Violencia machista ignorada en los jóvenes
Grupo EmeDdona. Eva García y Enrique Arrúe, policías locales de Moncada, y Mari Carmen Pérez, educadora social/
El ciclo de la violencia, de Leonor Walker, explica claramente las fases de maltrato machista: Una primera fase de Acumulación de tensión (donde empiezan las desavenencias y las injusticias del maltratador sobre la víctima sobre todo psicológicas), una segunda fase de explosión (de impulsividad del agresor que agrede), y una tercera fase de “arrepentimiento”, la llamada Luna de miel.
Debemos darnos cuenta que la primera fase de “Acumulación de tensión” es la que indica obviamente que la relación no marcha bien, ya que los ataques son constantes, frecuentes y llevan a la persona a un estado de presión y de agobio que puede consecuentemente acarrearle problemas de salud, de inestabilidad emocional.
Esta primera fase es la adecuada para “cortar de raíz” la relación, antes de que los lazos se consoliden tanto que la propia afectada no pueda alejarse del maltratador por otras circunstancias que la atrapan en “la tela de araña”, es decir, las necesidades, familia, o inclusive el miedo.
Como afirma en sus intervenciones el experto José Antonio Burriel, la base de las relaciones sentimentales entre jóvenes se basa en la libertad y la confianza; la educación desde pequeños es primordial en los centros educativos y de enseñanza, y tiene que evolucionar urgentemente. Burriel afirma que “Los jóvenes no lo ven…», es decir, los jóvenes machistas no perciben el daño que causan y las jóvenes víctimas no se ven como personas afectadas, ofendidas o perjudicadas (lo asumen como algo normalizado).
El sistema patriarcal y los estereotipos de género son cuestiones que tienen que identificarse en la educación desde niños, planteándoles a los jóvenes situaciones que identifican las injusticias que se crean cuando el machismo es una forma de descredito a otras personas, de arbitrariedades, de situaciones represivas. Empecemos a trabajar desde la educación y seguiremos cambiando todo lo demás que también está ya desfasado.