No prospera el nuevo PGOU de Alboraya que tendrá que hacerse de nuevo tras 16 años de informes
Hoy ha tenido lugar la comisión de urbanismo en el Ayuntamiento de Alboraya y tras el dictamen en contra de la propuesta de aceptación de alegaciones de todos los grupos excepto del PSPV decae el Plan General, ya que no tiene los votos suficientes para seguir el procedimiento y aprobarlo.
En la práctica significa que el Plan General que comenzó a elaborarse en el 2005 y que se ha ido adaptando a las nuevas normas y leyes tendrá que volver a hacerse de nuevo, partiendo prácticamente de cero. El PP, estando en el Ayuntamiento comenzó su elaboración a la que le siguió el PSPV, partido que tampoco ha conseguido sumar apoyos para sacarlo adelante. «Termina así un largo proceso que tenía la ambición de dotar a Alboraia de un futuro más justo para todos, con educación pública, vivienda protegida, mejoras en el polígono y la comunicación con la playa y dotaciones en educación y salud también en las playas. Pero ni la izquierda ni los nacionalistas ni la derecha han considerado prioritario sentar las bases del futuro de Alboraia. Volvemos al pasado y a las normas del 91», lamentan desde el PSPV.
Un largo proceso
Según ha explicado la concejala de urbanismo, Ana Bru, “la revisión del Plan General de Alboraia se comienza a gestar antes de 2005 y se encarga la redacción a Vetges tu. Tras todo el procedimiento entonces vigente, se expuso una primera versión del Plan en 2010- 2011 y anteriormente se expuso al público dos versiones del PRI del centro histórico. De todo ello se hicieron reuniones, debates, comunicaciones y se recogieron alegaciones. En 2011 con el cambio de gobierno municipal, se acuerda en el pacto de gobierno de coalición no dar por finalizado el procedimiento del Plan General, integrar en él el PRI del Centro Histórico y desde lo ya expuesto y las alegaciones recibidas, trabajar para conseguir las dotaciones necesarias, reduciendo el máximo posible la ocupación de suelos nuevos. Tras los primeros intentos y versiones y debido a la carencia absoluta del preceptivo parque público al que nos obliga la Ley Urbanística, se logra rebajar la ocupación aproximadamente a la mitad de lo expuesto en 2011. Visto que aun podía resultar excesiva esa ocupación, se continúa trabajando en la siguiente legislatura para conseguir un acuerdo legislativo en las Cortes Valencianas que reduzca el parque público obligatorio a los pueblos con más de la mitad de su término municipal de huerta protegida. Además, con el cambio de gobierno en la Generalitat, se nos comunica que el nuevo Plan Territorial de la Huerta será el que determine los nuevos crecimientos posibles de los pueblos de la comarca”.
Cuando se publica la primera versión del PATH, se lleva a la sectorial de urbanismo local y el equipo redactor, explica “cómo nos afecta y que la versión preliminar tiene un defecto ya que nos asigna el crecimiento en término municipal de Valencia. Se recogen las alegaciones de todos los grupos y plataformas y se tramitan junto con las alegaciones técnicas del Ayuntamiento. Desde el Ayuntamiento se insta al responsable, el director general Lluís Ferrando (de Compromís) a rectificar el error y situar en nuestro término municipal el crecimiento que nos pueda corresponder, y a su vez se le traslada el firme compromiso de Alboraia para asumir en su revisión del Plan la máxima reducción posible y la mínima necesaria para obtener las dotaciones. Todo esto se lleva a la sectorial para su conocimiento y discusión”, afirma la concejala de urbanismo.
Bru señala que “se comienza a recibir la negativa de algunos integrantes a cualquier crecimiento y aparece la idea de «crecimiento 0». El equipo redactor explica la imposibilidad de hacer un Plan General sin ningún crecimiento, ya que las dotaciones y el parque público se obtienen de los nuevos aprovechamientos de los particulares y además el suelo urbano que delimita el actual plan de 91 está agotado. #En paralelo se trabaja por las Cortes en la Ley de protección de la Huerta, y finalmente, tras las reiteradas peticiones de Alboraia, se consigue el acuerdo para que los pueblos con más de la mitad de su término protegido como huerta grado 1, se les reduzca el parque público entre un 30 y un 50% y el compromiso por nuestra parte de que el parque público que se ubique en Peixets sea también Agrario en la mayoría de su extensión y que se dediquen los ahorros obtenidos en la obtención de parque a la creación de balcones a la huerta y mejoras para facilitar a la ciudadanía el conocimiento y el disfrute de este espacio protegido”.
Finalmente se presenta el Plan territorial de la huerta en el que se le asigna a cada pueblo el crecimiento posible definitivo. “Se explica en la sectorial cómo nos afecta y dónde deberá situarse el crecimiento. Con ese crecimiento asignado por el Plan Territorial se redacta de nuevo el Plan, siempre teniendo en consideración las alegaciones previas recibidas en 2011 y se expone al público una nueva versión en 2019. Tras 6 meses de exposición al público, muchas sesiones con la ciudadanía y espacios en los que se da a conocer: lo que se nos permite crecer y cómo, el proyecto de parque en Peixets, las dotaciones, etc. y cómo alegar o dar opiniones y sugerencias al plan por escrito quien lo desee, se reciben las alegaciones. Tras estudiar las nuevas alegaciones, críticas y propuestas recibidas, se ajusta el Plan en lo posible compactando aún más los crecimientos previstos, reduciéndose prácticamente a la mitad la ya mínima ocupación, para el crecimiento asignado por el Plan Territorial aprobado en las Cortes Valencianas. Creo sinceramente que los objetivos marcados en 2011 se han cumplido sobradamente y Alboraia obtendría con este plan las dotaciones escolares, las viviendas protegidas, etc. con una mínima ocupación de suelo, que desde la versión original, se ha reducido drásticamente, tal y como se acordó por casi todos los grupos, tras la primera exposición al público en 2011”.
Por otra parte, con la revisión del Plan vigente, Alboraia modernizaría su normativa y protegería todo su patrimonio, incluida una buena muestra de casas tradicionales del pueblo, que de otra manera quedan desprotegidas. “Reitero que tras escuchar e intentar aplicar todas y cada una de las propuestas posibles de los grupos y la ciudadanía, el equipo redactor pone de manifiesto que el documento presentado garantiza sobradamente el cumplimiento de la ley para respetar al máximo todos los objetivos de protección de la huerta y del patrimonio de Alboraia, sin lesionar los derechos de los propietarios en absoluto y respetando los derechos del conjunto de los y las alboraienses, actuales y del futuro, a la educación, a la vivienda digna y asequible, al trabajo, al acceso a los servicios, a la movilidad sostenible y segura de la ciudadanía de Alboraia, y a la conservación de todo su patrimonio, para los próximos 25 años. En cuanto a la reiterada petición de un plan con “crecimiento 0” hemos podido constatar, primero la ausencia total de propuestas claras y viables al respecto, y segundo que Alboraia, no haciendo nada no, consigue garantizar los derechos esenciales de la ciudadanía y tampoco «salva» las poquitas parcelas de huerta afectadas junto al casco urbano, muchas ya abandonadas, dado que hoy no cuentan con ningún tratamiento de transición y por lo tanto de protección efectiva, como son los balcones a la huerta, figuras creadas por el Plan Territorial. Tanto es así que muchos vecinos creen que dichas parcelas ya son solares urbanos y no huerta”.
Tras un tiempo prudencial de reflexión tras la comisión informativa anterior y habiendo quedado a disposición de los grupos el equipo redactor para posibles consultas, como siempre en todos estos años, y los originales de las alegaciones, “sometemos a la consideración y dictamen de la comisión la aceptación o no de la propuesta de alegaciones (denegadas, aceptadas parcialmente y aceptadas) y su reflejo en el que sería el documento final del Plan General, tras las modificaciones necesarias, aunque no sustanciales, del último documento expuesto al público”.
Tras el dictamen en contra de la propuesta el Plan General de Alboraya no continúa su proceso de aprobación.