Los artistas falleros de L’Horta aumentan el nivel de crítica y agudizan el ingenio

“No hay artista fallero que no esté quemado”. Así resumía la situación económica el artista fallero Luis Espinosa. Este año ha diseñado 8 fallas grandes y 6 infantiles, dos de ellas están en Alfafar y Benetússer.
Preguntado por si se nota la crisis también en los monumentos la respuesta es clara. “Se nota una barbaridad. Cada año han ido bajando los presupuestos y aunque alguna falla lo mantiene, nos han bajado de media cerca de 1.000 euros”, señala.
En su caso, el amor por las fallas le viene de familia. Él lleva 7 años en este mundo, posee el carné de artista fallero y reconoce que la bajada del IVA, que ha pasado del 21% al 10% para la construcción de los monumentos, ha sido una salvación. “No podíamos más”.
No es el caso de José Luis Platero, que tiene su taller en Burjassot. “El 90% de las fallas ya lo tenemos facturado, porque vamos declarando las entregas a cuenta, sino sería imposible mantenerse durante el resto del año”.
Platero añade, además, que los materiales que se utilizan para la construcción de las fallas se están encareciendo constantemente.
“El corcho nos ha subido un 6%, y en las fallas se están dando de baja muchos falleros porque no pueden pagar las cuotas. Y al final todo eso lo está pagando el monumento”, lamenta. La solución: tirar de ingenio.
Este año él ha hecho “una mierda ‘pinchá’ en un palo”. Tal cual. Un monumento en el que recrea “las grandes mierdas del país: la corrupción, los problemas de la Corona…”, afirma.
El resultado, -además del buen rato que ha pasado con sus colaboradores ideándola y proyectándola, tal como ha contado en Facebook-, ha sido una de las 10 fallas nominadas a los premios Ingenio y Gracia de la ciudad de Valencia.

Una falla cambiante
Quien también se ha estrujado el cerebro para hacer algo distinto es Miguel Balaguer, artista fallero con taller en Bétera. “Estamos haciendo cosas nuevas porque al haber menos presupuesto hay menos figuras”. Y ahí es clave tirar de imaginación, ingenio y gracia.
Un buen ejemplo de ello es lo que ha ideado para la Falla Cronista de Torrent, en estrechísima colaboración con Ferran Martínez, miembro de la falla que se autodeclara como ‘malalt de falles’ y que semana sí semana también se deja caer por el taller para ver cómo avanza la construcción del monumento. Es el ejemplo de un fallero apasionado por estas Fiestas.
“Mucha gente pequeña en lugares pequeños haciendo pequeñas cosas pueden cambiar el mundo”. La frase de Eduardo Galeano es en la que se han inspirado para construir un árbol de unos 4 metros seco, confeccionado a base de cientos de varillas de madera de apenas un par de milímetros, y que será la base de la falla este año.
Ferran explica que “hay preparadas unas 1.000 cintas de distintos colores para adornarlo”.
Cada cinta se canjeará por un kilo de arroz que será donado y serán los propios ciudadanos y ciudadanas quienes vayan interactuando para embellecer el árbol de la falla, que se irá llenando de color.
La idea está inspirada en una tradición china por la que se celebra el año nuevo con cintas de colores. Cuanto más altas llegan las cintas, más deseos se cumplen. Así que esperan tener un árbol con muchas cintas, que serán lanzadas por cada persona que done un kilo de comida.
Rodeando a la falla, habrá varios hombres grises que son “parásitos de la sociedad y que no hacen nada. Son 4 figuras en situaciones cotidianas, comprando, leyendo la prensa…”, explica Ferran.
Un fiel reflejo de cómo en la actual sociedad si no hacemos nada por cambiar las cosas, todo sigue igual. No obstante, tal como señala Martínez, “debajo de cada personaje gris se atisba un toque de color, síntoma de que se puede cambiar”.
El compromiso de esta falla es tal que, han estudiado la cantidad de CO2 que verterán a la atmósfera el 19 por la noche con la cremà, para compensar este daño medioambiental plantado más de 300 árboles y equilibrando así la contaminación que generarán.
Respecto a la crisis, Ferran Martínez sostiene que en su falla “se han bajado todas las partidas por igual, no sólo el monumento, también el dinero que destinan a comidas y bebida”, entre otras.
El artista de esta falla, Miguel, confiesa que “en ésta y en las restantes fallas vamos ajustados de presupuesto, pero se ha compensado innovando”. Y criticando.

Canal 9, en todas
La desaparición de RTVV aparece en casi todas las fallas, porque es un tema muy nuestro, muy polémico y del que se ha hablado mucho.
Platero señala que “en las fallas grandes es más facil hablar de la crítica que en las pequeñas. Y con un presupuesto bajo, la única forma en la que dar que habar es precisamente siendo muy polémicos”.
Organización en la plantà
¿Cómo es posible que cada artista fallero plante 8 fallas el mismo día? Eso le hemos preguntado a los 3 y la respuesta ha sido bien sencilla. Todo es cuestión de organizarse. Cuando usted lea este periódico probablemente las calles estén ya cortadas y llenas de monumentos falleros.
Cada año se anticipa más la salida de los muñecos a la calle porque hay que hacer lo mismo que antes, pero con menos personas. Es decir, de forma más barata para los artistas falleros. Y eso, en muchos casos, se traduce en más viajes. Nada que no pueda hacerse con una buena organización.
Los artistas, además, siempre tienen alguna falla preferente, que eligen para estar con ellos el mismo día de la plantà. “Para estar más en familia”, dice uno tras recalcar que “eso no significa que descuidemos el resto de fallas”.
En el caso del taller de Espinosa serán 12 personas para transportar. “Sin parar”, resume Luis.
Ahora sólo queda ya disfrutar de las fiestas y de los monumentos que han realizado los artistas falleros y que serán efímeros. Tienen los días contados. Hasta el 19 de marzo.
La frase está muy manida, pero es que lo explica muy bien. “El día 20 los artistas falleros se ponen de nuevo a trabajar en las fallas de 2015”.
Las páginas de Facebook de estos tres artistas falleros por las que hemos navegado después de hablar con ellos así lo demuestran. En mayo del año pasado tenían ya confeccionados muchos de los muñecos que arderán en unos días. Así que, una vez convertidos en ceniza, habrá que volver a pensar qué criticamos el año que viene. Felices Fallas.

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