Mislata abre el comedor escolar y ofrece actividades de ocio a 120 niños sin recursos
El colegio El Cid de Mislata ha abierto hoy las puertas a 120 niños y niñas coincidiendo con el primero de julio. La mayoría no se conocían, pero han participado juntos en juegos y talleres en el patio, agrupados por edades y supervisados por monitores. Unos pintaban, otros cantaban y los más mayores hacían deporte.
Después han pasado al comedor para compartir mesa y bandeja. El menú de hoy constaba de ensalada, macarrones con tomate y atún, pescado con verduras y de postre, yogur. Poco antes de las tres han recogida una bolsa con la merienda y el desayuno de mañana y han salido ordenadamente del colegio para irse a casa con sus padres. Hasta mañana a las doce.
La del colegio El Cid podría ser cualquiera de las muchas escuelas de verano (o campamentos urbanos, como se llaman en Mislata) que han empezado hoy en la mayoría de municipios españoles, pero es mucho más que eso. Mislata ha abierto hoy su comedor social, una iniciativa del Ayuntamiento que ofrece actividades extraescolares y servicio de comedor gratuito a las familias más necesitadas de la ciudad.
Como ya hiciera el año pasado, el gobierno de Carlos Fernández Bielsa vuelve a apostar fuerte contra la pobreza infantil y contra unos índices alarmantes que por desgracia siguen aumentando día a día. El objetivo, en palabras del alcalde, “cubrir las necesidades nutricionales de la infancia y que ningún niño de Mislata se quede sin comer ni un solo día».
Aunque el proyecto está preparado para atender a 150 niños y niñas de Infantil y Primaria, aún quedan alrededor de treinta plazas disponibles y podrán ir sumándose más usuarios a lo largo del verano, ya que el comedor social estará abierto durante los meses de julio y agosto, y también en septiembre, aunque sin actividades extraescolares porque los niños ya habrán empezado las clases.
La novedad de este año es que el comedor forma parte de un proyecto más integrador que incluye también actividades de ocio y tiempo libre. El objetivo es que los niños puedan disfrutar de las horas previas a la comida jugando con sus compañeros y participando en diferentes actividades de animación supervisadas por monitores especializados.
El comedor social de Mislata ha abierto hoy con un equipo de veinte personas que se han encargado de que no faltara ni un sólo detalle. Siete monitores conforman el equipo de animación, dos están en la cocina y un grupo de nueve becarios refuerzan este ambicioso proyecto. Junto a ellos, los técnicos municipales de Educación y Bienestar Social. Entre todos han hecho posible que la labor social del Ayuntamiento haga un poco más felices a muchos niños y niñas de Mislata.