«Una lucha muy rastrera».
La polémica sobre las retribuciones entre los concejales de Paiporta, no es una cuestión de avaricia y lucro. Es una cuestión de principios y de dignidad.
Tras la crisis provocada por la salida de gobierno del PSPV, salida estratégica cuyo único fin es aprovechar estos meses antes de las elecciones para señalarse el pecho de sus éxitos y criticar abiertamente al recompuesto equipo de Gobierno, sin las ataduras que supone pertenecer a él, el ambiente se ha enrarecido sensiblemente en el Ayuntamiento de Paiporta. Tomar las riendas de las concejalías abandonadas por quienes nos mantuvimos en la Junta de Gobierno parece que fue tranquila pero detrás de ello ha habido movimientos que tienen que ver más con la cobardía y el filibusterismo que con una asunción de responsabilidades.
Mientras que el concejal de Compromis asumía la Concejalía de Servicios Sociales y directamente empezaba a cobrar las retribuciones integras, las que anteriormente recibía la concejal socialista, la concejala de Podemos se ha quedado igual. La concejala que lleva a sus espaldas Biblioteca y Fomento de las Artes Escénicas como parte de la concejalía de Cultura, y ahora nueva concejala de Comercio, ha sido ninguneada con el beneplácito del portavoz de su grupo municipal, perteneciente a EU, y de los demás integrantes del Gobierno municipal. Si el acuerdo inicial era que los concejales que recibían las concejalías abandonadas se repartían las retribuciones, ahora resulta que el que no hacía casi nada recibe, y hasta ahora muy secretamente, todo el montante. Por la otra parte, la concejala que ya tenía responsabilidades, multiplica su carga de trabajo por tres mientras sigue percibiendo tan solo el 40% de lo dedicado a la concejalía por una dedicación que sobre el papel era de 14 horas cuando siempre era el doble de trabajo.
Pero es mayor el agravio y el agobio. Para dejar así las cosas se han tenido que retratar todos los grupos. Un Compromís tembloroso ante cada ocasión en la que puede perder una votación porque no quiere ofrecer la imagen [real] de estar a merced de la oposición y, fundamentalmente, porque ya les viene bien que sea su concejal el que se lo lleva. El PSPV, para negarse a cambiar las cosas queriendo ahora sentar catedra de coherencia, defendiendo no sé qué de un pacto firmado al inicio del mandato, cuando ellos no es que hayan infringido ese pacto sino que lo han mandado a paseo de una patada. Y el portavoz del grupo municipal Pod-Eu, haciendo lo que mejor saber hacer desde hace cuatro años, es decir, intentar aparentar, sin éxito, justo lo que no es. Y qué decir del PP, ellos cuanto más embarren mejor.
La lucha entre partidos dentro y fuera del equipo de gobierno se ha llevado por delante la coherencia y el respeto que deberían ser elementos informadores de la actuación de los partidos políticos por cuanto que detrás de las siglas hay personas. Esto es lo que la Concejala de Podemos quiere denunciar. Que haya sido la persona que menos ha querido figurar porque lo único que ha perseguido ha sido hacer bien su trabajo en beneficio del pueblo, y que haya sido justamente ella, a la que el resto de partidos y por distintas y vergonzosas razones, han pisoteado, es tanto una cuestión de dignidad darle publicidad como necesario explicarlo adecuadamente. La gente debe saberlo, para valorarlo y votar en consecuencia.