PGOU
Ana Bru
Concejala de Urbanismo del Ayuntamiento de Alboraya
Con el dictamen negativo de la Comisión de Urbanismo a la propuesta de alegaciones y su reflejo en el proyecto de reforma del Plan General de Alboraia, se da carpetazo a muchos años de debate sobre el futuro de Alboraia.
Finalmente se ha impuesto la tesis más paralizante e insolidaria por miedo o por despreocupación.
Hoy en día se respeta escrupulosamente el derecho del propietario a obtener compensación y suficientes ventajas de las operaciones urbanísticas, y sus derechos se garantizan sin pasar por encima del derecho de todos a la educación o la vivienda digna y asequible, entre otras necesidades básicas.
Y desgraciadamente quienes dicen situarse a la izquierda del PSOE, se han apoyado en viejas tesis egoístas sobre la propiedad privada, y amparándose en un inexistente expolio de huerta, impiden que esos otros derechos de todos los y las alboraienses, queden asegurados para los próximos 20 años.
No parece importarles a los grupos de la oposición el abandono en el que sigue quedando el patrimonio inmueble del Centro Histórico de Alboraia, ni la inexistente educación secundaria pública en el núcleo principal, ni siquiera la mínima mejora de un polígono industrial local que debería contar con más apoyo y ser el centro de la oferta de trabajo del pueblo. Desconocen seguramente que nuestro tejido productivo se escora, año tras año, peligrosamente hacia el sector servicios, perdiendo así el equilibrio deseable entre los sectores económicos. O para ellos carece de importancia que la pirámide de población de Alboraia se ensanche exageradamente por las franjas de edad más avanzadas, mientras se estrecha sobremanera en las franjas de jóvenes, ya que debido a la escasez de oferta y los altos precios, no pueden quedarse a vivir en Alboraia.
Todo eso puede esperar, según Compromís, IU, Ciudadanos, el PP o Vox, tal vez hasta que algún día ostente el gobierno municipal uno u otro y entonces sí, como pasó en 1991, habrá quién apele a la responsabilidad del PSOE para conseguir aprobar un Plan General.
Hoy mismo, en los pueblos del l’Horta donde Compromís ostenta la alcaldía y prepara la revisión de sus Planes Generales, se defiende como necesaria la pequeña ocupación de huerta que nos asigna el PATH a cada pueblo de la comarca y por supuesto, obtendrán el leal apoyo del PSOE.
En 2011, el gobierno del “cuatripartito” de derechas e izquierdas, no puso en duda las carencias de Alboraia y la necesidad de las dotaciones y las mejoras, y el acuerdo fue no desestimar el procedimiento iniciado varios años antes por el PP y trabajar para ocupar lo menos posible de huerta, consiguiendo igualmente esas necesarias dotaciones.
Hoy, cuando el gobierno del Botànic ha logrado los cambios legislativos necesarios para cumplir con los deseos de esa mínima ocupación de huerta y el Plan de Alboraia propone ocupar la mitad de lo asignado por el PATH, el objetivo ya es otro: desestimar todo el procedimiento y empezar de cero. Simplemente ya no es su problema, pero sí el del futuro de Alboraia.