Nuevo revés para la asociación benéfica Ca La Mare de Catarroja: Les cierran el local
Si el pasado mes de noviembre, la asociación benéfica Ca La Mare de Catarroja sufrió un robo de alimentos destinados a ser distribuidos entre las personas necesitadas, ahora ha padecido un nuevo revés, el ayuntamiento le ha cerrado el local, según fuentes municipales, por falta de licencia y ante las quejas de vecinos por supuestas molestias causadas por la actividad de esta entidad, tales como «entorpecer el tránsito con la carga y descarga, ocupar la acera con cajas o llenar de basura los contenedores».
La fundadora y directora de esta asociación, Giovanna Rodríguez, ha denunciado que, con este cierre, que ejecutó la Policía Local con la correspondiente orden de la Alcaldía, se está impidiendo que se facilite alimentación diariamente a más de mil personas «por la burocracia del ayuntamiento». Asimismo, ha recalcado que este local «es el único punto de Catarroja y de otras poblaciones limítrofes donde se está distribuyendo comida a las personas necesitadas, ya que otras entidades han dejado de hacerlo» También ha denunciado que se impide que continúen ayudando a los ‘sin techo’, «ya que se han quedado dentro del local los alimentos y las mantas» que se destinan a ello. Hay que recordar además que esta asociación distribuyó recientemente 16 toneladas de alimentos, procedentes de la ayuda europea, entre más de 700 personas necesitadas de varias poblaciones, la mayor parte de Catarroja.
Ante esta situación, y con el fin de reclamar la reapertura inmediata del local, desde la asociación se ha pedido ayuda y se ha convocado a una concentración el miércoles 17 de enero, a las 20 horas, en la Plaça Major, y además se ha iniciado una recogida de firmas en la plataforma Change.org para entregarlas al alcalde, Jesús Monzó, con la misma finalidad.
Dificultades con el nuevo local
Sobre la falta de licencia de apertura, este periódico ya publicó que la asociación Ca La Mare se trasladó hace unos cuantos meses al nuevo local, sito en la Ronda de la Estación, tras quedarse pequeño el que tenían en la Plaça Major, un antiguo restaurante. Gracias a un acuerdo con la Caixa Rural de Torrent, esta entidad bancaria les cedió este un bajo de unos 450 m2, que era antes un salón de banquetes, mediante un alquiler social y un periodo inicial de carencia para facilitar que la asociación benéfica pudiera acondicionarlo. Pero las dificultades eran bastantes. Según explicó Giovanna Rodríguez, aunque ya se había remozado algo, todavía quedaba acondicionar la cocina y dotar al local de medios de seguridad y accesibilidad, para cumplir con los requisitos que exigen los técnicos municipales. Y también había que elaborar un proyecto, para lo cual contaban con la ayuda de Arquitectos Sin Fronteras.
Giovanna asegura que están «intentando hacer las cosas lo mejor posible», pero se queja de que desde el ayuntamiento no se lo están facilitando. En cualquier caso, afirma que «los asuntos administrativos los resolveremos con buena voluntad por todas las partes», pero señala que «las personas necesitadas y en riesgo de exclusión no deben sufrir las consecuencias de litigios administrativos».