Comer en el cole, para poder comer

F.A.
La pobreza existe también en L’Horta, no hace falta irse muy lejos. Miles de personas precisan de ayuda para poder comer a diario y los más pequeños son quienes más sufren la actual crisis económica. Por eso muchos ayuntamientos han optado por abrir sus centros escolares en verano, o por incrementar la entrega de comida.
Para que se hagan una idea: sólo la Diputación de Valencia paga este verano más de 151.000 menús para que 2.325 menores tengan su comida asegurada durante los meses de julio y agosto. Una medida con una inversión que supera el medio millón de euros. Y cada ayuntamiento es quién decide cómo y dónde distribuye la comida.
En Mislata el colegio Cid abrió sus puertas el 1 de julio a 120 niños y niñas para que compartan juegos y mesa. Bajo la forma de una escuela de verano, donde los niños se divierten, el primer menú fue ensalada, macarrones, pescado con verduras y yogur. Un menú que se completa con la merienda y el desayuno del día siguiente que se llevan a casa. Todo un alivio para las familias que tienen a sus miembros en paro y están atravesando dificultades económicas.
En Torrent, el Punto de Alimentos refuerza también la entrega de comida para compensar el cierre de los comedores escolares durante el verano. En la capital de L’Horta se atienden diariamente 8.200 personas, gracias a la labor desinteresada de voluntarios y ONG.s que gestionan junto con el Ayuntamiento el Punto de Alimentos. Estos días se entrega más comida para los desayunos, almuerzos y meriendas de los más pequeños.
Otra opción es la de Xirivella, donde durante el mes de julio el servicio de comedor se ofrecerá en las Escolas d’Estiu. Durante los meses de agosto y septiembre, el Ayuntamiento se encargará de llevar la comida a las casas de los menores para que de esta manera «los niños coman en su entorno y rodeados de sus familias».
También en Paiporta llevan la comida a 122 menores de 75 familias durante todo el verano. El programa cubre primer y segundo plato, postre y pan todos los días. El sábado se les lleva también la comida de ese día y del domingo.
En Quart de Poblet el Ayuntamiento ha invertido más de 15.000 euros en dos programas. El primero, para que los niños y niñas de entre 3 y 16 años reciban a diario un menú. Y el segundo, dirigido a menores con discapacidad en campamentos con comedor.
En Aldaia se han habilitado dos centros, uno en el núcleo urbano de la localidad y otro en el Barrio del Cristo, para que sean los familiares de los 90 niños beneficiarios quienes vayan a recoger allí la comida. El Ayuntamiento estudiará si amplía o no este servicio también a septiembre, en función de la demanda estival.
Alaquàs atiende a los menores bajo el paraguas de Apunta’t a l’Estiu, un plan al que se han sumado más de 400 escolares. No todos van al comedor, pero sí se ofrecen menús de 14 a 15.30 horas desde los 3 a los 16 años.
Algo parecido ocurre en Alfafar con l’Escola Esportiva d’Estiu, donde los chavales realizan distintas actividades. También aquí se ofrece la posibilidad a los padres de utilizar el servicio de comedor escolar.
En el caso de Albal, municipio receptor de la ayuda de la Diputación para comedores escolares, se servirán 2.380 menús para 110 niños en el colegio de San Blas, que tendrán un coste aproximado de 9.000 euros. Como Albal hay otros 96 municipios valencianos que reciben ayuda de la institución provincial.

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