UN INSIGNE VERANEANTE EN MONCADA: EL CÓNSUL SUECO HARALDO DAHLANDER
Arturo Xerri Juan
1º INTRODUCCIÓN:
Es en la segunda mitad del siglo XVIII cuándo la burguesía y la nobleza valenciana empieza a verse atraída por las magníficas posibilidades que para el veraneo ofrecían los pueblos de la L´Horta Nord de Valencia como Burjassot, Godella, Rocafort y, como no, Moncada.
Estas poblaciones ofrecían a esas familias adineradas disfrutar de las mejores condiciones para el descanso estival, alejadas, pero a la vez cerca, de la agitada vida de una capital como era, en aquella época, Valencia. La proximidad a la capital posibilitó la vida en el campo, pero sin perder el contacto con aquella.
Como consecuencia de este proceso de acercamiento al campo, se empiezan a levantar en estos pueblos casas señoriales que sufragarán familias de elevado poder adquisitivo, con la finalidad de habitarlas en los calurosos veranos valencianos.
Este fenómeno, con carácter de moda, lo explica perfectamente José Martínez Aloy, en su obra dentro de la “Geografía General del Reino de Valencia” (*):
“……….En 26 de agosto de 1750 dictó Fernando VI de Castilla un reglamento para la orden de Montesa, en virtud del cual quedaron extinguidos varios empleos, entre ellos los de capitán y baile de Montcada. La soberana disposición libró a este pueblo de las últimas manifestaciones de su origen feudal, y merced a tal circunstancia, se decidieron a levantar en él suntuosas casas de recreo muchos de ellos propietarios territoriales de su término, que eran, en su mayor parte, individuos calificados de la nobleza valenciana, reacios a sentar sus moradas bajo la férula de otro señor que no fuera el Rey.
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(*) “Geografía General del Reino de Valencia»: Obra en cinco tomos, publicados entre en 1919 y 1927, y en la que participó José Martínez Aloy, añadiendo los contenidos referidos a la provincia de Valencia.
Los condes-marqueses de Albaida y de San José, poseedores del vínculo de Giner; los condes de Rótova, por los Faus, un bello palacio, flanqueado por dos torres, en el típico Rabalet; los marqueses de Almunia una blasonada mansión en el extremo occidental de la calle Mayor; los condes de Olocau en la histórica calle de las Barreras; los de Alcudia en la plaza del Mercado; los barones de Ribes Albes, por el vínculo de Coll, en las proximidades de la iglesia, y así otra familias tituladas, sin contar las de caballeros y de ciudadanos ilustres, como los Villaroya, Clavero, Yañez, Marzo, Gabarrot, Ariño, Ibañez, Camilleri, Ros de Ursins, etc. Montcada fue por eso, durante el siglo XVIII, una estación veraniega muy importante, compuesta por gente aristócrata y distinguida.
Las dos guerras civiles que en la anterior centuria pesaron sobre esta región como losa de plomo, y el desasosiego que los movimientos revolucionarios llevaban también a los contornos de la capital, fueron causa de que las familias acomodadas abandonasen sus casas de recreo, cerrando sus puertas y ventanas indefinidamente. Y cuando una era de paz iniciada por la restauración dinástica consintió gozar con tranquilidad de la vida lugareña, las cosas habían cambiado. Ya no quedaba en parte alguna la más leve sombra del feudalismo; los pueblos inmediatos a Montcada, como Godella, Rocafort y Bétera, ofrecían sitios más pintorescos, y aún más económicas, para construir hoteles a estilo de Francia, de Suiza y de Inglaterra, y a ellos se han rendido la voluble moda. Por eso, Montcada, con ser una villa grande, culta y provista de comodidades, no es hoy, como ayer, un centro predilecto de la sociedad valenciana…..”
Casi todas estas casas señoriales de Moncada han desaparecido, cayendo casi en el olvido su pretérita existencia; otras aún pueden ser admiradas en la actualidad, tal es el caso del palacio de los condes de Rótova, hoy sede del ayuntamiento moncadense, o la “Finca Roja” de los Gavarrots, por citar algunos ejemplos.
Fachada principal de la denominada “Finca Roja” o de los Gavarrots (siglo XVIII)
Palacio de los Condes de Rótova, actual ayuntamiento de Moncada (siglo XVIII)
La moda de veranear en los pueblos de L´Horta Nord, cercanos a la capital, se renueva a finales del XIX, siendo los pueblos preferidos por las familias acaudalas los de Burjassot, Godella, Rocafort y Bétera, quedando Moncada casi descolgada de esta tendencia.
Un hecho especial contribuyó claramente a que se diera de nuevo la moda de veranear en estos pueblos, y no es otra que la entrada en servicio de la línea ferroviaria del popular “Trenet” entre Marchalenes y Bétera, cuya inauguración tuvo lugar en agosto de 1891.
Con este nuevo, por entonces, medio de transporte, se pasó de la lentos y pesados desplazamientos en tartanas y coches de caballos a poder realizar los viajes hacia esos pueblos con un medio más rápido y cómodo. El ferrocarril hizo que la pequeña distancia que separa Valencia de estas poblaciones se percibiera como mucho más pequeña.
He aquí dos párrafos de otras tantas crónicas que se publicaron en el diario <<Las Provincias>>, con motivo de la entrada en servicio de la línea ferroviaria, que sirven para corroborar lo dicho
“ ……….El ferro-carril de Bétera responde a una necesidad. Los pueblos que cruza, excepto Burjasot, necesitaban hace tiempo medios fáciles y rapidísimos de comunicación. Pídenlo la extracción de sus ricos y abundantes frutos y la numerosa población que dentro de contados días utilizará todas esas ventajas……..”.
“ …………¡Por fin, ha llegado el día! -¡Ya tenemos ferro-carril! ¡Mentira parece! Estas eran las exclamaciones que se oían en aquel complacidísimo concurso, lo mismo entre la gente del pueblo, que entre las familias veraneantes, para quienes es una verdadera delicia la comodidad y prontitud de esta nueva comunicación……….”.
No obstante, algunos miembros de la burguesía valenciana y personas acaudaladas de la capital eligen Moncada para establecer allí sus residencias de verano entre finales del siglo XIX y primeros años del XX.
Tal es el caso de dos casas que aún hoy existen dentro del casco urbano de Moncada:
– La Villa Doloretes, situada en el nº 7 de la calle Isabel la Católica. Esta casa fue construida en los primeros años del siglo XX, perteneciendo en algún momento a Desamparados Trénor Palavicino. La casa se conserva aún hoy, siendo su propietaria actual Carmen Gracia Beneyto, catedrática de Historia del Arte de la Universidad de Valencia.
– Casa del escultor José María Ponsoda Bravo (conocida popularmente como “Casa de Ponsoda”), situada en el nº 3 de la plaza de Madre Francisca de la Concepción, fue construida, igualmente, a principios del siglo XX.
Otras casas de esta misma época no han llegado a nuestros días. Tal es el caso de la villa que nuestro protagonista, el cónsul sueco Haraldo J. Dahlander Hjertedt, poseía en la calle Mayor de Moncada y que, como veremos, sirvió como casa de veraneo para su familia.
En las siguientes líneas hablaremos de este cónsul y de la casa que poseyó en Moncada. Además, desvelaremos algunos datos, posiblemente inéditos para la mayoría, referidos a este ilustre veraneante en Moncada.
2º APUNTES BIOGRÁFICOS DE HARALDO J. DAHLANDER HJERTEDT Haraldo J. Dahlander Hjertedt nació en 1835 en Suecia. De joven vino a vivir a España, concretamente a Valencia, desde donde ejerció, primeramente, el cargo de cónsul general de Alemania y, posteriormente, el de Suecia.
Fotografía de D. Haraldo F. Dahlander Hjertedt
Contrajo matrimonio con la aristócrata valenciana, María de la Concepción Francés y Ros de Ursino. Del matrimonio nacieron tres hijos:
– María de la Concepción Dahlander y Francés (*).
– María Desamparados Dahlander y Francés.
– Haraldo J. Dahlander y Francés (**).
(*) Conchita Dahlander y Francés, hija del cónsul, llego a ser una famosa mezzosoprano, siendo su primera presentación ante el público en diciembre de 1898.
(**) Haraldo J. Dahlander y Francés, al igual que su padre, ejerció el cargo de cónsul de Suecia.
Árbol de la familia Dahlander confeccionado por el autor
Además de su actividad consular, destacó por ser un exitoso empresario abaniquero, llevando a cabo la patente de un novedoso sistema de corte de la madera destinada a la fabricación de los abanicos, tal como consta en la siguiente fotografía de la publicación de 1899, <<INDUSTRIA É INVENCIONES>>, depositada en la Biblioteca Nacional de España.
El trabajo de Juan Reig y Flores, titulado <<LA INDUSTRIA ABANIQUERA EN VALENCIA>>, nos aporta la siguiente información sobre esta actividad del Cónsul:
“………………El activo cónsul de Alemania en nuestra ciudad, señor don Haroldo Dahlander, ha venido a introducir recientemente una verdadera revolución en lo que se refiere a la fabricación del varillaje, pues teniendo real privilegio exclusivo para cortar maderas mecánicamente a cuchilla con destino a la fabricación de pies, armazones y varillajes de abanicos, ha establecido una fábrica para la explotación del mismo, habiendo obtenido también patente de invención por veinte años de un nuevo procedimiento para preparar y disponer las maderas que han de ser cortadas a cuchilla y evitar la comba que en las mismas solía producir el corte. Los varillajes producidos por los procedimientos del señor Dahlander resultan muy perfectos, puesto que todas las varillas de cada abanico salen de una misma pieza………………………… Hoy súrtense de sus talleres casi todos los fabricantes de abanicos, siendo digna de ser visitada, por más de un concepto, la fábrica que al efecto tiene montada en la calle de Sagunto, núm. 93………………………………”.
Por su elevada posición social mantuvo estrechas relaciones con la nobleza y burguesía valencianas, siendo muy admiradas las fiestas que organizaba en sus residencias de Valencia y Moncada. Tanto es así que incluso se mencionan estas fiestas en la noticia referida a su fallecimiento, publicada por el diario “La Correspondencia de Valencia” en su edición del 2 de julio de 1916:
———————————————————————————————————- <<NECROLOGÍA>>
Al medio día de hoy y fortalecido su espíritu con los Santos Sacramentos, ha pasado a mejor vida el señor Don Haraldo Dahlander, cónsul de Suecia en Valencia y padre político de nuestros muy estimados amigos don Amalio Gimeno, ministro de Estado, y don Rafael Pastor, Rector de la Universidad de Valencia…………………………….Durante muchos años fue cónsul de
Alemania en Valencia…………………………………………Aún habrá muchos en Valencia que recuerden con dulce melancolía las hermosas fiestas que en sus casas de Valencia y Moncada, daban los señores Dahlander-Francés (*) y la amable hospitalidad que a sus amigos dispensaban, haciendo agradabilísimas aquellas inolvidables reuniones”.
Otro ejemplo de sus relaciones sociales lo encontramos en la crónica del diario “Las Provincias”, publicada el 6 de agosto de 1891, en la que se describe el viaje previo a la inauguración del nuevo ferrocarril económico de vía estrecha, bautizado popularmente con el nombre del “Trenet” de Bétera:
“……………………………….Tal es el nuevo ferro-carril de vía estrecha que ayer examinó el ingeniero de la división del Este Sr. Camprubí, y que por la tarde visitó el gobernador civil, acompañado de algunas distinguidas familias. La expedición solo tenía carácter particular……………………………….. Un tren especial, compuesto de dos carruajes de primera, esperaba la orden de marcha. Montó en la máquina el ingeniero Sr. Martí, sonó el pito del jefe de la estación y el trén cruzó rápidamente todo el trayecto sin incidente alguno…………………. En la estación de Moncada saludó al gobernador el ayuntamiento, clero y registrador de la Propiedad Sr. Mir, uniéndose á los expedicionarios la señorita Dalhander y su señor hermano. En Bétera esperaban al trén el ayuntamiento y muchas de las familias que veranean en dicho punto.
Visitaron los excursionistas la bonita estación, y desde su gran terraza, admiraron el hermoso paisaje que forma uno de los mayores encantos de Bétera……………………………………………… A las seis y media se dio la orden de marcha, y el trén volvió á recorrer el trayecto, deteniéndose en la estación de Moncada. Aquí esperaba al señor gobernador y demás personas que le acompañaban, nuestro amigo el Sr. Dalhander, que obsequioso siempre, condujo á los expedicionarios á su linda morada de verano, en la
cual ondeaban unidas El resto de la tarde, que era amenísima, se pasó deliciosamente en el hermoso jardín de la finca. En el centro del parterre se
(*) Hace referencia a Haraldo F. Dahlander Hjertedt y a su esposa María de la Concepción Francés, padres de Haraldo J. Dahlander Francés.
sirvieron pastas, dulces y helados, haciendo los honores de la casa, con suma distinción, la señora de Dalhander y su bellísima hija. Y para que la Garden Party fuese completa y doblemente agradable, Conchita, á ruego de sus amigas, sentose al piano y cantó algunos trozos de selecta música, entre otros números, la delicada romanza de Mefistófele, de Boito, suave y tiernamente dicha por tan encantadora y peritisima aficionada. las banderas sueca y española.
Llegó la noche, y con esta la hora de partir. El trén esperaba, silbaba la máquina, y era preciso abandonar aquella morada, donde las horas pasaron rápida y agradablemente. Rodó el trén por los acerados carriles, y cruzando las estaciones, entrada ya la noche, llegó a Valencia muy cerca de las nueve, poniendo fin á la agradable é improvisada excursión”.
El viaje inaugural de este nuevo ferrocarril tuvo lugar el 12 de agosto de 1891.
Hemos visto, pues, en esta crónica, una muestra de la participación del cónsul en la vida social valenciana, con el ofrecimiento de su casa veraniega de Moncada a los componentes de la expedición viajera con el “Trenet”.
Unos años después, concretamente en 1896, tal como detalla el cronista Peregrín Luis Llorens y Raga, Haraldo Dahlander, interviene en la donación de un solar para la construcción de las nuevas escuelas nacionales de Moncada, donación que este cronista refiere en su ensayo histórico titulado <<LA CIUDAD DE MONCADA>>, escrito en 1950:
“………………………..Para salvaguardar el orden y seguridad personal de Moncada y pueblos circunvecinos, tiene puesto de la Guardia Civil con un Comandante y seis números. La Casa-Cuartel está emplazada en el edificio destinado antiguamente a escuelas Nacionales, cuyo solar generosamente donó, en el año 1896, el Vicecónsul se Suecia y Noruega, señor Dahlander,
según puede apreciarse por dos lápidas conmemorativas que se conservan en su vetusta fachada y que dicen así:
<< SE CONSTRUYÓ ESTE EDIFICIO EN EL AÑO 1896, HALLÁNDOSE CONSTITUIDO EL AYUNTAMIENTO EN LA FORMA SIGUIENTE: ALCALDE, DON RAMÓN RODRIGO CUÑAT; PRIMER TENIENTE, DON MAUNUEL
PASCUAL BOSCH; SEGUNDO TENIENTE, DON ANDRÉS TARONCHER CAMPS; REGIDORES, DON ÁNGEL COLL ROS, DON JOSÉ MARCH NAVARRO, DON VICENTE RODRIGO BOSCH, DON VICENTE PASCUAL LLEONART, DON VICENTE MARQUÉS TRENCO, DON ANTONIO LLEONART GRANELL, DON JOSÉ SEPULVEDA LLEONART, Y SECRETARIO, DON RAMÓN MOLINS ALBIACH>>.
<<LA INICIATIVA DE ESTA OBRA, CONSTRUIDA BAJO LA DIRECCIÓN DEL ARQUITECTO DON JOAQUÍN Mª ARNAU, PARTIÓ DE DON VICENTE BONET MARTINEZ, SIENDO ALCALDE. HABIENDO SIDO EL CONTRATISTA SU HIJO DON VICENTE BONET CHAPA. EL SOLAR FUE CEDIDO GRATUITAMENTE POR DON HARALDO J. DAHLANDER. A LAS GESTIONES HECHAS POR EL EXCMO. SR. MARQUÉS DE CÁCERES HAY QUE AGRADECER EL COBRO DE LA SUBVENCIÓN CONCEDIDA POR EL ESTADO>>”.
Otro dato interesante sobre Haraldo Dahlander Hjertedt es que fue el padre político de dos personalidades de la época:
– Amalio Gimeno y Cabañas, médico formado en Valencia que llegó a ocupar entre otros el cargo de Ministro de en distintos departamentos (Marina, Instrucción Pública, de Fomento, Gobernación y Ministro de Estado), durante el reinado del rey Alfonso XIII, recibiendo de éste el título de Conde de Gimeno. Contrajo matrimonio con María de la Concepción Dahlander Francés.
– Rafael Pastor González, prestigioso médico, formado en la Universidad de Valencia, de la que llegó a ser rector en el periodo 1916-1927.Contrajo matrimonio con María Desamparados Dahlander Francés.
El tercer hijo del cónsul fue Haraldo Dahlander Francés, que como se ha indicado anteriormente, también ocupó el cargo de cónsul de Suecia.
Haraldo F. Dahlander Hjertedt falleció el 2 de junio de 1916 y sus restos descansan junto a su hijo, Haraldo Dahlander Francés, en un sencillo nicho del cementerio municipal de Valencia.
Registro del cementerio de Valencia con fechas de inhumaciones (web del ayuntamiento de Valencia)
3º LA CASA DE LOS DAHLANDER EN MONCADA
Hemos conocido dos referencias a la casa veraneo de los Dahlander- Francés en Moncada; la que nos habla de la fiesta que con motivo del viaje pre-inaugural del “Trenet” tuvo lugar el 5 de agosto de 1891 y la incluida en la nota necrológica sobre el fallecimiento del cónsul.
Sabemos pues que dicha casa existió, sí, pero ¿En qué lugar de Moncada estuvo ubicada y cómo era?.
Para la segunda parte de la pregunta, a día de hoy no tenemos respuesta, ya que en 1957 y en el lugar en el que se encontraba, se levantó una nueva casa, justo en los terrenos que ocupaba la del cónsul y que hoy está numerada con el número 51 de la calle Mayor de Moncada.
Con respecto a la primera parte de la cuestión planteada, hay dos elementos documentales que nos permiten afirmar, no con seguridad absoluta, que la casa estuvo en ese 51 actual de la calle Mayor de Moncada.
Para el autor, la lectura de la escritura de “Donación”, otorgada por un matrimonio, vecino del municipio en Moncada, ante el notario de dicha ciudad D. Julio Amat Villalba, es una prueba suficientemente válida para mantener dicha afirmación, no categórica.
Por medio de dicha escritura, de fecha 3 de octubre de 1934, este matrimonio dona a sus hijos una serie de propiedades:
“ Una casa compuesta de bajos y corral en el que también existe un huertecito, perteneciendo los altos antes a ———– y siendo actualmente los que la donan a ————, la cual mide una superficie de seis metros, sesenta centímetros de frontera por treinta y ocho metros, ochenta centímetros de longitud, incluido dicho huerto, situada en Moncada, calle Mayor, número sesenta y cinco, ignorándose el de su manzana, ahora manzana cuatro, lindante por la derecha entrando la de ————, izquierda de Don Haraldo Dahalander, por detrás……………….”.
Otro detalle que puede servir para corroborar esta hipótesis en cuanto a la ubicación de la casa del cónsul es la que, sin ser muy consistente, encontramos en el texto referido anteriormente:
“Llegó la noche, y con esta la hora de partir. El trén esperaba, silbaba la máquina, y era preciso abandonar aquella morada, donde las horas pasaron rápida y agradablemente. ………………….”.
Fragmento de la escritura de donación de 1934
Se puede pensar qué si se oía el silbato del tren desde la casa, era por estar ésta próxima a la estación de Moncada, como así, efectivamente, se encuentra ese punto de la calle Mayor de dicha estación. Hay que tener en cuenta que en línea recta solo separan ambos puntos unos escasos 150 metros.
4º CONCLUSIONES
Dentro de la clase adinerada de la sociedad valenciana de finales del XIX, renace la moda de veranear en los pueblos de L´Horta Nord que se había dado a finales del XVIII, retomando esa tendencia entre finales del XIX y principios del XX, pero desplazándose los gustos de estas familias hacia otros pueblos próximos a Moncada, como Burjassot, Rocafort o Godella, en detrimento de aquel. A pesar de ello, y tal como hemos podido ver en este trabajo, al menos hubo tres familias valencianas que, a pesar de las preferencias por esos otros pueblos, eligieron Moncada para establecer su residencia de verano:
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– El escultor Ponsoda con su casa a la que da nombre (Casa de Ponsoda). – Villa Doloretes, en su día de los Trénor.
– La casa del cónsul sueco Haraldo Dahlander.
Un dato que puede llamar la atención, visto el plano de situación de las tres casas, es la localización de las tres muy próximas entre sí, localizándose todas dentro el llamado barrio “Ravalet” o casco antiguo de la población.
El presente trabajo debe permitir al lector adquirir un mayor conocimiento sobre la vida nada convencional de este ilustre veraneante en Moncada y sobre su paso y huella dejada en esta población de L´Horta Nord.
Son muchos los datos que, con la investigación realizada por el autor, permitirían escribir mucho más sobre la familia del cónsul, pero esto queda para otro momento y por otros motivos, ya que lo único que se ha pretendido, al darlos a conocer, ha sido resaltar la relación de Haraldo F. Dahlander Hjertedt con esta ciudad de Moncada.
5º REPORTAJE FOTOGRÁFICO
Retrato de Haraldo Dahlander Hjertedt, vestido de Mefistófeles, del año 1884 (autor Anders Zorn)
Busto en mármol de Maria de la Concepción Dahlander Francés, hija de Haraldo Dahlander Hjertedt y de María de la Concepción Francés y Ros de Ursino. Obra expuesta en el Museo de Bellas Artes de Valencia (autor mariano Benlliure)
Una de las placas que presiden la calle de Moncada que lleva su nombre (obsérvese la escritura incorrecta del apellido ya que se ha cambiado el orden de la “L” y la “H”, cuando debería poner “DAHLANDER”)
Vista de la calle de Moncada que lleva el nombre del cónsul
Retrato de Conchita Dahlander Fiol, nieta de Haraldo Dahlander Hjertedt e hija de Haraldo Dahlander Francés (obra del pintor Enrique Ochoa publicada en la revista <<LA ESFERA>>). Fuente Biblioteca Nacional de España
Nicho sencillo donde descansa Haraldo J. Dahlander Francés, hijo de Haraldo Dahlander Hjertedt (Cementerio municipal de Valencia). Fotografía del autor
6º Fuentes consultadas
– La “Geografía General del Reino de Valencia” de José Martínez Aloy. – Ensayo histórico de “La Ciudad de Moncada” de Peregrín Luis Llorens y Raga.
– Web de la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica (MCU)
– Web de la Biblioteca Nacional de España.
– Hemeroteca del diario “Las Provincias”.
– Hemeroteca diario <<ABC>>.
– Revista de actualidad <<La Esfera>>.
– Museo de Bellas Artes de Valencia.
– Departamento de urbanismo del ayuntamiento de Moncada. – Archivo municipal de Moncada.
– Wikipedia.
– Fuentes particulares.