Ramón Marí: «En Albal no hay desahucios»

Fernando Alabadí

La entrevista a Ramón Marí es en su despacho del Ayuntamiento de Albal, en la mesa en la que ha atendido a más de 2.000 personas. Nos cuenta que hace dos días, cuando entró al Consistorio, la Oficina de Atención al Ciudadano estaba colapsada, porque había mucha gente. Marí se puso a atender también para agilizar la cola. «Yo no le dí importancia, pero cuando me fui la gente empezó a aplaudirme». Ése es Ramón, un político cercano. De anuncio. «Extraordinario» según la marca de bebidas Aquarius.

Usted es uno de los pocos alcaldes que ha conseguido 3 mayorías absolutas consecutivas, en 2003, 2007 y 2011. ¿Cuál es su secreto? El secreto es querer al pueblo, trabajar para él y transformarlo.

Siempre ha tenido 9 concejales en Albal. ¿Mejorará resultados este año en las elecciones locales? Eso está por ver y serán los ciudadanos quienes lo decidan. Pero desde luego yo voy a trabajar para que así sea, para conseguirlo.

Explíqueme los motivos por los que vuelve a presentarse como candidato a la Alcaldía del PSOE en Albal. Vuelvo a presentarme porque hay proyectos que están inacabados y quiero terminarlos, porque tengo la misma ilusión que el primer día, porque estoy enamorado de Albal y porque tengo una vocación de servicio público que puedo desarrollar volviéndome a presentar.

¿Cuáles son esos proyectos inacabados? El primero es la Estación de Tren, bloqueada por el Gobierno actual de la Generalitat. Los pasos previos para comenzar la obra ya están dados. El proyecto de construcción está aprobado y licitado, y estoy seguro de que, con el cambio de Gobierno que se producirá en la Generalitat, en dos años creo que las obras podrán estar empezadas. También quiero acabar los PAIs que hay inacabados, y modernizar los polígonos industriales. El Polígono del Braç del Vicari está terminado, pero quiero modernizar el polígono De Juanes, y los polígonos 16 y 17. Y, por supuesto, continuar mejorando los servicios que prestamos a la sociedad, porque tengo un compromiso con mis vecinos: incrementar los servicios y su calidad. Ese va a ser mi empeño durante estos próximos 4 años.

¿Cuál es su relación con la oposición de la localidad? La relación a nivel personal es buena. Pero lamento mucho que, al hacer Política a través de los medios de Comunicación, no tengan el mismo trato. Mentir, engañar a la gente para hacer oposición no es un argumento en Política que sea válido. Por ejemplo, ahora están en contra de un transformador que hemos instalado junto a un parque, porque no había otra posibilidad. Que intenten magnificar el problema diciendo que ahí los niños se morirán de cáncer, cuando es un transformador pequeño para 60 viviendas que además no está en funcionamiento, creo que no es buena forma de hacer política. Y más cuando ese transformador es igual que otros 30 que hay repartidos por todo el pueblo, e igual que otros cientos que hay en municipios de alrededor.
También han intentado hacer creer que, como consecuencia de que el Gobierno de Albal ha bajado un 40% el impuesto de la recogida de la basura, teníamos que devolver el dinero de lo que se ha recaudado durante 2014. Ellos convocaron un pleno, en el que se les explicó a través de informes técnicos que eso era imposible, así que están engañando a la gente y, insisto, no creo que sea la mejor forma de hacer Política.

¿Y con Blanquerías, qué tal se lleva? Muy bien. Soy el Secretario General de la comarca y, en consecuencia, yo respeto a todos los órganos internos del partido. Con Ximo Puig me llevo muy bien y tengo buen trato con la Ejecutiva Nacional y Provincial.

En su opinión, ¿está la comarca de L’Horta fuerte o débil? Está muy fuerte. Yo estoy convencido de que vamos a recuperar muchas alcaldías, empezando por Torrent. También vamos a recuperar muchas otras y vamos a intentar, a través de pactos, que L’Horta vuelva a ser progresista y de izquierdas.

Le hemos visto en fotografías con alcaldes de otros municipios exigiendo, por ejemplo, un transporte público para La Fe. ¿Hace falta más unión entre localidades para ser más fuertes? Albal siempre ha tenido buena relación con localidades vecinas, aunque sean de distinto signo político. Soy amigo de muchos alcaldes y creo que la relación institucional está por encima de las ideas políticas.

Oiga, ¿es usted un político extraordinario, como decía el famoso anuncio de Aquarius del que fue protagonista? Aquello fue una aventura que me gustó mucho. Fue una experiencia fabulosa. No creo que tenga nada de extraordinario, lo único que hago es trabajar por mis ciudadanos y preocuparme por mi pueblo.

Pero le gusta que le digan que es un alcalde de anuncio ¿no? A mí sí, claro.

Dígame qué es lo más fuerte que le ha dicho a un director de banco para que frenara un procedimiento de desahucio. A un director le retiré un plazo fijo de 7,5 millones de euros de un día para otro, y se negaba a ejecutar la operación. Le amenacé con ir a un notario, porque le dije que las cuentas de su banco no estaban muy saneadas y que mi pueblo no se iba a quedar sin ese dinero, y entonces me llamó el director territorial. Igual que cuando los bancos tienen un problema y te dicen, por ejemplo a la hora de pedir un crédito, que desde Madrid o desde Valencia no le dejan dártelo, les dije que era yo el que no quería que el dinero de Albal estuviera ahí. Y, evidentemente, lo retiré.

¿Y qué les dice a los directores de banco? Sólo hace falta hablarles en serio. En un banco, me recibieron muy bien y mi sola presencia fue suficiente para poder aclarar asuntos. No he tenido rifirrafes con directores.

¿Cuántos procedimientos de este tipo ha conseguido frenar? Tenemos más de 150 expedientes abiertos, y eso hace que esté parado el desahucio. Siempre buscamos una solución viable, que esté en concordancia con los deseos del propietario del piso, y también con el banco. Estamos teniendo resultados muy buenos porque hay predisposición por parte de los bancos para llegar a soluciones negociadas.

¿Se han aprovechado los bancos de la crisis económica? Evidentemente. Yo hablo con muchísima gente y los ciudadanos empezaron a venir al Ayuntamiento por problemas con sus créditos hipotecarios. Entonces fue cuando planteé que por qué no empezábamos a asesorar a esa gente, porque era un tema que preocupaba y mucho. Y eso hemos estado haciendo. Porque cuando una persona tiene un problema con la hipoteca, en primer lugar, tiene una gran depresión. Por la presión que realizan los directores sobre quien no paga. Y entonces el ciudadano se queda bloqueado y muchas veces no sabe reaccionar. Nosotros lo que le damos es la confianza de que el Ayuntamiento se hará cargo de su situación. Nosotros llevamos de la mano al ciudadano a la oficina y conseguimos resultados. En Albal no hay desahucios.

¿Cuáles han sido sus principales logros en Albal durante estos años? Transformar el pueblo. Urbanísticamente Albal es otro municipio. En prestaciones, infraestructuras y servicios es otro pueblo. Hemos transformado Albal y me siento muy orgulloso de ello.

La próxima será su cuarta legislatura… ¿será la última? Poner punto y final a las cosas nunca es bueno. Siempre hay que tener continuidad. No voy a decir que será la última, ni voy a decir que no quiero continuar, tengo ilusión por mi pueblo y dentro de cuatro años analizaremos la situación y ya veremos qué pasa. Porque yo creo que este pueblo necesita personas con empuje, con espíritu de vocación, y creo que ambos son requisitos que reúno. No soy el mejor, soy quien garantiza el trabajo, por tanto voy a continuar con la tarea por mi pueblo, que es Albal.

La tasa de basura ha bajado este mes un 40%. ¿Cómo ha sido posible? Ha sido posible firmando un nuevo contrato, con una nueva empresa, y haciendo que la recogida de la basura sea por el día en vez de por la noche. También uniendo varios contratos en un solo y exigiendo gran competitividad y garantías a las empresas.

Este año se congelan impuestos municipales. ¿Es así? Sí. Desde el ayuntamiento tenemos los impuestos congelados desde que empezó la crisis. De hecho hay un estudio del Ministerio de Hacienda en el que se dice que Albal es el municipio de la comarca que en estos últimos 5 años menos ha subido los impuestos. Eso quiero subrayarlo. Cuando uno paga impuestos siempre cree que paga mucho, pero Albal es un pueblo donde los impuestos son moderados y en el que este año se han consolidado los impuestos y la gran mayoría de las tasas.

Ràdio Sol vuelve a emitir desde Albal. ¿Qué tal está funcionando? Estamos en los inicios de nuevo y creo que está funcionando muy bien. Estamos intentando ubicar mejor la antena, para que tenga más alcance, pero estoy muy contento de los resultados y lo que queremos es que sea un medio de comunicación del pueblo y para el pueblo.

La Generalitat le ha cedido el Casal Jove para construir un Centro Juvenil ¿Cuándo se inaugurará? Yo imagino que a lo largo de marzo será posible la inauguración. Que el ayuntamiento tenga a su disposición la antigua tabacalera es fruto de un arduo trabajo de negociaciones con la Dirección General de Hacienda, con la que quiero estar agradecido. Eran unas instalaciones que estaban degradándose por el vandalismo. De hecho cuando hemos entrado nos hemos encontrado auténticos desastres que nos han producido gran tristeza, pero vamos a rehabilitarlo para que haya un Casal Jove. E iremos aumentando servicios para el pueblo.

¿Tiene más inauguraciones a la vista? Yo creo que la época de las primeras piedras ya ha pasado. En estos momentos no me preocupan las inauguraciones, me preocupa que se mantengan los servicios.

Le tengo que preguntar por su secretario municipal y por su salida para irse a Podemos. Es un amigo personal mío y por lo tanto no puedo menos que alegrarme. Porque es una persona de consenso. Dialogante. Y eso va a aportar a la política valenciana un valor añadido. En estos momentos confío en él y sé que va a trabajar por la unidad de la izquierda. Y para cambiar la Generalitat Valenciana, que ya hace falta.

¿Qué se había preparado para contarme y no le preguntado? Quería hablar del balance de la legislatura. Ha sido dura, muy intensa, muy de proximidad, de hablar con la ciudadanía, solucionando los problemas uno a uno y persona por persona –seguramente no he llegado a todos, pero nos hemos volcado completamente-.
Hemos dejado de lado otros proyectos para ayudar a la gente. En 2011, en el presupuesto de Albal había 400.000 euros para Servicios Sociales y en 2015 hay un millón, porque queremos que la gente supere la crisis. Tenemos un programa llamado ‘Albal Incluye’, que ha sido modelo para otros ayuntamientos grandes, como el de Benidorm, que nos lo han copiado. No me importa que lo hayan hecho porque cuando se hacen las cosas bien, otros te tienen como referencia.
En este despacho, la proximidad se plasma en que he recibido a más de 2.000 personas para hablar con ellos y he tenido campañas de atención al ciudadano en la calle. Muchas mañanas voy a ver cómo entran los niños a las escuelas para que los padres me digan cómo están. Y en la página de Facebook la gente me dice cómo está el pueblo y me propone cosas que podemos hacer o rectificar. Es una herramienta de participación que quiero continuar ampliando porque un político tiene que escuchar. Yo creo que escucho a la gente.

¿Cuál es la situación económica del Ayuntamiento? Es buena. Tuvimos una situación problemática por la bajada de los ingresos que provenían de las licencias de obras. Tuvimos un colapso económico en 2012 que hizo que pidiéramos un préstamo de 1,8 millones de euros para pagar a proveedores. El año pasado se acabó de amortizar porque lo que queríamos es sanear el Ayuntamiento, aunque teníamos de tiempo hasta el 2022. Por eso digo, tenemos un ayuntamiento saneado, un endeudamiento razonable y el ayuntamiento está pagando a todos los proveedores a 30 días.

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«Lo mejor de ser alcalde: la satisfacción de solucionar problemas a la gente»

¿Con quién se iría del PP de cervezas? Con Vicent Pastor, el alcalde de Massanassa.
¿Cómo le gustaría que le recordaran dentro de 20 años en Albal? Como el alcalde que se volcó por su pueblo y que consiguió la transformación de Albal.
¿Cuántas horas le dedica a la Alcaldía? 24 horas.
Dígame lo mejor y lo peor de ser alcalde. Lo mejor, la satisfacción que te da solucionarle problemas a la gente. Lo peor que dejas a la familia de lado.

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