Sobre la conservación del Acueducto Romano Imperial del rio Turia a Saguntum, a su paso por Godella (también llamado de la Covatella)

Miquel Ramon Martí Matias.  Arqueólogo y arquitecto.

Se conservan en Godella, a simple vista, dos tramos excavados en roca del acueducto romano que transportaba agua desde el río Turia , pasando por la actual comarca de l’Horta Nord, hasta llegar a la actual comarca de Morvedre, siendo su destino la ciudad romana de Saguntum.

Estudiado desde los años 20 del siglo XX por el especialista Nicolau Primitiu, ha formado durante siglos, parte de la idiosincrasia popular patrimonial valenciana, siendo conocido en distintos lugares por donde pasa como “Sequia del Diable”, ya que sorprendía a los locales por su forma, capacidad y el no saber su origen.

Uno de los tramos, se conserva en la Lloma dels Frares, y se encuentra en total abandono y en parte rellenado de escombros, aún habiendo sido excavado en parte hace más de una década.

El otro tramo del acueducto, en la Cañada de Trilles de Godella, ha ido apareciendo en su esplendor, al mismo tiempo que se destruía sistemáticamente el paisaje natural original conservado durante milenio. Una parte ha sido destruida sin ningún problema tal como se puede observar en la parte donde se encuentra la casita piloto donde se anuncia el proyecto de construcción. Una vez más, la impunidad, queda patente.

La autoría de este acueducto, tal como se ha propuesto, y nadie ha podido descartar, por múltiples razones que no caben aquí, habría que otorgarla al edetano del siglo I d.C, M.Cornelius Nigrinus, un poderoso evergeta  (alguien rico y notable que da parte de su riqueza en obras para el bien común público) que estuvo a punto de ser emperador, compitiendo con Trajano.

Al mismo tiempo, esta infraestructura es el origen de la huerta valenciana en todo ese recorrido, y abundan por todo su trayecto villas romanas de gran importancia, dando obras de arte como el famoso “Mosaico de las Musas de Moncada”, actualmente en exhibición en el Museo Arqueológico de Madrid. Estas huertas romanas, fueron recicladas en época islámica, pasando a denominarse “Horta Vella”, cuyo mejor ejemplo se encuentra en la villa romana cerca de Bétera.

Con estos precedentes, anteriores a cualquier proyecto especulativo y destructivo del paisaje por parte del Ayuntamiento de Godella y consentido por las Consellerías responsables en ese ámbito, hay que recordar que el acueducto no debe adaptarse a cualquier actividad constructiva y urbanizadora actual por donde pasa, sino al contrario, cualquier obra debe adaptarse a él.

A su lado, los movimientos de tierra y roca, cortes con máquinas excavadoras y trituradoras de piedra, para abrir cimientos de casas y calles profundas en lo que hasta hace meses fue un bosque conservado con especies protegidas, están destruyendo las canteras romanas anexas, sin ningún escrúpulo. No solo eso,  con argumentos vergonzantes a nivel científico, se condena a las canteras romanas anexas al acueducto a  la desaparición, con la excusa de que  tienen presencia de herramienta moderna. Esas marcas modernas, son unas pocas y pertenecen a un martillo hidráulico que taladra la roca realizando un huevo largo circular donde colocar explosivos y así romper y arrancar los bloques bimilenarios de estas canteras tallados a mano, para reventarlos y usarlos para hacer cal, en los años 40 del siglo XX.

Todo esto sería normal en un país subdesarrollado o carente de normativa de protección, pero queda claro, que la competencia autonómica, como es la cultura, ha sido interpretada por el Gobierno Valenciano, como patente de corso para hacer lo que le venga en gana, sin control del Estado Central, al que no tiene que dar explicaciones.

No obstante, hay que recordar al Gobierno Local y al Gobierno Valenciano,  que es este acueducto, por todo lo anteriormente nombrado, acreditado con informes de excavación llevados a cabo bajo control de la propia Conselleria de Cultura, y por informes externos de arqueólogos que llevan denunciando las agresiones continuas al patrimonio de Godella, que es patrimonio de todos, sin olvidar a los ciudadanos locales  que vehiculados en asociaciones han luchado por la defensa de este patrimonio amenazado y continuamente agredido, sin olvidar y tal como queda patente en los abundantes informes oficiales de diferentes organismos como la Agencia Valenciana Antifraude, Síndic de Greuges, Consell Jurídic Consultiu, de la Universitat Politecnica de Valencia , de abogados, peritos, y que muestran su disconformidad con la actividad realizada por el Ayuntamiento de Godella con respecto al patrimonio natural e histórico

Por tanto, siguiendo la propia ley valenciana, Ley 4/1998, de 11 de junio, del Patrimonio Cultural Valenciano, TÍTULO III, Artículo 58, el acueducto de la Covatella ( y canteras anexas), forman parte del patrimonio arqueológico valenciano como bien inmueble, y como manifestación humana al tener los valores propios del patrimonio cultural.

En el Artículo 58. , el Ayuntamiento  debe delimitar el área en su término municipal que contiene esos restos arqueológicos, evidentemente para su protección y conservación, no para su destrucciónn, descarnación y/o ocultación en una urbanización privada de actual construcción, que debe adaptarse y no imponerse en ese lugar y paisaje bimilenario. Y si el Ayuntamiento no lo hace, lo debe hacer la Consellería responsable (artículo 5).

En el Artículo 62. punto 2, una vez realizada la actuación arqueológica   la Consellería determinará, a través de la correspondiente autorización administrativa, las condiciones a que deba ajustarse la obra, intervención o actividad a realizar.  Por tanto, la Consellería, pondrá las condiciones para la obra nueva, que siempre deben defender lo público y el sentido del yacimiento así como su integridad. No es la empresa constructora la que impone sus planos a la Consellería ni Ayuntamiento cómplice.

Y para que quede claro que ese acueducto (y canteras anexas) no son propiedad de la empresa constructora, ni del ayuntamiento, sino de la Generalitat, y la Generalitat, es la “Generalidad de la ciudadanía” por tanto, bienes públicos, y no privados ni privativos, en el Artículo 64. Titularidad y destino del producto de las actuaciones arqueológicas,en el punto 1. Los bienes que de acuerdo con el artículo 44 de la Ley 16/1985, de 25 de junio, del patrimonio histórico español, tienen la consideración de dominio público y son descubiertos en la Comunitat Valenciana se integran en el patrimonio de la Generalitat.

 En el Título III: CAPÍTULO I : en el punto 1. La integración de los bienes y derechos en el dominio público de la Generalitat se origina por un uso general o a la prestación de un servicio público, y este acueducto presta un servicio público como patrimonio cultural.

Y En el TÍTULO IV , CAPÍTULO I: Adquisición de bienes y derechos patrimoniales, Artículo 39, punto 1. La Generalitat puede hacer valer su poder y capacidad para la garantía del disfrute, conservación y difusión del patrimonio.

Por tanto, por encima de intereses personales, empresariales, locales , está el de la Generalitat, el de la “Generalidad de la sociedad” y se debe garantizar por ley, el disfrute, difusión y conservación de un patrimonio que siempre ha sido público, y no verlo desaparecer dentro de edificios privados, o en meaderos para perros de la zona o sótanos particulares, cuando no directamente eliminados (como se ha realizado en la casita piloto) en urbanizaciones creadas donde nunca hicieron falta, aniquilando una herencia natural e histórica , por unos intereses puntuales particulares que se han aliado con los del ayuntamiento local  de Godella (donde lo particular y lo público ya no se sabe donde empiezan y acaban, como se ha denunciado constantemente ) chocan frontalmente con el bien común y donde, por lo menos hasta hoy mismo, la ley solo parece aplicarse en estética y no en esencia, y mientras no moleste a los intereses urbanísticos ni se airee mucho en la prensa.