septiembre, octubre y noviembre que es cuando más precipitación se deben de acumular se han clasificado como de muy secos. Esta situación se acentúa si tenemos en cuenta que venimos de una situación en que la sequía sigue a unos años en donde las precipitaciones en general han sido menores de la media, lo que ha impedido recuperarse adecuadamente las cuencas.
Precipitación media acumulada actual.
Vigilancia de la sequía meteorológica para el periodo de los últimos 3 meses (noviembre – octubre – septiembre)
En el periodo comprendido entre septiembre – noviembre las provincias de Castellón y Valencia estarían clasificadas como muy secos, mientras que Alicante estaría clasifica como seco. Las comarcas del Els Ports y parte de plana Alta y baja estaría clasificadas como extremadamente secos.
SITUACIÓN DE LAS CUENCAS HIDROGRÁFICAS
Confederación Hidrográfica del Segura
EMBALSES
Capacidad
(hm³)
Volumen almacenado
(hm³)
%
Total, cuenca
1140
156
14
El volumen almacenado por los distintos embalses de la Cuenca del Segura a 11 de diciembre de 2017 era de 156 hm3, lo que supone tan solo el 14% de la capacidad. Respecto del mismo periodo del año pasado el volumen almacenado ha descendió en 111 hm3 que suponen 9 puntos menos.
En cuanto a la situación de los distintos embalses.
EMBALSES
Capacidad
(hm³)
Volumen almacenado
(hm³)
%
Fuensanta
210
13
6
Talave
35
7
20
Cenajo
437
29
7
Camarillas
36
8
23
La Pedrera
246
60
24
Resto emb.
176
39
22
La situación es especialmente alarmante en Fuensanta y Talave con un 6 y un 7% respectivamente.
Confederación Hidrográfica del Júcar
A 11 de diciembre el Volumen almacenado era de 839,43 hm3, lo que supone un 25% de su capacidad lo que supone respecto del mismo periodo del año pasado un descenso de 26 hm3.
En cuanto a la situación de los embalses tenemos
CONCLUSIONES DEL BALANCE HIDROLÓGICO
Aunque pluviométricamente el año 2107 no se puede considerar como uno de los más secos de los últimos tiempos, sí que es verdad que el balance hídrico en nuestra comunidad es negativo.
Aunque ha llovido más que en el año 2016, las reservas hídricas han disminuido, debido a un mayor consumo en los meses de mayor necesidad que han coincidido con los meses de menos precipitaciones y mayores temperaturas. Todo ello hace que el balance hidrológico del 2017 sea negativo.
Aun así lo más preocupante es las perspectivas para los próximos meses.
CULTIVOS
En definitiva, estas anomalías climatológicas comportan unas claras repercusiones en el sector agrario valenciano que van a tener una repercusión directa en la renta de los agricultores y ganaderos y que sin duda conllevará a un mayor endeudamiento y, por tanto, una pérdida de la capacidad de invertir en el cultivo en particular y en la explotación en general.
OLIVO:
Junto con el almendro, es el cultivo más importante de las zonas del prelitoral valenciano, en el que predomina el cultivo de secano.
La producción de esta campaña, aunque superior a la de la campaña pasada que fue anormalmente baja como consecuencia de la sequía persistente de los últimos años ha sido casi un 5% inferior a la media de los últimos años.
VIÑA:
Esta campaña como consecuencia, fundamentalmente a las condiciones meteorológicas adversas y los efectos del cambio climático, ha sido en la Comunidad Valenciana un 13% inferior a la de la campaña pasada. Esta disminución ha sido distinta según la DDOO. Así tenemos que la disminución en Utiel -Requena ha sido del 10%, en Valencia del 15%, en Alicante del 35% y en Castellón del 20%.
ALMENDRO
Aunque la producción de esta campaña ha sido un poco más del 40% respecto de la campaña anterior, ha sido como consecuencia de la entrada en producción (en los próximos años asistiremos a un aumento continuado de la producción) de las nuevas plantaciones.
No obstante, la producción de las plantaciones tradicionales ha disminuido de manera generalizada como consecuencia de diversas condiciones adversas entre las que destaca la sequía.
ALGARROBA
La producción de algarrobas de esta campaña será mucho menor que la de la campaña pasada que recordemos ya fue casi un 60% inferior a la de la campaña 2015.
A falta de concretar los últimos datos la reducción al PV será un 50% menor que en la campaña pasada y en el Maestrat la reducción llegará al 70%.
Por tanto, nos encontramos ante una de las campañas más cortas de la historia, como consecuencia fundamentalmente del condiciones climatológicas adversas y cambio climático.
CÍTRICOS.
En esta campaña, las estimaciones son un 20,3% inferiores a la de la campaña pasada que fue anormalmente alta.
Este descenso significativo se debe a la tradicional veceria de los cítricos, pero sobre todo a las adversas condiciones climatológicas, entre las que destacan las intensas lluvias de finales de 2016 y principios de 2017, así como las elevadas temperaturas de mayo que incidieron negativamente de el cuajado de frutos
FRUTA DE VERANO
La producción de fruta de verano ha sido un 2% superior a la de la campaña pasada, aunque un 6% inferior a la de las últimas 6 campañas.
Esta diferencia ha sido desigual según el producto, Así por ejemplo el melocotón ha disminuido un 21%, la nectarina ha disminuido un 16% y la ciruela ha tenido un descenso del 24%. En sentido contrario el Albaricoque ha aumentado la producción un 2%, mientras que el que supone un mayor incremento que provoca el aumento del grupo, es el paraguayo que tiene un aumento de producción del 192%
Esta variación de producción en paraguayos se ha debido por la entrada en producción de nuevas plantaciones que han sustituido a los cultivos más tradicionales de melocotones y nectarinas.
Pero también ha influido la falta de horas frio en los momentos clave de diciembre, enero y febrero, lo que provocó una floración irregular y que evidentemente supuso un mayor incremento en la incidencia de plagas.
CAQUI
La producción de caqui, sin tener en cuenta las heladas de la primera semana de diciembre que causaron siniestros superiores a los 10 millones de euros, ha sido casi un 6% inferior a la de la campaña pasada.
Este dato contradice las informaciones catastróficas, la mayoría interesadas, de la superproducción que se nos avecinaba, estabilizado la producción.
En esta reducción de producción ha influido de manera determinante la escasez de agua que ha provocado un descenso de producción pero que curiosamente ha provocado un aumento de calibres en la fruta, de tal manera que el descenso de producción se haya suavizado.
CEREALES Y CULTIVOS HERBÁCEOS.
El descenso de producción, como consecuencia directa de la sequía, ha sido del orden del 25% respecto de la campaña pasada.
GANADERÍA
En la ganadería extensiva la falta de agua ha provocado la pérdida de pastos para alimentar el ganado y el consiguiente sobrecoste por la compra de forrajes y piensos. En algunas zonas, sobre todo del norte e interior de Castellón no tienen agua y se suministran con cubas. También los apicultores han sufrido los efectos de la sequía por la escasa floración.
En la ganadería intensiva el excesivo calor hasta octubre ha provocado un aumento de los costes por agua y energía para la ventilación.