El Tancat de Milia, un aliado para la mejora del agua y la biodiversidad de l’Albufera
Situado en la orilla sur del lago de la Albufera de València, el Tancat de Milia es uno de los tres humedales artificiales que, según expertos ambientales, están consiguiendo en los últimos años “casos de éxito” tanto en la mejora de la calidad del agua como de la biodiversidad de l’Albufera.
Junto a esta reserva de más de 33 hectáreas, propiedad de la empresa pública ACUAMED, el Tancat de la Pipa y el Tancat de L’illa, construidos sobre antiguos campos de arroz, realizan la función de “depurar y renaturalizar” el agua que finalmente llega a l’Albufera, aunque los especialistas advierten de que no es la única solución para revertir la situación del enclave natural.
Los tancats ayudan porque lo que hacen es contribuir a la renaturalización del agua, es decir, que llegue menos contaminada y lo más parecida posible a la de un ecosistema sano”, ha explicado a EFE el Catedrático de Ecología de la Universidad de Valencia, Antonio Camacho.
A su juicio es necesario aportar “tanto agua limpia asignada en los planes hidrológicos como, para los aportes de agua reutilizada, que esta esté depurada con tratamientos terciarios y renaturalizada” para la “recuperación definitiva” de l’Albufera .
Además de ayudar a recircular ese agua, el Tancat de Milia funciona como un hábitat natural que, en opinión de Camacho, tiene un “efecto muy positivo” en la retención de los contaminantes para que esos componentes no lleguen a la naturaleza, al tiempo que actúa también como un “refugio” para la avifauna de la zona.
Para ello, desde 2022, la empresa Global Omnium colabora con ACUAMED, con el fin de realizar un seguimiento de la calidad físico-química y biológica del agua obtenida en cada uno de los tres sectores del tancat, con especial atención a la que es devuelta al lago de l’Albufera de València.
“Llevamos a cabo distintos seguimientos de variables biológicas de la calidad del agua”, ha asegurado la técnico de I+D de Global Omnium, Nuria Oliver, aunque su labor no acaba ahí, pues también se encargan de la medición de plaguicidas, metales pesados y del seguimiento de las aves que vienen al humedal como refugio, zona de alimentación o incluso de nidificación.
Todos estos trabajos se orientan a demostrar el “valor” que estos sistemas tienen para mejorar la calidad del agua previa al vertido del lago de l’Albufera porque, según Oliver, disponen de poblaciones de bacterias, fitoplacton, zooplacton y macroinvertebrados más similares al enclave valenciano.
Con estos avances, el coordinador técnico del Tancat de Milia, Javier Jiménez, considera que este hábitat está volviendo a ofrecer un sitio seguro para que la fauna autóctona pueda descansar, alimentarse e incluso reproducirse en esta zona, para que vuelva a actuar como una “estación de servicio” en las rutas migratorias de las aves desde el norte de Europa hasta el sur de África.
La ONG de ornitología nacional SEO Birdlife se encarga de realizar un censo del número de aves que pasan por este espacio, a través de un conteo con prismáticos y del anillamiento de los pájaros, que son capturados por los expertos con unas redes para identificarlos y hacer un seguimiento de sus viajes en el futuro.
Gracias a esta labor se ha conseguido visualizar el avetoro, un tipo de pájaro “muy difícil de ver al mimetizarse con el entorno” y que para el coordinador técnico constituye un indicativo de que “se están consiguiendo las condiciones de tranquilidad” que necesita este símbolo de referencia de la reserva, capaz de imitar con su graznido el mugido del toro.
Todas las medidas que se están acometiendo son parte de la solución de un “puzzle muy complejo” que necesita prioritariamente que llegue agua en “cantidad y en la calidad suficiente” a l’Albufera pues, de lo contrario, Jiménez opina que nunca se logrará revertir su situación.EFE