Roban alimentos para los necesitados en la asociación benéfica Ca La Mare de Catarroja
La asociación benéfica Ca La Mare de Catarroja ha sufrido hace pocos días un robo de alimentos destinados a ser distribuidos entre las personas necesitadas. Los cacos entraron de madrugada en el local de la entidad, tras forzar una puerta, y cargaron en un vehículo cartones de leche, paquetes de arroz, cajas de galletas y latas de sardinas, aprovechando los carritos que tiene la propia asociación y que luego dejaron abandonados en plena calle. Ese mismo día, la entidad había recibido y descargado de los camiones un envío de 16 toneladas de alimentos procedentes de la ayuda europea, para ser repartidos entre los necesitados de Catarroja y de otras poblaciones. Uno de los presuntos autores del robo fue detenido el mismo día que la asociación interpuso una denuncia ante la Guardia Civil por lo ocurrido y gran parte de la mercancía sustraída fue recuperada, tras detectarse que en un bar se estaba consumiendo leche de la robada.
La fundadora y ‘alma máter’ de esta asociación benéfica catarrojense, Giovanna Rodríguez, ha manifestado su sorpresa y tristeza porque «se robe a los pobres», lo contrario que en la leyenda de Robin Hood, que robaba a los ricos para dárselo a los necesitados. Para ella y sus compañeros, que se dedican altruistamente a ayudar a las personas y familias en riesgo de exclusión social, y también a marginados e indigentes, este suceso es un síntoma alarmante de deshumanización.
El robo no entorpeció, sin embargo, que se procediera, durante la semana siguiente al suceso, a la distribución de las 16 toneladas de alimentos entre más de 700 personas necesitadas de varias poblaciones, la mayor parte de Catarroja, labor que realizaron los voluntarios de la asociación. No obstante, la reparación de la puerta forzada por los cacos viene a sumarse a la larga lista de dificultades a las que se enfrenta diariamente esta entidad para llevar adelante su función benéfica.
Nuevo local, nuevos obstáculos a superar
La asociación catarrojense se trasladó hace unos cuantos meses a un nuevo local, sito en la Ronda de la Estación, tras quedarse pequeño el que tenían en la Plaça Major, un antiguo restaurante. Gracias a un acuerdo con la Caixa Rural de Torrent, esta entidad bancaria les ha cedido un bajo de unos 450 m2, que era antes un salón de banquetes, mediante un alquiler social y un periodo inicial de carencia para facilitar que la asociación benéfica pueda acondicionarlo. Pero los obstáculos a superar son bastantes. Según explica Giovanna Rodríguez, aunque ya se ha remozado algo, todavía hay que acondicionar la cocina y dotar al local de medios de seguridad y accesibilidad, todo lo necesario para que cumpla con los requisitos que permitan obtener su licencia de apertura. Hay que elaborar un proyecto, para lo cual cuentan, providencialmente, con la ayuda de Arquitectos Sin Fronteras.
Luego están también los gastos, como el agua, la luz, el gas. Giovanna resalta que la asociación no cuenta con ninguna ayuda económica institucional para sufragarlos. «El Ayuntamiento nos concedió el año pasado una subvención como a cualquier otra asociación, pero este año todavía no la tenemos, porque se ha implantado un sistema de concurrencia». Sólo cuentan con donativos privados, e ingresados además en su cuenta bancaria, para evitar que haya estafadores que se aprovechen de su nombre para pedir dinero, como, lamentablemente, ya ha ocurrido. También reciben donaciones de ropa, muebles, libros o juguetes, que ellos distribuyen entre las familias necesitadas.
Retos y proyectos
Pese a los obstáculos, Giovanna y sus colaboradores se enfrentan continuamente a importantes retos. No son sólo un centro de distribución de alimentos de la ayuda europea. Facilitan comida cocinada y pan todos los días a numerosas familias necesitadas, así como el desayuno y la merienda a decenas de niños y niñas pobres, a los cuales ofrecen además la posibilidad de clases de repaso gratuitas con la ayuda de una maestra jubilada. Especialmente en invierno, llevan a cabo la ‘Operación Termo’, desplazándose a València para llevar bebidas calientes a los sin techo que duermen a la intemperie.
Así y todo, Giovanna va más allá en su entrega en defensa de los socialmente más débiles y tiene en mente varios proyectos, como una casa cuna que quiere poner en marcha en una vieja vivienda de Catarroja donada a la asociación, pero que tendrá que ser reformada para ello. O una empresa sin ánimo de lucro que quiere crear para la inserción laboral de los parados de larga duración y personas en riesgo de exclusión social. Por falta de ánimo y coraje no será.