Un estudio refleja que Alboraya podría tener como máximo 500 viviendas vacías
El Ayuntamiento de Alboraya ha finalizado el estudio de vivienda vacía que ha estado llevando a cabo desde hace un año. El proyecto, que incluye las direcciones y dimensiones de los inmuebles y una primera evaluación de la accesibilidad y el estado de conservación de los mismos, concluye que en la localidad podría haber como máximo un total de 500 viviendas vacías, incluyendo las zonas de la huerta y las infraviviendas (secaderos o almacenes del casco histórico), aunque sólo se ha podido comprobar que estén vacías con seguridad algo menos de 400.
El documento considera viviendas vacías aquellas que lo han estado durante más de dos años e incluye también almacenes y secaderos sin uso que están situados en casas del centro del núcleo tradicional. La información que contiene el estudio ayudará al Consistorio a considerar las posibilidades de rehabilitación y puesta en el mercado de los inmuebles ahora sin uso.
La concejala de Urbanismo, Ana Bru, ha explicado los primeros detalles del resultado obtenido: «ahora tenemos una radiografía del estado inmobiliario de nuestro pueblo. Por ejemplo, hemos localizado más de 200 inmuebles (viviendas, secaderos y almacenes) cerrados desde hace mucho tiempo en el núcleo tradicional, algunos de ellos en un importante estado de abandono». En muchos casos se trata de inmuebles grandes, continúa Bru, que «aunque necesitados de mucha rehabilitación, pueden ofrecer unas condiciones de vida de gran calidad, ya que muchas son casas unifamiliares en planta baja, amplias y con patio».
Refuerzo del patrimonio local
En esta línea, la unidad de la patrulla de la huerta de la Policía Local también está trabajando desde hace meses para localizar y georeferenciar todo tipo de edificaciones existentes en la huerta con un doble objetivo: identificar las casas en las que hay residentes, para proporcionarles un mejor servicio municipal, y facilitar al departamento de Urbanismo la tarea de identificar problemas en suelo no urbanizable, como edificaciones ilegales o alquerías y barracas en estado de deficiente conservación por circunstancias diversas.
Se trata de identificar, exigir y ayudar a los propietarios a mantener su patrimonio, con la tramitación de las ayudas de la Conselleria, por ejemplo, y evitar también la ocupación de inmuebles o la ocupación indiscriminada de la huerta productiva con nuevas edificaciones o instalaciones totalmente ilegales.
Con este estudio, señala Ana Bru, «se pone de manifiesto que no hay en Alboraya 2.000 viviendas vacías que se le atribuían al municipio por mera estadística y queda claro que la escasez de vivienda disponible es la causa de los altos precios de alquiler y venta que se registran en la localidad».